- El Parlamento Vasco sigue despejando el camino para celebrar cuanto antes la sesión de investidura del lehendakari, y ayer cumplió otro de los trámites burocráticos necesarios para llegar a puerto. Se formó la comisión de incompatibilidades que estudia que todos los parlamentarios puedan ejercer el cargo y que, tras la sesión relámpago de ayer, no agotará el plazo de veinte días y elevará casi con carácter inmediato, el próximo jueves, un dictamen al pleno. Es la estación final en todo este proceso, porque al término de esa sesión se anunciará la fecha de la investidura. En este momento solo se baraja una: el 3 de septiembre, y la jura del cargo en la Casa de Juntas de Gernika el día 5. Existe poco margen para la sorpresa. Que esta fecha se ponga en circulación es un síntoma de que la negociación entre PNV y PSE está engrasada para reelegir a Iñigo Urkullu por un tercer mandato, y demuestra que ambas partes consideran que esa meta es un objetivo alcanzable.

Las conversaciones avanzan con discreción, no se espera un anuncio inmediato ni novedades esta semana y, si a ello se le suma el periodo estival, puede dar la sensación de que estos días son de una menor intensidad, pero fuentes socialistas aclaran a este periódico que "todo va según lo previsto" en forma y fondo, y tampoco hay "obstáculos". La aclaración es relevante por boca de los socialistas en la medida en que, en los primeros días del diálogo, se generó cierta incertidumbre en torno a su posición por los globos sonda del diputado Odón Elorza, quien planteó la necesidad de reconsiderar el gobierno de coalición con el PNV al entender que no habían rentabilizado su presencia en el ejecutivo. Aunque la idea siga siendo comenzar por el programa y dejar para el final la fórmula de gobierno, la coalición es algo que ya nadie cuestiona, y la mayor incógnita que pende sobre el diálogo pasa por esclarecer si la propia líder del PSE, Idoia Mendia, se inclinará finalmente por entrar en el ejecutivo.

Fue decisivo que Mendia aclarase públicamente que lo más razonable sería repetir el gobierno conjunto, lo que contribuyó a despejar las dudas que ella misma había generado, y parece que Odón Elorza también asume el escenario. Ayer se centró en Radio Euskadi en pedir una mayor presencia para el PSE, precisamente mencionando la opción de una "vicelehendakaritza" que parece la percha para que Mendia cuelgue su entrada en el gobierno. La socialista volvió a matizar ayer en respuesta a Elorza que la última palabra sobre la fórmula la tendrá la militancia del PSE en una consulta.

Se espera que el próximo jueves, la presidenta del Parlamento, la jeltzale Bakartxo Tejeria, haga oficial la fecha del 3 de septiembre para la investidura. Que PNV y PSE hayan conseguido desbordar esta vez la mayoría absoluta con 41 escaños a diferencia de lo que sucedió en la anterior legislatura les permite resolver la investidura en una sola votación, la primera, en lugar de tener que esperar 24 horas para proclamar a Urkullu en segunda votación por mayoría simple. La candidatura de Maddalen Iriarte desde EH Bildu no tendría opciones aritméticas de arrebatarle la makila. Tras los discursos de los aspirantes, el pleno se interrumpe por un máximo de 24 horas antes de continuar y abrir las votaciones pero, aun así, no habría ningún impedimento para que la jura del cargo se produjera el sábado día 5.

PNV y PSE están enfrascados en la fase de intercambio de borradores, y la idea es dejar todo bien amarrado y blindar al gobierno de las discrepancias que puedan surgir (en este punto vuelve a aflorar el debate del nuevo estatus de autogobierno). En torno a las prioridades no parece haber mayor discusión en plena crisis del coronavirus y caída del empleo. Los socialistas aseguran que, cuando se cierre el programa del ejecutivo, comenzarán a abordar la coalición. Todo apunta a un equilibrio de fuerzas muy similar al actual, donde el PSE ocupa tres consejerías (Vivienda y Medio Ambiente, con Iñaki Arriola; Trabajo y Justicia, con María Jesús San José; y Turismo, Comercio y Consumo, con Sonia Pérez). El PNV ha crecido tres escaños, frente al asiento adicional que ha logrado el PSE en el Parlamento, lo que en principio podría obligar a los socialistas a moderar las aspiraciones, aunque al mismo tiempo tienen los diez representantes que dan la mayoría absoluta al PNV. Por ello, todo apunta a que no habrá terremotos en el reparto, y la duda radica en la entrada de Mendia.

Odón Elorza volvió a quejarse ayer de que "no son buenos los automatismos" y dijo que tiene que producirse un análisis sobre si es mejor formar parte del gobierno o quedarse fuera "manteniendo la estabilidad, negociando Presupuestos y algunas leyes", pero al mismo tiempo asumió que todo puede apuntar a un gobierno de coalición y entró en el debate pidiendo que su partido gestione áreas "importantes", no el "4,3% del Presupuesto". Planteó alguna vicelehendakaritza y mayor "protagonismo". Sí aclaró que todo esto está en manos de Mendia y que deberá ser refrendado por las bases, aunque sobre este extremo no hay dudas y la socialista ya se había comprometido a ello.

El Parlamento designó ayer en un visto y no visto a los integrantes de la comisión de incompatibilidades, que se volverá a reunir el lunes y elevará su dictamen el jueves. La formarán Kerman Orbegozo y Joseba Díez Antxustegi (PNV); Nerea Kortajarena y Josu Estarrona (EH Bildu); Gloria Sánchez y Alberto Alonso (PSE); Iñigo Martínez y Gustavo Angulo (Elkarrekin Podemos-IU); Laura Garrido y José Manuel Gil Vegas (PP+C's), y Amaia Martínez (Vox). Se espera que tras el pleno del jueves se fije la investidura para el 3 de septiembre, una fecha que servirá de faro y horizonte para el diálogo PNV-PSE.