- La precampaña electoral en Catalunya está ya en ebullición y ayer se produjo el primer rifirrafe sonoro después de que ERC instara a los comunes a sumarse a un Govern soberanista apoyando el referéndum y una ley de amnistía. La líder morada en el Parlament, Jéssica Albiach, respondió a los republicanos que sería bueno que dejen de estar “secuestrados emocionalmente” por JxCat y su desafortunada expresión enfadó, y mucho, a las filas de Carles Puigdemont. La portavoz en el Congreso de Junts y candidata a presidir la Generalitat, Laura Borràs, replicó posteriormente con contundencia: “De momento los únicos que están secuestrados son los presos políticos y los exiliados, y lo están por el Estado español”.

Según explicitó Borràs, “aquí no hay secuestros emocionales que valgan, aquí lo que vale es la determinación política”, detectando “nervios en el lado unionista”, de los que se deriva a su juicio esta interpretación de Albiach sobre supuestos “chantajes emocionales” de JxCat a ERC. “Somos los de la unidad” independentista, reivindicó la posconvergente tras las manifestaciones desde el espectro de los comunes, que son partidarios de un tripartito con Esquerra y el PSC que ambos partidos ya han rechazado. Todo ello, dentro del contexto por el que JxCat no renuncia completamente a la vía unilateral, mientras que Esquerra diserta sobre la necesidad de gestar un proyecto más transversal, ensanchar bases y atraer al electorado que está a favor del derecho a decidir y suele votar a la marca catalana de Podemos.

El 14-F está en juego “quién marca el rumbo de este país: o JxCat o los comunes”, dijo Albiach, señalando que “ERC debe ser valiente y decidir si continúa secuestrada emocionalmente por JxCat” o si “apuesta por una salida progresista”. Además, añadió que JxCat “no está a favor de una reforma fiscal justa y redistributiva”, defiende “mantener los privilegios de las escuelas concertadas”, “no quiere dar una respuesta social y progresista a la crisis” y “no cree en la mesa de diálogo”, esa herramienta que el propio Gobierno PSOE-Unidas Podemos tiene parada desde justo antes de que comenzara la crisis sanitaria.

Con semejantes argumentos es complicado el objetivo de Esquerra de un gobierno que incluya a los comunes junto al PDeCAT, JxCat y la CUP. O al menos es la intención que trasladó la número dos republicana, Laura Vilagrà. “Depende de los comunes, de su papel y de cómo se incorporen con la agenda política que tenemos sobre la mesa del derecho a la autodeterminación y la amnistía”, destacó. “En una semana en que han rechazado la ley de amnistía, es evidente que nos sitúa más lejos, pero, como compartimos muchas luchas y ya hemos hecho mucho camino juntos, pensamos que todavía pueden incorporarse a este frente amplio”, confían desde Esquerra.

Por su parte, desde JxCat esperan sacar partido a que Puigdemont sea finalmente su número uno en las listas si bien no es el aspirante a la presidencia. “Puigdemont no es candidato a nada, es el president de Catalunya, y lo sería si el Estado español no lo hubiese echado. La lista de JxCat muestra de dónde venimos y hacia dónde vamos”, zanjó Borràs.

Desunión independentista. Artur Mas reconoce que en sus cinco años al frente del Govern, entre 2010 y 2015, “nada salió como esperaba”. En la semana en que se cumplen diez años de su primera investidura, el expresident admitió ayer en La Vanguardia que a lo largo de sus dos mandatos, acortados por la convocatoria de elecciones anticipadas en ambos casos, “hubo errores de percepción y variables imposibles”. Además, no ve a ningún partido “capaz de reunir en un solo proyecto a gente tan diferente como lo hizo CiU” en el espacio independentista, en el que no ve ni unidad, ni estrategia ni confianza en sus palabras.