n el mundo, cada minuto, las vacunas salvan a 5 menores de una muerte prevenible por enfermedades como el sarampión, la diarrea o la neumonía. Sin embargo, en 2019, cerca de 14 millones de niños y niñas del mundo entero no recibieron ninguna vacuna, a pesar de que la vacunación es la intervención de salud pública con mayor impacto y retorno para la salud y la economía.

Muchos de estos niños y niñas viven en lugares rurales remotos, barrios urbanos marginales y áreas afectadas por conflictos que interrumpen los sistemas de salud y los programas de vacunación, lo que conduce a una caída de la cobertura de inmunización. En países como República Centroafricana, Somalia, Chad, Guinea, Papúa Nueva Guinea o Sudán del Sur, las tasas de cobertura de difteria, tétanos y tosferina no llegan al 50%, dejando a más de la mitad de los niños y niñas desprotegidos ante infecciones prevenibles.

En el año 2020 la importancia de las vacunas se ha hecho más patente que nunca, pero mientras el mundo entero espera la solución a la pandemia de la Covid-19, no podemos olvidarnos de las enfermedades que sí pueden prevenirse y así evitar miles de muertes infantiles.

La sobrecarga que han sufrido todos los sistemas de salud del mundo debido a la pandemia del coronavirus ha llevado a la interrupción de servicios esenciales, entre ellos los de vacunación. Es fundamental unir esfuerzos en la lucha contra el coronavirus, pero en ningún caso esto puede llevar a aplazar la lucha contra otras enfermedades que siguen estando ahí, amenazando la salud y la vida de los más pequeños, sobre todo la de los más vulnerables.

Por eso, UNICEF lanza la campaña #PequeñasSoluciones con el objetivo de recordar el poder que tienen las vacunas para salvar vidas e incidir en la importancia de que se garantice la continuidad de la vacunación frente a enfermedades prevenibles en todos los lugares del mundo. Los progresos en inmunización contra enfermedades como el sarampión o la polio han sido enormes, sin embargo, la cobertura global lleva varios años estancada en un 85%, lo que no es suficiente. Desde UNICEF seguimos trabajando para llevar las vacunas a los niños y niñas que más lo necesitan, utilizando desde animales de carga, motos o canoas, hasta drones. Buscamos soluciones innovadoras para que no se rompa la cadena de frío, y la vacuna no pierda eficacia, usando la energía solar, la tecnología móvil y la telemetría. Y acompañamos a los ministerios de salud en todo el mundo para retomar y reforzar los programas de vacunación, y asegurar que cada niño y cada niña están protegidos contra infecciones prevenibles.

“No vacunar tiene consecuencias como son la vuelta de enfermedades que creíamos olvidadas, muertes evitables y sufrimiento en cientos de familias. Las vacunas son eficaces y seguras, salvan vidas y son buenas no solamente para la salud de nuestros hijos e hijas, sino también para las personas que les rodean. Les protegemos y nos protegemos todas las personas. Tenemos que hacer todo lo posible para que todos los niños y niñas, estén donde estén, reciban las vacunas que necesitan”, resaltan desde UNICEF