- El Parlament activó ayer la cuenta atrás reglamentaria hacia la convocatoria automática de elecciones para el 14 de febrero, en medio de un pulso estratégico entre JxCat y ERC, que volvieron a exhibir sus discrepancias, en esta ocasión sobre cómo interpretar un triunfo independentista con más del 50% de los votos.

El pleno se inició con la intervención del president del Parlament, Roger Torrent, que oficializó la activación de la cuenta atrás hacia la convocatoria automática de comicios. Torrent leyó una comunicación al hemiciclo en la que constató que no hay candidato a ser investido president de la Generalitat en sustitución del inhabilitado Quim Torra.

Esta lectura era una formalidad que tiene el mismo efecto que una hipotética investidura fallida: activar el reloj hacia la convocatoria de nuevas elecciones. Curiosamente en un Parlament acostumbrado a la confrontación, la activación de los comicios no suscitó críticas y fue bien vista por la totalidad de los grupos políticos.

La comunicación, publicada inmediatamente en el Boletín Oficial del Parlament, activa un plazo de dos meses, agotado el cual, si el 22 de diciembre no ha habido investidura, serán convocadas automáticamente elecciones en Catalunya para 54 días después, es decir, el domingo 14 de febrero.

La oficialización de esta cuenta atrás anunciada por Torrent dio paso a un turno de intervenciones de los líderes parlamentarios, en las que JxCat y ERC escenificaron nuevamente su pugna.

El presidente del grupo de JxCat, Albert Batet, insistió en situar como objetivo electoral superar el listón del 50 % de los votos independentistas para dar un paso “para conseguir la independencia”.

Acto seguido tomó la palabra el presidente del grupo de ERC, Sergi Sabrià, que lanzó una advertencia a quienes dan a entender que si el independentismo sobrepasa la mitad de los votos habrá consecuencias inmediatas. “No será un elemento definitivo, y quien lo insinúe engañará. Aunque no es un elemento definitivo, sí es imprescindible”, argumentó.