- El nuevo gabinete de Iñigo Urkullu comienza su singladura con la urgencia de tomar medidas para contener y revertir la crisis sanitaria, social y económica generada por la pandemia del coronavirus. La principal herramienta para semejante combate son los presupuestos vascos para 2021, que pondrán la proa de la acción de gobierno junto con el programa de gobierno y el calendario legislativo. El Gobierno Vasco afronta el diseño de las “bases” presupuestarias como desafío inmediato en los primeros cien días de andadura, tal y como señaló ayer el portavoz del Ejecutivo de Gasteiz, Bingen Zupiria.

En su estreno poniendo voz al Ejecutivo vasco tras el primer Consejo de Gobierno, el también consejero de Cultura y Política Lingüística anunció que los objetivos inmediatos pasan por la elaboración de las bases de los presupuestos. Tras apelar al “sentimiento de comunidad” ante los tiempos de incertidumbre que acechan por la pandemia del covid-19, Zupiria subrayó que el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, está manos a la obra en la elaboración de las directrices económicas y presupuestarias para el próximo año, que constituirán la base de las cuentas de 2021.

Sin pandemia de por medio, el proyecto de Presupuestos podría estar listo en los plazos habituales y su aprobación se hubiera completado antes de final de año. Pero los efectos colaterales del covid-19 ralentizan el proceso ya que el consejero Azpiazu no dispone aún de algunos datos fundamentales para la ecuación. Especialmente el margen de déficit.

La recaudación fiscal de las haciendas forales ha descendido en los ocho primeros meses alrededor de un 20% debido a la contracción de la economía durante los meses de confinamiento y la caída de la actividad económica en los meses de verano. El margen de déficit deberá ser negociado entre los gobiernos vasco y español en la reunión de la Comisión Mixta del Concierto Económico, prevista para final de este mes. El Gobierno Vasco reclama un mecanismo que permita sustituir o dar cobertura a la laguna generada en los recursos públicos por la rebaja de la recaudación, con un incremento en la deuda. Ese es el endeudamiento que hay que concretar y pactar en el seno de la Comisión Mixta de Concierto.

El Gobierno Vasco y el Ejecutivo español han acordado para Euskadi un déficit del 2,6% y una deuda pública del 15,9% en 2020, cifras que se ratificarán en la próxima reunión de la Comisión Mixta del Concierto. Esto supondrá elevar la deuda en unos 1.500 millones de euros, hasta un total cercano a los 10.000 millones. Todo será necesario para movilizar el sector público de cara a paliar los efectos devastadores de la pandemia y reconstruir y reactivar la economía vasca, que obligará a tirar de deuda. El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha repetido en varias ocasiones que no habrá recortes y que nadie debe quedarse atrás, aunque los ajustes parecen inevitables, así como la expansión de los plazos de los proyectos aprobados.

Zupiria recordó que para poder concretar el contenido de los presupuestos es necesario establecer una previsión de ingresos junto a las diputaciones forales y los ayuntamientos y todo ello depende de los límites de déficit y la capacidad de endeudamiento a la que pueden recurrir las instituciones de Euskadi. El portavoz recordó que los ejecutivos vasco y español tienen el “compromiso” de abordar este asunto.

El portavoz del Gobierno Vasco señaló que la crisis ya está planteando “dificultades” en ámbitos ajenos a la propia sanidad, como la economía, el empleo o la educación. Por ese motivo, indicó que este es un “gran reto” al que solo se le puede hacer frente “desde el compromiso y el sentimiento de comunidad”.

En el ámbito concreto de la economía, explicó que el dato “más determinante” sobre la afección de la crisis sanitaria a la actividad productiva es la caída cercana al 20% que están experimentando las haciendas forales en sus ingresos fiscales. En este sentido, reconoció que en el ámbito de las empresas vascas “se están produciendo más noticias negativas que positivas”.

El programa de Gobierno, el calendario legislativo y las bases del presupuesto de 2021 serán, por tanto, “las principales funciones del Gobierno Vasco para los próximos 100 días”, resumió el portavoz, que también explicó que se ha acordado solicitar la comparecencia de los diferentes consejeros en el Parlamento Vasco para presentar los principales proyectos de cada área .

Zupiria recordó que los ejecutivos vasco y español también tienen pendiente “avanzar” en el desarrollo del Estatuto de Autonomía de Euskadi, aún “pendiente” de completar, y de determinar la forma en la que Euskadi podrá acceder a los fondos europeos para la reconstrucción.

El portavoz del Gobierno autonómico reconoció que el nuevo gabinete de Urkullu afronta la legislatura en un contexto de “incertidumbre” por la pandemia, cuya gestión constituye “el mayor reto” al que se ha enfrentado la sociedad vasca desde la reinstauración de la democracia en España. “Tendremos que acostumbrarnos a convivir con un virus muy contagioso durante un largo periodo de tiempo. Debemos ser prudentes en casa, en la calle, en el trabajo, en el ocio, con amigos y con familiares”, conminó.

Asimismo, afirmó que el Ejecutivo adoptará las medidas necesarias para tratar de garantizar la salud de los ciudadanos, pero ha alertado de que, junto a los esfuerzos de las administraciones, es necesario contar con el “compromiso” de todos los ciudadanos para hacer frente a los riesgos sanitarios.

“Solo se puede afrontar el reto de la pandemia y la crisis desde el sentimiento de comunidad”

Portavoz del Gobierno Vasco