- La gestión del explosivo número de contagios por coronavirus en la Comunidad de Madrid se ha convertido en un enredo que solo se puede enmarcar en la pugna política que mantiene el PP con el Gobierno español de Pedro Sánchez. Ambas partes habían anunciado en la noche anterior que existía un acuerdo entre el Ministerio de Sanidad de Salvador Illa y la comunidad para decretar el cierre del perímetro de la capital y una decena de localidades, a cambio de hacer más digerible el trance al territorio y extender los mismos criterios a todas las grandes ciudades del Estado. Pero la presidenta Isabel Díaz Ayuso dinamitó ayer el pacto y aseguró que no lo comparte. A última hora, Illa optó por anunciar que llevará de todos modos el cierre al Boletín Oficial del Estado. Supone imponer el criterio del Gobierno de Sánchez y no dar con una solución consensuada tras el extraño anuncio de la noche anterior, pero embrida la situación y pone coto a unos contagios que amenazaban a otros territorios por la movilidad. Lo hace, además, con el apoyo de varias autonomías y tras haber encauzado las tensiones con Euskadi.

Illa llevó el acuerdo después desmentido al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para que lo avalaran el resto de comunidades autónomas. El documento contempla la restricción de movilidad en los municipios de más de 100.000 habitantes con más de 500 infectados, entre otros criterios. En ese foro pudo reconducir el malestar del Gobierno Vasco de Iñigo Urkullu. El lehendakari había denunciado por la mañana en Euskadi Irratia que ese criterio para todo el Estado, acordado con una sola comunidad, era un estado de alarma “enmascarado”, y no recibió con agrado que no le fuera comunicado con carácter previo. Urkullu estaba preocupado por que pudieran regresar las viejas formas de Sánchez, que durante el estado de alarma anunciaba las medidas antes de consensuarlas en las conferencias de presidentes. Por la tarde se recondujo en la reunión del Consejo Interterritorial, donde el Gobierno Vasco mostró su malestar por las formas y por conocer la propuesta a través de los medios de comunicación.

Pero finalmente apoyó el documento porque la propuesta de Euskadi fue mayoritariamente aceptada por las comunidades y el propio Illa: Euskadi acepta que se fije un mínimo común denominador, pero con la condición de que se adopte a través del acuerdo y no en mesas paralelas, planteó también que las medidas sean “localizadas” y que el documento sea abierto, de manera que sea revisable y las medidas se puedan actualizar en base a los criterios epidemiológicos en el futuro. Además, no hay ningún municipio vasco mayor de 100.000 habitantes que se encuentre en los supuestos para restringir movimientos: 500 casos en los últimos 14 días, más de un 10% de positivos en las pruebas, y un 35% de ocupación en las UCI.

El acuerdo no fue suscrito por las comunidades del PP (con la excepción de Castilla y León) ni por Catalunya. Lo avalaron las comunidades del PSOE, Castilla y León y Euskadi. Illa optó por hacer valer el acuerdo mayoritario por la situación crítica en Madrid y el riesgo de que el virus se expanda por todo el Estado. Anunció que en los próximos días se va a publicar una orden con el acuerdo alcanzado por una “amplia mayoría”. Puso en valor el acuerdo con el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, que después desautorizó Ayuso. Madrid, Galicia, Catalunya, Andalucía, Ceuta y Murcia votaron en contra. “La salud de Madrid es la salud de España”, recalcó Illa. Todas las comunidades tendrán que cumplir la orden. Se aferró a los 780 casos por 100.000 habitantes en Madrid para presionar a Ayuso.

Las medidas suponen que se limiten las entradas y salidas a casos de fuerza mayor (ir a trabajar, al médico...), los comercios deberán cerrar a las 22.00 horas, la hostelería tendrá un aforo del 50%, y las reuniones de más de 6 personas quedan prohibidas salvo entre convivientes o en el trabajo.

Ayuso no quiere cerrar la capital, y defiende que se haga por barrios. Son 21 distritos y dice que solo 18 superan los 100.000 habitantes. Tampoco comparte el criterio de los 500 infectados y defiende la capacidad para movilizar camas de UCI y hacer test rápidos.

“La salud de la Comunidad de Madrid es la salud de toda España”

Ministro del Interior