- Con la fluidez del agua, todo parece conducir de manera natural a que se mantenga el pacto entre PNV y PSE en el Gobierno Vasco. Los socios abordaron ayer en su reunión semanal del Consejo de Gobierno los resultados de las elecciones autonómicas del domingo, y llegaron a la conclusión de que la ciudadanía ha respaldado su labor, que la experiencia ha sido un “éxito” y que es la opción “preferente” para el futuro.

Este espaldarazo se produce en puertas de que comience oficialmente la ronda de contactos del PNV, que es el partido que debe llevar la iniciativa por haber ganado con claridad los comicios con 31 escaños, tres más que en la actualidad. La bendición la pronunciaron también los consejeros socialistas (“es una opción compartida y mayoritaria”, aclaró ayer el portavoz Josu Erkoreka), y desactiva de alguna manera las especulaciones en torno a las palabras del diputado Odón Elorza, quien había insinuado que los resultados más contenidos del PSE deberían motivar una reflexión sobre la rentabilidad electoral del pacto con el PNV. Fuentes de la ejecutiva de Idoia Mendia aclararon a este periódico que la opción del tripartito con EH Bildu y Elkarrekin Podemos “no está en la cabeza de nadie de la dirección del PSE” ni del partido en general. Ni siquiera como recurso retórico.

El acuerdo convence a jeltzales y socialistas. Al PNV, porque esta vez sí le permite a Iñigo Urkullu desbordar con holgura, con 41 escaños, la mayoría absoluta de 38 representantes. La suma garantizaría la aprobación de los Presupuestos de 2021 y dar una respuesta veloz ante un eventual rebrote serio del coronavirus en otoño. La otra opción pasaría por un pacto con EH Bildu, con quien la relación es casi inexistente. Además, el pacto con el PSE brindaría coherencia a la acción institucional, porque ambos partidos gestionan de manera conjunta las tres diputaciones forales, las tres capitales de la comunidad autónoma y buena parte de los ayuntamientos, lo que garantiza sintonía política y agilidad en la gestión de una crisis sanitaria y económica donde la rapidez y cada minuto que pasa son decisivos. A los socialistas les permite subrayar el mensaje de la transversalidad en su acción de gobierno y, además, aportan su granito de arena a la estabilidad del presidente Sánchez en el Gobierno español: mantienen en Euskadi la comunión con un PNV cuyos seis escaños son necesarios para el socialista en Madrid.

La intención del PNV es que el pacto sea rápido y pueda haber investidura entre finales de agosto y principios de septiembre. Frente a la expectación que está generando el reparto de consejerías, fuentes socialistas aseguran que en primer lugar habrá que hablar del programa, la sanidad y reconstruir el empleo. El autogobierno, que en 2016 quedó al margen del pacto por las discrepancias, “requerirá una solución escrita, ya sea como discrepancia pactada otra vez, o como acuerdo”. Los socialistas vuelven a poner en valor la coincidencia en blindar los derechos sociales en el nuevo estatus, pero no ven margen sobre el modelo confederal o el derecho a decidir. En cuanto a las consejerías, tienen bazas a favor y en contra. Por un lado, puede debilitar su posición a la hora de sondear una mayor presencia que el PNV haya incrementado su ventaja sobre ellos en dos escaños, porque ha obtenido tres más frente al único asiento que han subido las filas de Mendia. No obstante, a diferencia de lo que sucedía en la anterior legislatura, los socialistas tienen ahora la llave de la mayoría absoluta con sus diez escaños, y podrían apretar más para aplacar las voces internas que se muestren más dubitativas con este pacto o que quieran emular los acuerdos puntuales que se han dado a nivel municipal en Galdakao e Irun entre las izquierdas.

