El lehendakari Iñigo Urkullu presenta un discurso atípico para despedir un 2020 que también ha sido fuera de lo común debido a la pandemia del covid-19. Por ello, el jefe del Ejecutivo vasco ha obviado cualquier cuestión política o territorial al uso, y se ha centrado exclusivamente en las prioridades sanitarias, sociales y económicas. Es decir, en recordar a quienes se han quedado por el camino en los últimos meses y en comprometerse con la reconstrucción de Euskadi en el año que comienza. Para ello, Urkullu promete que las instituciones aportarán "todo lo necesario" para la reconstrucción de un país "que va a salir adelante con determinación".

De cara al futuro próximo, el lehendakari tiene "claras" las prioridades de las instituciones y de la sociedad vasca: "reforzar" el sistema de salud, "garantizar" el funcionamiento de la educación, atender "a las personas más necesitadas" y reactivar la economía, apoyando a los sectores más afectados y recuperando el empleo. Respecto a este último punto, Urkullu dice ser "consciente" de la incertidumbre que generan los ERTE y de la "dificultades para mantener" la actividad laboral. "Conocemos el desasosiego de quien sufre la precariedad laboral", ha añadido.

En su intervención, el lehendakari también ha dedicado espacio a dos de los eventos más trágicos que ha sufrido Euskadi a lo largo de este año: la tragedia del derrumbe del vertedero de Zaldibar y los miles de fallecidos por el coronavirus. Así, Urkullu ha dicho tener "en el recuerdo" a Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán, y ha trasmitido también sus condolencias a los familiares de "las más de 2.800 personas fallecidas" por el covid-19.

En el plano sanitario y educativo, Iñigo Urkullu también promete inversiones en los servicios públicos: "Vamos a trabajar por estabilizar y gestionar la pandemia, reforzando el sistema sanitario público y garantizando el derecho a la educación del alumnado". En la misma línea, ha destacado la importancia de la "estabilidad" institucional y de la colaboración entre administraciones para hacer frente a un 2021 que se antoja complicado a todos los niveles. "En este contexto, difícilmente llegará lejos quien pretenda caminar solo", constata el lehendakari, que a pesar de todo afirma que Euskadi "está en marcha" y atiende "las necesidades del día a día con la mirada en el futuro".

"No ha sido fácil ni sencillo"

En el tradicional discurso televisado desde Ajuria Enea, el jefe del Ejecutivo autonómico ha valorado también en tono realista lo que ha deparado 2020, especialmente lo relacionado con el azote del coronavirus y sus consecuencias. "No ha sido fácil ni sencillo, tengo muy presentes a las personas fallecidas, el riesgo de saturación del sistema sanitario, la desprotección sufrida por el personal de los servicios esenciales", ha enumerado Urkullu, que reconoce además la dificultad a la hora de adoptar algunas decisiones en mitad de la pandemia. "Hemos actuado en todo momento priorizando y tratando de garantizar la salud y la vida de las personas; conjugándola lo máximo posible con la actividad económica, labora, educativa, cultural y social", explica.

En cualquier caso, y de cara a los retos que se plantean en las próximas semanas, Iñigo Urkullu asegura que su gabinete seguirá tomando las "decisiones excepcionales" que considere necesarias. "Lo vamos a tener que seguir haciendo", ha dicho, consciente de "las dificultades y penurias que se viven en estos momentos" y de que "el virus sigue siendo muy grave y letal".

Asimismo, el lehendakari asume que a lo largo de 2020 ha podido haber decisiones erróneas por parte del Gobierno vasco: "Nos hemos podido equivocar, seguro. Cuando nos hemos equivocado, hemos tratado de rectificar cuanto antes".