- El PNV ha tenido que sacar la bala de plata para exigir a Pedro Sánchez que cumpla lo pactado. El partido jeltzale, socio de investidura del socialista y uno de los pilares más firmes para la estabilidad de su legislatura, avisó ayer de manera solemne en el Congreso de los Diputados de que su paciencia se agota y no negociará los Presupuestos del Gobierno español si no reúne de inmediato la Comisión Mixta del Concierto Económico. Es un paso clave para conocer el dinero que va a tener a mano el próximo Gobierno Vasco para redactar los Presupuestos de 2021. Ayer se conoció que el conflicto tiene un alcance mayor de lo inicialmente previsto y solo había asomado la punta del iceberg. En concreto, se desveló que existe un compromiso por escrito contraído por la vicepresidenta Calvo con el presidente de la ejecutiva del PNV, Andoni Ortuzar, el 20 de mayo, y que debería haberse cumplido en la primera semana de julio y sin embargo se ha obviado por Madrid: la Comisión Mixta debe pactar un déficit para la comunidad autónoma que le permita cubrir la caída prevista en la recaudación fiscal por la crisis del coronavirus, de entre 2.000 y 3.000 millones de euros. Las comunidades que no tienen hacienda propia saben que se van a beneficiar de un tramo del fondo del coronavirus habilitado por Sánchez como colchón para esa caída, y del que han sido excluidas la CAV y Nafarroa.

En el turno de su pregunta dirigida al presidente español en el pleno de ayer, el portavoz del grupo jeltzale, Aitor Esteban, extendió con carácter general la advertencia de retirar el apoyo a cualquier otra votación ("no se moleste en llamar a la puerta para buscar más acuerdos"), lo que apunta a una quiebra grave en la confianza por el incumplimiento del pacto. Los jeltzales se expresan en términos de ultimátum a Sánchez. El malestar no es una pose, y el aviso del PNV debería inquietar a un socialista con mayorías precarias. Tendrá complicado lograr el respaldo de ERC a las Cuentas en un contexto de aroma electoral en Catalunya y, aunque podría aspirar a atraer a C's, lo tendría más complicado con el PP a pesar de los últimos acercamientos.

Sánchez dijo que habrá Comisión Mixta ("no le quepa a usted duda"), pero no dio fechas y dejó ver entre líneas que no comparte los cálculos que esgrimen las diputaciones forales. El tiempo corre y cada vez aprieta más en Euskadi, donde se pretende un arranque rápido de la legislatura para estar preparados en la pandemia. Se suponía que, una vez desbloqueado el acuerdo europeo sobre los fondos de reconstrucción en unos términos que no suponen una gran vigilancia para la situación financiera estatal, Sánchez iba a dar un acelerón a la Comisión Mixta, pero no está siendo así, al menos de momento.

La explicación del enfado jeltzale fue desvelada por completo: después de que Esteban agitara un folio desde su escaño de manera subliminal hablando de un pacto con el Gobierno español, fue el propio Sánchez quien reveló en su respuesta buena parte de lo firmado, y el PNV terminó confirmando por cauces oficiales que el 20 de mayo la vicepresidenta primera del Gobierno español, Carmen Calvo, se comprometió a "garantizar que el País Vasco tendrá en el ejercicio 2020 un porcentaje de déficit sobre PIB equivalente al descenso de recaudación previsto por las diputaciones forales de los territorios históricos, así como a permitir la utilización del superávit presupuestario de 2019". Se debía plasmar en una Comisión Mixta del Concierto Económico "durante la primera semana del mes de julio". Solo se minorará "aquella parte de la caída de la recaudación producida en su caso por las modificaciones tributarias que suponga una disminución de la recaudación en 2020, así como la utilización que se haya realizado del superávit presupuestario 2019". "La deuda pública aumentará respecto al correspondiente ejercicio 2019 en el porcentaje necesario para financiar el déficit en que se incurra anualmente", concluye el acuerdo.

La vía del déficit es la compensación que ofreció el propio Gobierno español a las haciendas forales tras haberlas excluido del reparto del cuarto tramo del fondo del coronavirus, 5.000 millones que se van a repartir entre todas las comunidades salvo la CAV y Nafarroa para paliar la caída de la recaudación fiscal y del uso del transporte público. Sin embargo, la Comisión Mixta no termina de ser convocada. La apuesta por la deuda es estratégica para el candidato a la reelección como lehendakari, Iñigo Urkullu, que la esgrime para evitar los recortes sociales y la subida de impuestos, y que ve margen porque Euskadi lleva en déficit 0% desde 2017, con una tesorería saneada. Euskadi propone generar sus propios recursos con deuda, y no pide más fondos al Estado. Esteban avisó a Sánchez de que no puede pretender su apoyo a las Cuentas cuando deja a Euskadi en ascuas sobre el dinero que va a tener. Sánchez insinúa que hay desacuerdo en las cifras, pero el pacto no admite interpretación: plantea un déficit que cubra la caída de la recaudación estimada por las diputaciones.