Ni el entorno del lehendakari, ni el PNV ni el PSE sueltan prenda. Silencio informativo para no enturbiar la negociación. En este debate sobrevuela la opción de una mayor visibilidad para el PSE con la entrada de la secretaria general de los socialistas, Idoia Mendia, quizás recuperando el cargo de vicelehendakari. El entorno de la socialista dice desconocer las aspiraciones de su líder. En cuanto al reparto de materias, el PNV se suele reservar el núcleo duro: Hacienda (Pedro Azpiazu), Desarrollo Económico e Infraestructuras (Arantxa Tapia) y Políticas Sociales (Beatriz Artolazabal). El Gobierno lo conforman once consejerías y el lehendakari, y el PSE ha gestionado hasta ahora tres (Vivienda y Medio Ambiente, con Iñaki Arriola; Turismo, con Sonia Pérez; y Trabajo y Justicia, con María Jesús San José, una cartera que no será menor si se transfieren la gestión de las prisiones y el régimen económico de la Seguridad Social). En la negociación de los gobiernos forales, el PSE recibió carteras relacionadas con el empleo, la cultura, el medio ambiente y las infraestructuras.

El PSE sigue defendiendo su utilidad en el Gobierno Vasco, tras unos resultados donde parece perjudicado por la abstención. Aun así, ha obtenido un escaño más y su situación se encuentra a millas luz del descalabro de Elkarrekin Podemos, quien ha pinchado tras hacer campaña con la alianza de izquierdas y disculpando la negativa de EH Bildu a utilizar la palabra condena para rechazar las pintadas contra los partidos.

El diálogo tomará cuerpo a partir del viernes, cuando se recuente el voto exterior. El PP se disputa un escaño con EH Bildu y, en caso de que lograra arañarlo, la izquierda (EH Bildu, PSE y Elkarrekin Podemos) no sumaría una mayoría absoluta de 38 escaños, pero no cambiaría nada porque los socialistas en ningún caso tienen intención de respaldar a Maddalen Iriarte y ven desencuentros insalvables en el rechazo a la violencia. El PNV plantea el plazo como mero formalismo para reposar el resultado. A partir de ahí, el presidente de la ejecutiva, Andoni Ortuzar, quiere un gobierno cuanto antes para tomar medidas económicas, sanitarias y sociales a principios de septiembre, tal y como repitió en Radio Euskadi.

Erkoreka aseguró que el dispositivo de Salud y Seguridad en las elecciones fue un éxito, y los que fueron a votar lo hicieron “con todas las garantías”. Agradeció “la confianza depositada por una gran mayoría de la ciudadanía que ha respaldado la labor realizada estos cuatro años”. Prometió que el gobierno actuará en el “más corto espacio de tiempo” para avanzar en las directrices presupuestarias y comenzar 2021 con unas Cuentas aprobadas, blindar los servicios sociales, y pactar con las instituciones vascas un plan de recuperación. Tras asegurar que la gestión ha sido “leal” y “positiva” para ambos socios, añadió que “hay una opción preferente compartida en el seno del gobierno: continuar manteniendo esa experiencia de la pasada legislatura”. Con Tapia y la consejera de Salud, Nekane Murga, los tres aclararon a preguntas de los periodistas que están a disposición de Urkullu si logra ser investido y los llama a repetir.

Tres consejerías socialistas. El Ejecutivo lo conforman once consejerías y el lehendakari Urkullu. De esas once carteras, los socialistas gestionan tres: Vivienda y Medio Ambiente (Iñaki Arriola), Turismo, Comercio y Consumo (Sonia Pérez), y Trabajo y Justicia (María Jesús San José). El PNV gestiona el núcleo duro de la gestión económica y las prestaciones sociales, aunque esto es matizable si durante la próxima legislatura se materializan los traspasos de prisiones y la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, que irían a parar a manos socialistas si mantienen la cartera de San José. En cualquier caso, el PNV gestiona Hacienda (Pedro Azpiazu, quien se encarga de los Presupuestos), Desarrollo Económico e Infraestructuras (Arantxa Tapia, una consejera todoterreno que mueve un departamento amplio y de los más potentes en el Ejecutivo) y Políticas Sociales (Beatriz Artolazabal, con asuntos como la RGI).

Diputaciones forales. La negociación más reciente que se puede tomar como referencia remite a la formación de los gobiernos forales de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba en 2019, donde también se produjo alguna fricción previa por el reparto de carteras y la correlación de fuerzas. El PSE obtuvo, por citar algunos ejemplos, carteras relacionadas con el empleo y la inclusión social (Teresa Laespada en Bizkaia), la cultura, la movilidad, el medio ambiente, el deporte o las infraestructuras.

“Hay una opción preferente compartida en el gobierno: continuar esta experiencia”

Portavoz del Gobierno Vasco