a campaña electoral en Euskadi ha estado lejos de celebrarse en un ambiente placentero, y la mejor prueba es que tuvo que trasladarse desde la fecha prevista inicialmente, el pasado 5 de abril, por el avance del coronavirus. En la tarde noche del 25 de junio arrancó por fin la carrera para la cita con las urnas de hoy, pero en estas dos semanas el ruido circundante ha sido ensordecedor. No es para menos: el estado de alarma concluyó tan solo unos días antes, el 21 de junio, después de tres meses y seis prórrogas, un periodo en el que la confrontación política ha sido especialmente crispada. También se aprobaron las conclusiones de la comisión para la reconstrucción económica y social, que no logró el acuerdo del PSOE y el PP.

Un panorama en ebullición en el que las elecciones vascas -también las gallegas, que de nuevo coinciden en fechas- han sido escenario propicio para que los líderes de los partidos estatales desplegaran sus estrategias y una lucha partidista que poco tiene que ver con las particularidades de Euskadi. La consecuencia ha sido un desembarco especialmente intenso de presidentes, diputados o ministros, con sus propias particularidades en el caso de cada partido. A partir del cierre de las urnas se podrá medir si ello ha tenido incidencia en el resultado.

Campo de batalla: Euskadi

Casado, el ubicuo

El dirigente estatal que más se ha implicado en esta campaña ha sido el presidente del PP, Pablo Casado, con nada menos que seis visitas a Euskadi, incluyendo su presencia el primer día en Errenteria y el broche final del viernes en Ermua y Gasteiz. Casado, que no ha ganado ninguna contienda electoral desde que se hizo con los mandos del partido el 21 de julio de 2018, es el que más se la juega porque ha realizado la apuesta más elevada. Primero dio el visto bueno a la coalición de PP y Ciudadanos, ya sin Albert Rivera en la dirección de este último partido, en unas condiciones que rechazó el entonces presidente del PP de la CAV, Alfonso Alonso -concurrir con el nombre PP+C's y garantizar puestos de salida a los naranjas-. La decisión de Casado de recuperar a Carlos Iturgaiz del ostracismo y situarle como candidato a lehendakari rompió definitivamente la baraja y Alonso dejó al partido, que permanece en situación de interinidad desde entonces. Las encuestas tampoco son halagüeñas para la coalición y sus valedores han intentado echar el resto para darles la vuelta.

El éxito o fracaso de Iturgaiz será, por tanto, el de Casado, que no ha sido el único dirigente del PP en desembarcar en esta campaña. También lo han hecho Teodoro García Egea, Cuca Gamarra, Ana Pastor, Xavier García Albiol, José Luis Martínez-Almeida, Alfonso Fernández Mañueco y Antonio González Terol. El presidente popular ensaya además por primera vez la fórmula de la coalición en el campo de pruebas vasco, no así en Galicia, donde el candidato Alberto Núñez Feijóo puso un cortafuegos a Ciudadanos y espera revalidar su mayoría absoluta sin despeinarse. La propia presidenta de C's, Inés Arrimadas, reapareció el pasado fin de semana tras haber dado a luz, en un acto en la Casa de Juntas de Gernika junto al propio Casado en lo que supuso la primera vez que ambos han coprotagonizado un mitin.

En el plano discursivo, el presidente español, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición han trasladado por tanto su enfrentamiento a la campaña vasca. Después de que el PP aprobara las primeras prórrogas del estado de alarma, se situó en el bando del no, con matices como su apoyo al decreto de la nueva normalidad y el Ingreso Mínimo Vital. "Hay cosas que se pueden mejorar y eso no es crispar, es tender la mano pero siendo responsables", afirmó Pablo Casado el 28 de junio en la localidad alavesa de Bastida. Ese mismo día, Sánchez estaba en Donostia y el popular censuró que "su única receta es paro, impuestos y despilfarro, es la marca de la casa".

Hoja de ruta propia

Sánchez vende su gestión

Pedro Sánchez ha puesto en valor en esta campaña su gestión de la crisis sanitaria, y así el pasado domingo en los aledaños del Guggenheim, ensalzó la colaboración de su Ejecutivo con las Comunidades Autónomas y aseguró que "hemos derrotado al virus, hemos derrotado la pandemia porque el Gobierno de Euskadi y el Gobierno de España hemos trabajado juntos, unidos". La candidata del PSE, Idoia Mendia, ha asimilado este argumento y ha subrayado en numerosos mítines que su partido cuenta con el respaldo del Gobierno de España.

Menos prolífico que Casado, Sánchez ha visitado la geografía vasca en tres ocasiones, la última el jueves en Gasteiz. En su primer acto, el 28 de junio en Donostia, Casado también estaba en Euskadi, concretamente a 140 kilómetros de distancia. Ambos reprodujeron sus habituales choques en el Congreso y así el líder del PSOE trasladó al PP que "si no quiere apoyar, por lo menos que no estorbe". Añadió que "la unidad es más necesaria que nunca" para combatir al covid-19 y lamentó que la derecha insista en utilizar el virus para "derribar" al Gobierno.

Pese a que Sánchez se ha dejado ver de forma puntual, muchos de sus compañeros de gabinete y de partido han aterrizado a este lado de la muga en las últimas fechas. Abrió el fuego la vicepresidenta primera Carmen Calvo el primer día de campaña. Un día después, el 26 de junio, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, recaló en Portugalete, y la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, hizo lo propio el 4 de julio en Irun. Completan la cuota de ministros Salvador Illa, José Luis Ábalos, Luis Planas y María Jesús Montero. El pasado miércoles, la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, acudió a Gasteiz con Mendia.

Con la mochila cargada

Iglesias se hace de rogar

El último en aparecer ha sido el secretario general de Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. No se le vio junto a la candidata morada a lehendakari, Miren Gorrotxategi, hasta el pasado lunes, en la recta final de la campaña. Iglesias habría optado por mantener un perfil bajo hasta entonces debido a las revelaciones del caso Dina sobre el presunto trato de favor a Unidas Podemos por parte de un fiscal del caso Villarejo.

De hecho, en dicho acto en Bilbao, volvió a traer los asuntos del Estado a la campaña vasca y denunció la "ferocidad" de los ataques de la derecha y de "los cañones mediáticos del poder" al Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos. "Van a hacer lo que no está escrito para sacarnos de este Gobierno", recurriendo "a los protagonistas de la cloaca", añadió sin hacer referencia expresa al caso Dina.

En dicho acto, Iglesias estuvo acompañado del ministro de Consumo Alberto Garzón. Pero en el resto de días ha sido notoria la presencia de dirigentes del partido en territorio vasco, como las también ministras Irene Montero y Yolanda Díaz, así como Pablo Echenique el pasado domingo y Rafa Mayoral.

Un escaño en juego

Vox y el ruido

Los dirigentes de Vox también se han volcado en la campaña vasca y han acudido su presidente Santiago Abascal, Rocío Monasterio, Javier Ortega Smith, Macarena Olona... Muchos de sus actos se han saldado con incidentes con manifestantes y hay encuestas que les acercan a obtener un parlamentario por Araba.

El presidente del PP, que ha participado en esta campaña en seis ocasiones, se la juega tras apostar por la coalición con C's e imponer a Iturgaiz

Sánchez ha confrontado con Casado y ha sacado pecho por la lucha contra el covid. Iglesias aprovechó en Bilbao para hablar del 'caso Dina'