Varios exconsellers de Interior y exjefes de la policía catalana han celebrado la absolución del mayor Josep Lluís Trapero, de quien corroboran que nunca aceptaría directrices políticas, y han coincidido en que la sentencia refuerza a los Mossos d'Esquadra tras años sometidos a una gran presión.

Con distintos matices, porque han seguido trayectorias políticas y personales dispares, los exconsellers Miquel Buch (2018-2020), Ramon Espadaler (2012-2015) y Felip Puig (2010-2012) y los exdirectores de los Mossos Andreu Joan Martínez (2018-2019), Albert Batlle (2014-2017) y Manel Prat (2011-2014) han valorado la sentencia de la Audiencia Nacional que ha absuelto a Trapero, a la intendenta Teresa Laplana, al exsecretario general Cèsar Puig y al exdirector Pere Soler.

Conocedores de los entresijos de una cartera tan volcánica como la de Interior y de un puesto tan complejo como el de director de la policía, resaltan la importancia de esta sentencia, no sólo a nivel personal y profesional para los afectados, sino porque creen que supone un espaldarazo al modelo de proximidad y mediación policial impulsado por los Mossos.

En lo que coinciden sin dudar es en el perfil del mayor Trapero: un policía con una fuerte personalidad, siempre fiel a la policía catalana, y que nunca aceptaría directrices políticas ni quebrantar la ley.

Sin embargo, son menos rotundos a la hora de pronunciarse sobre si tendría que ser restituido al frente de los Mossos -tras ser destituido por el 155-, una vez la Audiencia ha certificado que no puso a la policía al servicio del proyecto independentista.

No porque duden de sus capacidades ni de su derecho a volver al frente de los Mossos, sino porque piensan que es mejor madurar la idea antes de tomar cualquier decisión.

También creen que la absolución tendría que tener consecuencias positivas para la situación del exconseller Joaquim Forn.

LA ABSOLUCIÓN: UN "ALIVIO" QUE REFUERZA A LOS MOSSOS

Miquel Buch, que tuvo que lidiar con las cargas de los Mossos en las protestas independentistas, entiende que la sentencia da la "razón" al modelo policial del cuerpo y certifica que durante el "procés" se ajustaron en todo momento al "mandato judicial".

La absolución supone un "alivio" para la policía catalana, tras ponerse en cuestión que hicieran bien su trabajo, lo que "rompió algunas de sus lógicas", según Buch. "Si han hecho bien su trabajo, el paso siguiente es ver qué pasa con los que mintieron cuando señalaban a los Mossos, diciendo auténticas barbaridades del cuerpo", apunta.

Según Ramon Espadaler, la Audiencia Nacional ha hecho "justicia" con Trapero, que sale "reforzado", como pasa igualmente con la policía autonómica: "Algunos tendrían que aprender la lección de que con los Mossos no se juega políticamente".

Y es que los Mossos, según Espadaler, "hacen su trabajo con rigor, de acuerdo con la ley, atendiendo al bien común y al interés judicial. No se les puede politizar poniéndoles al servicio de una causa o de la contraria". Por este motivo, resalta que la sentencia les da más fuerza por si en el futuro "hubiese otros intentos de utilizarles" políticamente.

Albert Batlle, que dimitió al frente del cuerpo policial dos meses antes del 1-O, opina que la sentencia "restituye" el respeto a la profesionalidad de los Mossos, que son una policía "muy madura y moderna", y constata que hicieron lo que debían: cumplir la ley y las órdenes judiciales sin atender a ninguna "injerencia política".

"Los años que yo estuve pude comprobar la profesionalidad de una policía blindada ante cualquier intento de interferencia política", ha subrayado Batlle.

Felip Puig no descarta que se haya intentado debilitar a este cuerpo para atacar la fortaleza institucional de Cataluña. "Es evidente que, en un proyecto de país, la seguridad es un fundamento de los más importantes. Atacando a la policía, se ataca al proyecto de país", advierte.

TRAPERO: UN POLICÍA QUE NO ACEPTARÍA INJERENCIAS POLÍTICAS

Todo son elogios para la figura de Trapero, un policía al que definen como tozudo y con una fuerte personalidad pero siempre fiel a los Mossos d'Esquadra, que nunca desobedecería una orden judicial y que jamás aceptaría someterse a directrices políticas.

Espadaler, que fue quien le nombró comisario jefe en diciembre de 2016, resalta que es, "esencialmente, un policía" a quien "no le interesaba nada que tuviera algún tipo de connotación política".

"Radicalmente, no", contesta Espadaler cuando se le pregunta si Trapero aceptaría injerencias políticas, y pone como ejemplo que cuando le propuso como comisario jefe le advirtió sin tapujos de que, si le tenía que detener, no lo dudaría.

Batlle, que fue quien propuso a Trapero como mayor, le define como un "policía integral, de los pies a la cabeza", con una gran independencia profesional, y destaca que fue el primer mosso en llegar a mayor tras empezar desde la base en la policía autonómica.

Por su parte, Manel Prat, que propuso a Trapero como comisario jefe -en un proceso que se inició en la etapa de Felip Puig y que culminó Espadaler-, se fijó en él porque era un policía "riguroso, serio" y que en momentos de crisis nunca se escondía.

"Siempre defendía a los Mossos, sus competencias y sus funciones desde el rigor", recuerda Prat, que ve "incuestionable" que Trapero no se sometería nunca a directrices políticas del Govern.

También Felip Puig, que le considera un "policía excepcional, de primer nivel", con un carácter fuerte, está convencido de que Trapero nunca ha seguido ni habría aceptado injerencias políticas.

¿SE DEBE RESTITUIR A TRAPERO AL FRENTE DE LOS MOSSOS?

A Espadaler le parece "acertada" la estrategia del conseller Miquel Sàmper de darse un tiempo para reflexionar con calma. "Estamos en el final de una legislatura, con la sentencia en caliente. Yo no precipitaría decisiones por parte de nadie. Trapero es el mayor y se ha confirmado que actuó correctamente, de acuerdo con la ley. Tiene todo el derecho, es una decisión suya y del conseller. Yo no me precipitaría, optaría por la prudencia".

Según Puig, Trapero se merece la restitución como profesional y como persona, aunque ve "evidente" que el Govern tiene que tener en cuenta "otras consideraciones" a la hora de tomar su decisión. "Desde una perspectiva profesional y personal, no habría mejor reparación que esta, pero el Govern y la institución tienen que valorar otras cosas que yo no puedo ponderar", sostiene.

Buch, que nada más llegar al cargo tras el 155 ya propuso sin éxito a Trapero restituirle al frente de los Mossos, deja ahora en manos del mayor y de Sàmper que tomen la "decisión más adecuada". Una decisión en la que, según Martínez, el mayor antepondrá siempre lo que crea que sea mejor para la policía catalana.

FERRAN LÓPEZ, UN COMISARIO CLAVE

Tanto Espadaler como Batlle resaltan la figura clave del comisario Ferran López, no sólo por acompañar a Trapero en todo este proceso para demostrarle que el cuerpo policial estaba con él, sino especialmente por aceptar comandarlo en un momento tan delicado como cuando se aplicó el 155.

"Algún día la historia, espero que más pronto que tarde, le hará justicia" a López, indica Espadaler, que agradece al comisario que se prestara a ponerse al frente de los Mossos durante el 155 evitando la "humillación" de quedar bajo el mando de otro cuerpo policial.