- Nadie tomaría prestado un traje que le queda pequeño, salvo que quisiera que le reventaran todas las costuras. El consejero de Hacienda en funciones, Pedro Azpiazu, no ve suficiente ni aplicable a la comunidad autónoma vasca el límite de déficit del 2,3% del PIB para este año que ha pactado en las últimas horas el Gobierno navarro con el Ejecutivo español de Pedro Sánchez. Si Madrid pensaba que podía cortar por el mismo patrón a los dos regímenes forales, se ha encontrado con que tendrá que buscar una solución específica para el Ejecutivo vasco atendiendo a su situación económica y respetando la letra de lo pactado con el PNV el 20 de mayo, un documento que comprometía el déficit necesario para cubrir el agujero de la recaudación de impuestos provocado por el coronavirus.

Por un lado, el 2,3% está lejos del límite de déficit al que aspira Azpiazu. Hace unos días, su Departamento habló de manera orientativa del 3,5% y, aunque finalmente parece que no tendrá que ser tan alto porque los últimos datos de las diputaciones forales apuntan una leve mejoría, la cifra que maneja su equipo sigue siendo muy superior a la navarra. Por otro lado, más allá de la cifra, no convence el método. Lo que ha hecho Nafarroa es pactar un objetivo de déficit variable, revisable al alza. La cifra pactada cubre 400 millones, aunque se preveía una caída de la recaudación de 818, el doble. Como salvaguarda, el déficit pactado es revisable. Es algo que no contempla bajo ningún concepto el Gobierno Vasco liderado por Urkullu. Recuerda que en su caso existe un pacto firmado entre la vicepresidenta Calvo y el PNV que obliga a compensar la caída fiscal (unos 2.000 millones menos para el Ejecutivo autonómico), tal y como recalcan desde su consejería a este diario.

Azpiazu tiene una cifra "fija" que le han proporcionado las diputaciones forales, y no se plantea pactar a la baja. En ámbitos jeltzales se alerta de que, una vez firmado un número, puede ser complicado revisarlo al alza y puede haber resistencias. No invitaría al optimismo que el propio Sánchez haya incumplido ya su acuerdo, porque prometió alcanzar un pacto en la Comisión Mixta del Concierto Económico en la primera semana de julio, y el mes termina hoy sin fecha para la reunión. Fiar a largo la revisión al alza no es algo que contemple Azpiazu. No está el horno para bollos, y la confianza ha quedado tocada con Sánchez.

Se llega con las espadas en alto a la conferencia de líderes autonómicos organizada hoy por el presidente Sánchez, a la que el lehendakari Urkullu no acudirá salvo que en las próximas horas haya una sorpresa que nadie espera y se concrete una fecha para la Comisión. Si la situación mejorase y hubiera que endeudarse menos, "mejor, pero nunca pactaremos a la baja", avisan desde el Departamento. El Ejecutivo vasco lo forman PNV y PSE, un último partido que no comparte el plante de Urkullu. Este debate es determinante para redactar los Presupuestos de 2021.

La controversia se remonta al reparto unilateral entre las comunidades autónomas del fondo de 16.000 millones puesto en marcha por Sánchez para mitigar las consecuencias del coronavirus. La ministra Montero excluyó a las haciendas forales de la CAV y Nafarroa del cuarto tramo de 5.000 millones para cubrir la caída de la recaudación fiscal y el transporte público, con el argumento de que recaudan sus propios impuestos y tienen un volumen extraordinario de fondos. Pero apostó por compensarlas con mayor déficit. Tanto la CAV como Nafarroa habían pactado antes del virus un 0%. Desde entonces, el Gobierno español se ha resistido a dar por buenas las cifras de la comunidad autónoma vasca, a pesar de que la crisis parece evidente con la histórica caída del PIB del 20,1% en el segundo trimestre, y los despidos en ITP, Tubacex y Aernnova. El PNV lleva varios días asegurando a Sánchez que sus previsiones para el Estado son demasiado optimistas y poco realistas y, en ese sentido, podría interpretarse que el socialista se resiste a aceptar los datos vascos porque lo obligarían a refrescar las cifras del Gobierno español. La pugna se encuentra atascada en ese nudo. El lehendakari le pidió en una carta el 2 de julio que asumiera que los datos forales son serios y no los someta a una fiscalización. Puede existir la tentación de que el Estado intente aplicar de manera simétrica la solución navarra a la CAV, pero no cabría que lo hiciera con las comunidades de régimen común, que ya tienen el cuarto tramo del fondo.

El consejero Pedro Azpiazu declaró a Radio Euskadi que el acuerdo navarro no es suficiente para la CAV. "Con un 2,3% no somos capaces de cubrir la caída de la recaudación. Cada gobierno es diferente", aclaró. Insistió en la importancia de contar con un déficit claro para solicitar el endeudamiento y redactar los Presupuestos de 2021. "Había un compromiso político del Gobierno central para la primera semana de julio. Se han sobrepasado todos los plazos", afeó. Preguntado por si la deuda puede hipotecar el futuro cuando haya que devolverla, dijo que no es así en el caso vasco, porque las arcas están "saneadas y desde 2017 tenemos superávit".

En el PNV, el burukide Koldo Mediavilla no vio tampoco ningún guiño en la carta de Sánchez a Urkullu para instarle a acudir a la conferencia. En Herri Irratia, vio problemas de fondo, porque ni siquiera hay orden del día, y forma, porque la carta llegó antes a la prensa.

"No es nuestro caso. Con un 2,3% no somos capaces de cubrir la caída de recaudación. Cada Gobierno es diferente"

Consejero de Hacienda en funciones