- La implosión de Convergéncia (CDC) ha alumbrado el nacimiento de tres formaciones políticas que pugnan por hacerse con suespacio. Primero fueron Junts per Catalunya (JxCat) y Partit Democrático de Catalunya (PDeCAT), siglas impulsadas por Carles Puigdemont y Artur Mas, respectivamente, y este mismo verano ha nacido el PNC, liderado por Marta Pascal, un partido que se mira en el espejo del PNV, que aboga por el pragmatismo, el diálogo con el Gobierno español, el referéndum pactado y la bilateralidad.

¿Qué le parece el nuevo gobierno de coalición en Euskadi entre PNV y PSE?

—Todo apunta a que las cosas pueden ir bien. Los dos partidos se conocen y tienen buena relación. En Euskadi hay una mayor cultura de coalición de la que tenemos en Catalunya y creo que puede ser un gobierno solvente.

El PNC está en construcción (se fundó el pasado junio), pero está listo para entrar en la batalla política?

—Venimos de un proceso ideológico a través de la iniciativa de Poblet que nos llevó un año de trabajo para preparar un programa ideológico en el que estuvimos implicadas más de 300 personas. Tenemos dos objetivos: el primero es tener el partido a punto para presentarnos en las próximas elecciones catalanas; y el segundo, darnos a conocer entre la población y al mismo tiempo escuchar a la gente, sus problemas e inquietudes, a lo largo y ancho de todo el territorio catalán. En el fondo nuestro referente es el PNV, su forma de hacer política bien hecha, pero sin renunciar a los ideales y con un modelo de gestión sólido y buscando solución a los problemas del día a día.

¿Van a llegar a tiempo a las elecciones para poder presentar una marca sólida?

—Estamos a punto, aunque es cierto que estamos en un momento inicial de divulgación de la marca, los liderazgos€ pero estamos preparados para presentarnos. Ahora mismo la prioridad es reconstruir la economía catalana.

¿A qué aspiran en las elecciones?

—Nuestro objetivo es entrar en el Parlamento de Catalunya para tener capacidad de influir y condicionar la vida política de Catalunya a favor del votante de centro que quiere es que se defiendan el país y sus instituciones pero que prioriza la recuperación económica y dar un paso al frente desde el punto de vista de desarrollo económico y social.

¿Por qué el president Torra no termina de fijar fecha a las elecciones catalanas?

—Algunos están cómodos en esta dinámica de confrontación que tanto daño hace al país. En el fondo lo que hay es una batalla muy dura por la hegemonía entre JxCat y ERC y se ha puesto la agenda personal y partidista por delante de la agenda de país. Aún no ha fijado la fecha de las elecciones porque hay un interés partidista por delante del interés de país.

¿Y qué consecuencias tiene eso?

—Cuando los dos partidos que forman el Govern están más pendientes de sus respectivas estrategias que de los intereses del país las consecuencias son nefastas para la ciudadanía. Por ejemplo, hasta este pasado lunes el president Torra no se había reunido ni una sola vez con la comunidad educativa para abordar la vuelta a las aulas en medio de la pandemia. El Govern está más pendiente de los escaños que van a sacar, del alboroto y del debate independentista, que de los problemas reales de la gente y esto hace que el Govern esté desbordado. La defensa de las instituciones nacionales catalanas y del referéndum pactado es evidentemente importantes, pero ahora mismo hay que atender la situación de emergencia sanitaria, social y económica en Catalunya. Por eso pedimos a Torra que convoque las elecciones. La solución no es que haya un president y dos partidos constantemente enzarzados para lograr la hegemonía y pensando en desarrollar su propia agenda.

Puigdemont no descarta presentarse como candidato a president, desde Catalunya o desde Waterloo. ¿Es viable?

—No se puede gobernar Catalunya desde Waterloo. Intentar gobernar Catalunya desde Bruselas es inviable porque las necesidades de los siete millones y medio de ciudadanos catalanes no se limitan solo a las cuestiones independentistas y es urgente atender a la situación de emergencia sanitaria, social y económica que padecemos. La agenda de Puigdemont ahora mismo es solo independencia y confrontación.

¿Debería Torra apostar por la bilateralidad?

