- El vicepresidente segundo del Gobierno español, Pablo Iglesias, no viajará finalmente con el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, a la cumbre bilateral con Marruecos del próximo 17 de diciembre, que tendrá lugar en plena crisis migratoria, uno de los asuntos que centrará la cumbre, y con el trasfondo de la reanudación de las hostilidades en el Sáhara Occidental tras el intercambio de disparos entre el Ejército marroquí y el Frente Polisario. Aunque en el entorno cercano a Iglesias habían asegurado que el vicepresidente sí formaría parte de la delegación española que viajará a Rabat, fuentes de Moncloa señalaron que no está previsto que acuda al viaje. Por contra, sí acudirá la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que será la única ministra procedente de Unidas Podemos que acompañará a Sánchez en este viaje.

Fuentes de Moncloa explicaron que debido a las restricciones por la covid adoptadas por Marruecos, la delegación española será menos numerosa que en reuniones de alto nivel precedentes. En concreto, aseguraron que solamente acompañarán al presidente Sánchez los ministros que firmarán una serie de memorandos de entendimiento con sus respectivos homólogos marroquíes y que entre ellos no estará el vicepresidente segundo.

Sin embargo, todo hace indicar que en el fondo subyace la posición de Iglesias y Unidad Podemos sobre el Sáhara Occidental. Unidas Podemos, pidió el pasado mes al Ejecutivo trabajar en Naciones Unidas para el cumplimiento de “la resolución 690 del Consejo de Seguridad de 1991 que mandata la organización de un referendo con el establecimiento de un calendario y un censo justo, así como fijar las garantías para su cumplimiento”. También solicitó que se mantuviese el alto el fuego “quebrado por Marruecos en el paso del Guerguerat”, donde el mes pasado intervino el Ejército marroquí. Iglesias reclamó entonces la celebración de un referéndum en el Sáhara, lo que hizo que varios miembros del Ejecutivo le recordaran que la política exterior es competencia de la ministra del ramo, Arancha González Laya, y el presidente Sánchez.

No es la primera vez que se abre un cisma en el Ejecutivo español con Pablo Iglesias como protagonista y con la política exterior como trasfondo. El malestar ya se hizo palpable cuando Iglesias viajó el pasado mes con el rey Felipe VI a Bolivia mes para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente, Luis Arce.

El líder de la formación morada aprovechó aquel viaje para intensificar la diplomacia paralela con dirigentes y mandatarios de la izquierda latinoamericana, con quienes firmó el manifiesto Declaración de la Paz, rubricado también por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, contra la “ultraderecha”.

Además de este conflicto exterior, en las últimas semanas Pedro Sánchez ha tenido que lidiar con su vicepresidente segundo a raíz la comisión interministerial para gestionar los fondos europeos para hacer frente a la crisis derivada de la pandemia en la que, al igual que este viaje a Marruecos, no estaba Iglesias, aunque sí la titular de Trabajo, Yolanda Díaz.

La decisión provocó una fuerte irritación en Iglesias y al final, Moncloa rectificó y no habrá una comisión interministerial, sino que será todo el Consejo de Ministros -Iglesias incluido- el que estará al frente del plan de recuperación y el fondo europeo.