- El presidente del PP, Pablo Casado, optó ayer por mantener un perfil bajo respecto a la moción de censura de Vox contra el presidente español, Pedro Sánchez, una iniciativa que desdeñó al asegurar que está “condenada al fracaso” y que consideró propia de los partidos que no tienen posibilidad de gobernar. Frente a la disyuntiva que se le presenta al PP entre apostar por la centralidad o tratar de disputarle a los de Santiago Abascal los votos situados más a la derecha, Casado puso tierra de por medio y reivindicó que el suyo es un partido de gobierno. Exhibió para ello su hoja de servicios de las últimas semanas, encabezada por la proposición de ley que presentaron ayer mismo para la reforma del CGPJ.

En la rueda de prensa telemática que ofreció tras la reunión del Comité de Dirección del partido, Casado no desveló por tanto si la bancada popular se abstendrá o si votará en contra de la moción que se debatirá mañana y pasado en el Congreso (el voto a favor está descartado de antemano). Ni siquiera avanzó si será él mismo quien subirá a la tribuna de oradores para replicar a Abascal, mientras el PSOE confirmó que Pedro Sánchez contestará en primera persona al presidente de Vox. “Estamos por la España real y no en cuestiones que no importan a nadie, no valen para nada y están condenadas al fracaso”, se limitó a decir Casado, para el que la moción de censura solo importa a los periodistas, al partido proponente y al presidente del Gobierno.

Negó, eso sí, que el sentido del voto del Grupo Popular siga siendo objeto de debate en estos momentos. Explicó que no están “deshojando la margarita”, sino que tienen clara su posición desde “hace meses”, concretamente desde diez minutos después de que Vox anunciara la moción el pasado mes de julio. “La conocemos y la daremos a conocer donde corresponde y cuando corresponda”, afirmó.

Casado cargó por tanto las tintas contra esta iniciativa, pese a que ello le puede restar apoyos del sector más extremista del electorado de derechas en beneficio de Vox. “Es un tema que a mí no me importa nada y en el que no voy a gastar ni un solo minuto”, comenzó diciendo, e insistió en que quienes tienen que recurrir a este tipo de “estrategias condenadas al fracaso” son “quienes no gobiernan” y no los populares, que han estado en el Ejecutivo español y ahora gobiernan en comunidades autónomas y ayuntamientos.

Puso por ello en valor que, desde que Vox presentó su iniciativa para desalojar a Sánchez de La Moncloa, el PP ha ganado recursos contra decisiones del Gobierno para atajar la pandemia, ha “liderado la rebelión de los alcaldes” en la polémica sobre los remanentes de los ayuntamientos, ha planteado una iniciativa ante la “contrarreforma educativa”, otra contra la “okupación ilegal” y un plan de choque para poner fin a los “estragos sociales” que está causando la crisis sanitaria.

Este intento de vaciar de importancia a la moción de censura no ha evitado el debate en el seno del PP, y así la exportavoz del partido en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, ha vuelto a ejercer de verso libre y ha abogado por la abstención, al considerar que un no debilita al PP como alternativa e invalida una futura moción protagonizada por Casado. En un vídeo difundido en la noche del domingo en sus redes sociales, la diputada reclamó que el PP elija el “mal menor” y se abstenga, puesto que “el mal mayor es avalar a un aspirante a déspota”, en referencia a Pedro Sánchez, mientras España “vive un estado de excepción política”, según su parecer.

El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, sembró ayer la sombra de la duda al afirmar que más de un diputado de más de un partido está dispuesto a apoyar la moción, lo que podría provocar “alguna sorpresa” en la votación. “Hay gente sensata y responsable en todos los partidos”, alegó, aunque Casado negó la mayor y dijo que “no ha lugar” a que alguno de sus diputados se salte la consigna oficial puesto que los estatutos de la formación reflejan “claramente” que solo “hay libertad de voto para cuestiones morales o de conciencia”.

Los barones del PP siguieron ayer la línea marcada por Casado y el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, consideró que la moción es una iniciativa unilateral que “beneficia al Gobierno y perjudica a la alternativa del Gobierno”. El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, lamentó que con este movimiento de Vox “se va a ver la división del centro-derecha” y el madrileño José Luis Martínez-Almeida defendió que no solo no arreglará problemas sino que los agudizará.

“Estamos por la España real y no en cuestiones que no importan a nadie y no valen para nada”

Presidente del PP