lega Idoia Mendia con una óptima tarjeta de visita, la de la apuesta por los pactos de país suscritos con el PNV y el más que posible reflote del electorado hundido. Salvó los muebles a pesar de que el PSE llegó en un triste cuarto puesto en las autonómicas de 2016, había perdido 86.000 votos en cuatro años y más de 190.000 desde 2009 tras el glorificado gobierno de Patxi López. Pero con semejantes números las opciones de gobernar, lejos de achicharrar a su partido, se convirtieron en oportunidad para la primera mujer que había liderado el socialismo vasco, llegada al partido como independiente y abonada su visibilidad tras su etapa en el Gobierno socialista como portavoz y consejera de Justicia y Administración Pública y, tras la salida de Rodolfo Ares, de la cartera de Interior.

Mendia (Bilbao, 1965) ha sabido hacer de la necesidad virtud y a pesar de no figurar entre los sanchistas de la época de las puñaladas en Ferraz, comparte la capacidad de adaptación y resistencia en el nuevo PSOE, casi una delantera de supervivientes. Pero mientras Sánchez iba resucitando a base de carretera y manta, el PSE ya llevaba tiempo haciéndolo en los consejos de gobierno de las instituciones de Euskadi. Del abrazo del PNV surgió una suerte de oportunidad, como una flor que brota en el cemento. El PSE se dispuso a gobernar en Vitoria, Ayuntamientos y Diputaciones y Mendia encaraba la descapitalización de su electorado como una mujer de negocios. Ahora su éxito se explica por unos logros basados en apuntalar los gobiernos del PNV con ejecutivos fuertes y estables en las instituciones que durante los últimos años han mantenido sin sustos a los jeltzales neutralizando a un adversario poniéndole a gobernar. El tirón de Sánchez y su llegada a Moncloa ha hecho el resto para la resurrección de un PSE que ha rentabilizado la OPA jeltzale y se encamina a recuperar el machito de la izquierda no independentista vasca.

Al igual que Sánchez, que en sus primera atribulaciones fue apoyado por Mendia para después decantarse por López en las primarias, la candidata del PSE-EE, autodefinida como alguien "adicto a las emociones fuertes", ha surfeado por la supervivencia en Euskadi y también por mantener los equilibrios en sus apoyos a esa gran falla que fue Ferraz el 1 de octubre de 2016.

Rediviva, Mendia se consolida como líder de una organización que siempre había sido comandada por los políticos de pedigrí del socialismo vasco, las familias Redondo y López. Llegó como independiente y se afilió al partido con apenas 27 años con Redondo Terreros como padrino político, fue concejal en Barrika, parlamentaria y uno de los pesos pesados del Ejecutivo del trienio socialista (2009-2012), cuando era una desconocida, para acabar controlando el aparato del partido, la primera vez que lo hacía una mujer en el socialismo vasco y por la vía rápida tras la salida de sus principales valedores, los factótum López y Ares. Lo hacía una socialista de familia nacionalista, euskaldun, formada en la ikastola Lauro y con su propio despacho de abogada tras estudiar en la Universidad de Deusto con profesores como Xabier Arzalluz o José María Lidón y haber trabajado en Bruselas para la Comisión Europea. Un perfil profesional alejado del de los políticos de cuna fraguados en la retórica de las rojas minas de Bizkaia al que estaba acostumbrada la eterna cantera socialista vasca cuando citaba a Lauxeta.

Ahora, verano de 2020, vive un dulce momento acunado tras un reimpulso electoral pese a haber sorteado una crisis sanitaria a golpe de decretazos desde el Gobierno de Madrid y la neutralización de un autogobierno en Euskadi, donde el PSE, manda. Con todo y pese a bregar con los enfados de Urkullu y el mando único en Moncloa, los movimientos tras las generales, las municipales, forales y las europeas han hecho de su partido una organización rentable. "Hoy somos de nuevo la izquierda vasca responsable, reconocible", señala Mendia que ha transitado estos años entre hacer útil a su formación encarando el objetivo de recuperar el tercer puesto que ocupó Elkarrekin Podemos. Opta a la Lehendakari-tza por segunda vez y junto a Urkullu son los dos únicos candidatos que reeditan candidatura a la presidencia tras el quinteto de 2016 que en cuatro años ha barrido a Pili Zabala y Alfonso Alonso.

La tragedia de Zaldibar, con el consejero de Medio Ambiente de cuño socialista y los municipios de alrededor en manos del PSE, produjo el gran movimiento sísmico en el centro del Gobierno cuando la cooperación y el pacto eran sellos de garantía junto al efecto Sánchez. Un cóctel perfecto que pasa por acordar con el nacionalismo en casa y a su vez hacer de enlace con Madrid para mantener una sintonía innecesaria entre ambos Gobiernos que ejerce tradicionalmente y por sí solo el PNV. Una adaptación a las circunstancias que dibuja una Mendia forjada en su carácter y estrategia política gracias a los escenarios padecidos.

Perfil

Su discreto éxito se explica por unos logros basados en apuntalar los gobiernos del PNV con ejecutivos fuertes y estables

Datos personales

  • Nombre completo: Idoia Mendia Cueva
  • Año de nacimiento: 1965
  • Lugar: Bilbao
  • Residencia: Bilbao
  • Estado civil: Casada y con dos hijos