—Nuestra vía es alejarnos de la confrontación y de la unilateralidad y hacer una apuesta por la bilateralidad y mantener una relación institucional directa con el Gobierno español. El camino es el que está haciendo el lehendakari Urkullu con muchísimo acierto. Eso no es óbice para que desde Catalunya debamos tener un nivel de exigencia muy alto con Sánchez por la gestión que ha hecho de la crisis, por los temas pendientes competencias, asignación presupuestaria€ pero hay que trabajar de manera bilateral y reconstruir confianzas.

¿Es una apuesta por el pragmatismo?

—Esa es nuestra opción porque es la mejor manera de ser útil a la hora de responder a las necesidades de los ciudadanos. Queremos una moderación radical, por eso exigimos la bilateralidad con el Estado y reclamamos los recursos y las competencias que nos corresponden, pero no es menos cierto que la Generalitat tiene que hacer un esfuerzo para mejorar la gestión en muchos ámbitos que son de nuestra competencia. También es verdad que las respuestas que da Pedro Sánchez a algunas situaciones que se producen en Catalunya demuestran que no entiende lo que Catalunya le está pidiendo.

¿Aspira el PNC a algo parecido al Concierto económico vasco?

—Aspiramos al soberanismo fiscal al estilo del vasco, lo queremos. Nuestro ideal es avanzar hacia el referéndum acordado con el Estado español, pero mientras tanto queremos todas las competencias. No queremos que el Estado nos lamine las competencias propias que ya tenemos y que el Tribunal Constitucional laminó en 2010; queremos un sistema fiscal a la vasca que nos permita que la fuerza, el talentoy la capacidad económica que tiene Catalunya no se vea mermada por un sistema de financiación autonómica que nos resta fuerza. Lucharemos por esto sin renunciar a que nuestro futuro político pase por un referéndum acordado y sin renunciar a ser nación y estado en una Europa más fuerte y unida.

¿El PNC se mira en el espejo del PNV y de l actual Gobierno Vasco?

—Somos un partido de obediencia catalana pero tenemos algunos referentes y el PNV es uno de ellos, por su manera de hacer política y porque es capaz de aunar la defensa del autogobierno con la defensa de los intereses de los vascos en Euskadi, Madrid y Europa. Compartimos la vocación de hacer política útil para los ciudadanos.

Muchos de los que integran la cúpula del PNC, incluida usted, participaron de una forma u otra en el proceso independentista. ¿Se arrepiente?

—No emplearía la palabra arrepentir, yo creo que no lo hicimos todo bien. Yo defendí que se convocaran las elecciones y que no se hiciera la DUI (Declaración Unilateral de Independencia) para intentar que el president Puigdemont y el presidente Rajoy dialogaran y buscaran una salida política, no de confrontación, pero no fue posible. Luego, una lamenta no haber apretado un poco más. Mis ideales acerca de una Catalunya independiente son evidentes pero estamos en el siglo XXI y hay que situar las prioridades de la gente de forma muy clara y ahora mismo la agenda independentista no puede ser la prioridad, sino la agenda social y económica. Como nacionalista catalana voy a luchar para que mi país tenga las máximas cotas de autogobierno, pero mientras tanto hay un día a día que hay que gestionar en beneficio del bienestar de los catalanes.

¿Qué espera de la mesa de diálogo entre los gobiernos español y catalán?

—Es un foro necesario que se tiene que seguir trabajando en la línea de ganar confianza mutua y de seguir sentados en la mesa. Sin embargo, yo no comparto con el Govern esto de poner como condición que si no se habla de autodeterminación se levantan de la mesa. Venimos de un proceso largo de muchos errores y desconfianzas, y lo que debemos hacer es buscar los puntos de encuentro.

"JxCat y ERC han puesto su interés partidista y estratégico por delante de la agenda del país. Están cómodos en esta dinámica de confrontación"

"Puigdemont solo habla de unilateralidad y confrontación; Mas, de independencia. El PNC va más allá, buscamos un pacto con el Estado"

"No se puede gobernar Catalunya desde Waterloo. La agenda de Puigdemont se limita a la unilateralidad"

"Nuestra vía es alejarnos de la confrontación y apostar por la bilateralidad, mantener una relación directa con el Gobierno español"

"Queremos incorporar a toda aquella gente catalanista que quiere fortalecer el autogobierno y que pide soberanía fiscal"

"El proyecto político del Partit Nacionalista de Catalunya no ha existido antes y tenemos la responsabilidad de plantearlo"