- Desde que tocó a su fin el estado de alarma, se ha entrado en una especie de limbo donde las comunidades autónomas han recuperado todas sus competencias para actuar en materia sanitaria, pero en realidad tienen que someterse al control judicial para restringir la libertad de movimiento de su población en el contexto de los rebrotes del coronavirus, con el argumento de que solo el Gobierno central puede confinar con el estado de alarma. Se ha revelado que el sistema es imperfecto y ralentiza la toma de decisiones, lo que ha servido a algunas autoridades autonómicas para poner ya sobre la mesa que hace falta una reforma de la legislación sanitaria. Ahora mismo, parece que solo hay tres escenarios: o el presidente Pedro Sánchez recupera el estado de alarma como paraguas para confinar a la población (un estado de alarma que no quieren que vuelva los gobiernos vasco y catalán), o las comunidades se ven sometidas al control de los juzgados medida a medida, o bien se acomete una reforma legal para agilizarlo. En ese contexto, el PP cargó ayer con dureza contra el presidente español para avisarlo de que no puede "lavarse las manos".

No pareció que pidiera el regreso del estado de alarma, porque entraría en contradicción con su voto en contra en el Congreso de los Diputados. Dijo que debe activarse una vía para "agilizar" las medidas en los territorios pero, viendo que Sánchez no ha preparado un protocolo como plan B a la alarma, pidió que el presidente al menos coordine.

El debate arrancó en Catalunya, donde es evidente que la situación está fuera de control con más de mil nuevos contagios, y el president Torra está realizando movimientos a trancas y barrancas por la supervisión judicial a la que debe someterse. Ha establecido restricciones en Lleida que se han extendido al área de Barcelona, donde se recomienda no salir de casa y se han prohibido las reuniones de más de 10 personas. También el PP, por boca del presidente de la Xunta de Galicia en funciones, Alberto Núñez Feijóo, ha avisado de que es "un error estratégico" esta falta de colchón y de plan B para agilizar las medidas de confinamiento sin estado de alarma. Antes de las elecciones, el presidente gallego ya había dejado caer en las reuniones por videoconferencia del domingo con Sánchez y otros mandatarios autonómicos que parece que, una vez superado el estado de alarma, el socialista se desentiende de los problemas. El Gobierno español ejerció su mando único, y ahora no agiliza el plan alternativo.

Vuelve la confrontación entre el PP y Pedro Sánchez, si es que alguna vez llegó a marcharse. El líder de los populares, Pablo Casado, avisó ayer en Alicante de que el presidente español "no puede lavarse las manos" ante los rebrotes del coronavirus que se están dando en los últimos días, porque a su juicio "tiene la obligación de coordinar, dirigir y amparar" a toda la población. Acusó al ministerio de Sanidad que dirige Salvador Illa de "pasividad", y puso en valor, por el contrario, los protocolos de "Andalucía, Murcia y, ahora, la Generalitat Valenciana" para promover el uso de la mascarilla. También pidió medidas que eviten "cierres prolongados de la sociedad" que provoquen a su vez pérdidas económicas. El propio Illa echó ayer agua sobre la alarma por los rebrotes y dijo que no puede hablarse de segunda ola en Catalunya. En paralelo, el Estado francés quiere sondear ya un cierre de fronteras con Catalunya.

"El presidente tiene la obligación de coordinar, dirigir y amparar a toda la población"

Presidente del PP