- Un día más, las encuestas volvieron a sonreír ayer al PNV y previeron una victoria en términos históricos para los jeltzales, muy por encima de los 28 escaños actuales en el Parlamento Vasco o, incluso, de los 31 que se han fijado como reto en las elecciones del domingo. Estudios tan dispares como el EITB Focus y los sondeos de La Razón o El País sitúan al PNV rozando los 32 escaños, el resultado que alcanzó Carlos Garaikoetxea en 1984, antes de la escisión de EA y en una época de crisis tras las inundaciones, un ejemplo que invocan los jeltzales como paralelismo para lograr el mismo resultado. Parece que todo marcha a pedir de boca, pero hay inquietud por el efecto somnífero de estas encuestas, que pueden desmovilizar al votante y provocar que no se acerque al colegio electoral en una cita ya de por sí extraña por desarrollarse en periodo vacacional, y por el temor que pueda cundir en parte de la población por los rebrotes del virus. El PNV volvió a centrar ayer su mensaje en movilizar a la militancia, y pidió participar en los comicios porque "más vale votar el domingo, que lamentarse cuatro años". En un acto en Barakaldo donde la movilización comenzó a hacerse notar con más público, reparto de ikurriñas y pines tras la subida al monte del domingo, avisó de que quien no vote hará que su pieza falte y se retrase la construcción del "mecanotubo" que supondrá recuperar el empleo.

En el tradicional mitin en Barakaldo, el PNV pidió abiertamente el voto obrero para mantener el empleo y reivindicó que tanto su presidente, Andoni Ortuzar, como su candidato, Iñigo Urkullu, conocen bien Ezkerraldea. Ortuzar encendió las alarmas: "Las encuestas nos dan tan buenos resultados, que es como para tener una mosca detrás de la oreja. No es que desconfíe de quienes hacen las encuestas. Ni tampoco que dude de las buenas intenciones de los medios que las publican. Pero en toda encuesta hay dos partes: los datos y, luego, lo que se llama cocina de esos datos. Es cuando a los fríos números se les meten variables y el error muestral, que modifican los resultados y que en un país pequeño como Euskadi y con tres circunscripciones pueden alterar bastante las cosas. Cada sukaldari condimenta su encuesta y le echa sal y pimienta a su gusto. Y en esta ocasión hay demasiada sal y pimienta a nuestro favor", dijo. Pidió "no dormirse en los laureles", y volvió a fijar el objetivo de los 31 escaños. "Quien desee mantener el empleo, quien quiera solidaridad con los que peor lo están pasando, quien espere que las instituciones lideren la salida de la crisis, tiene que ir a votar", dijo, para lanzar un llamamiento especial a los trabajadores.

El candidato a la reelección, Iñigo Urkullu, por su parte, llamó a tomarse "en serio" estas elecciones porque son determinantes para el empleo, la recuperación económica y la superación de la crisis sanitaria, y expuso su apuesta por volver a situar el paro por debajo del 10% y lanzar un plan de 10.000 millones con diputaciones, ayuntamientos y otros agentes. Para Ezkerraldea, ofreció el nuevo parque tecnológico y renovar zonas degradadas, entre otras actuaciones. Ortuzar añadió que, tras las elecciones, el PNV llamará a todos los partidos y agentes para un acuerdo de país. Un grupo de personas trató de boicotear la intervención de Urkullu con bocinas y silbatos para acusarlo de practicar recortes, y el candidato tuvo que detenerse varias veces, aunque pidió calma a su militancia y mostrar respeto a la protesta aunque a él no se lo mostraran.

El PNV venía de protagonizar el domingo un acto cargado de simbolismo en tres montes vascos para llamar a la participación. Todo esfuerzo es poco para el partido de Sabin Etxea, preocupado por que cunda la sensación de que la victoria está asegurada, y terminen perdiéndose unos escaños clave por la disputa de los restos, los últimos votos en disputa en cada territorio, como sucedió en 2016 con la pérdida de la mayoría absoluta con el PSE en el último momento. Ahora se disputa un escaño en Araba con Vox, un partido al que quiere cerrar el paso a toda costa.

Ortuzar, por otro lado, lanzó ayer dardos a los líderes estatales que visitan Euskadi. Al PP, que fue al Árbol de Gernika con C's, le recordó que votó en contra del Estatuto, y a Pablo Iglesias, de Unidas Podemos, le recriminó que vea consenso en torno a la idea de desalojar al PNV. Pidió desmentirlo con votos. Al presidente Sánchez le afeó que diga que "no hay que anteponer los intereses localistas sobre los generales". "Defender los intereses de Euskadi es, como para ti Pedro, defender los intereses de España. ¡Cada uno los suyos! ¡E igual de importantes!", contestó, para recordarle que Euskadi es nación y tiene intereses generales.

"¡Pido votar por el empleo; con voto obrero, PNV de acero, 'all iron'! "

Presidente del EBB del PNV