En ese contexto, Esteban preguntó ayer en el Congreso a Sánchez si "piensa seguir obviando la relación bilateral retrasando la convocatoria de la Comisión Mixta del Concierto Económico para fijar el déficit y la deuda de las administraciones vascas". Sánchez se fue por las ramas esgrimiendo otros pactos que nada tienen que ver, como el traspaso de tres competencias; o lo centrado que ha estado en una pandemia "inédita en cien años". Defendió que sus compromisos de investidura siguen en pie y que siempre ha considerado "imprescindible" el entendimiento entre PNV y PSOE porque, cuando pactan, "gana Euskadi y gana España". No dio fechas.

Esteban respondió que "desde luego que con el entendimiento se gana", pero"los pactos deben cumplirse". "Las instituciones vascas y navarras deben conocer ya cuáles van a ser sus márgenes presupuestarios y financieros. Y usted sabe que tiene un compromiso", dijo, agitando el famoso folio. "Un compromiso firmado con nosotros, incumplido, no solo para reunir la Comisión Mixta, sino para acordar el déficit en unos términos muy explícitos en base a la caída de la recaudación", dijo. Esteban recordó que ya tiene los datos de las diputaciones forales "al detalle", "y aun así sigue sin aceptarlo". "No estamos pidiendo dinero, sino que nos dejen endeudarnos", aclaró, para avisar después de que "lo que no puede pensar es que va a tener unos Presupuestos mientras a los demás nos deja in albis y no podemos contar con los datos para ir preparando la senda presupuestaria". "Si quiere contar con nosotros, convoque ya la Comisión y acuerde la autorización en los términos pactados. Mientras tanto, no se moleste en llamar a nuestra puerta para buscar más acuerdos", zanjó.

Sánchez respondió que "la Comisión se va a celebrar", pero no ofreció certezas y sembró la duda sobre los cálculos. "Las diputaciones forales han realizado su cálculo y el Gobierno de España también tiene el suyo. Ahora estamos negociando cuál puede ser el acuerdo", aseguró. El pacto se firmó el 20 de mayo. Ese día también se conoció el documento firmado por el PSOE y Unidas Podemos con EH Bildu sobre la reforma laboral (ha quedado en agua de borrajas) y sobre el uso del superávit en las administraciones vascas, que el pacto jeltzale había plasmado de manera más global y con mayor recorrido al abordar el déficit.

También ayer se supo que la comunidad va a recibir 328,63 millones del primer tramo del fondo de Sánchez, un dinero decidido "unilateralmente por España" y que debería acordarse en la Comisión Mixta, según fuentes del Gobierno Vasco. Se han seguido criterios sanitarios y el monto es inferior al que hubiera correspondido por el cálculo del Cupo, porque el 6,24% del tramo de 6.000 millones da unos 370. Nafarroa tendrá 88,73.

Fondo Covid. El Gobierno español aprobó de manera unilateral los criterios de reparto entre las comunidades autónomas de 16.000 millones para paliar los efectos del coronavirus. Hay cuatro tramos, y del último quedan excluidas las haciendas forales de la comunidad autónoma vasca y Nafarroa. Son 5.000 millones para amortiguar las consecuencias de la caída de la recaudación fiscal y el uso del transporte público. El Gobierno español argumentó que las haciendas forales recaudan sus propios impuestos y ofreció compensarlas con un mayor límite de deuda y déficit.

El pacto. Ayer se desveló el compromiso que asumió la vicepresidenta Calvo con el presidente de la ejecutiva del PNV, Andoni Ortuzar, el 20 de mayo. "El Gobierno de España se compromete a garantizar que el País Vasco tendrá en el ejercicio 2020 un porcentaje de déficit sobre PIB equivalente al descenso de recaudación previsto por las diputaciones forales de los territorios históricos, así como a permitir la utilización del superávit presupuestario de 2019", decía el pacto. Se prometía la celebración de la Comisión Mixta en la primera semana de julio.

El primer tramo, 328 millones. La comunidad autónoma vasca recibirá 328,63 millones por el primer tramo de 6.000 millones. Para repartirlo se han tomado en cuenta variables sanitarias como las UCI. La Comunidad de Madrid es la más agraciada con casi 1.500 millones, seguida de los 1.250 de Catalunya. A la CAV le han correspondido 328.630.880 euros, y Nafarroa se lleva 88.728.360. Fuentes del Gobierno Vasco dijeron ayer que la cuantía "es la decidida unilateralmente por España; según sus criterios, es correcta". "Nuestro ámbito de acuerdo es la Comisión Mixta. Urge convocarla para acordar bilateralmente este tema y la nueva senda de déficit", aclaran.