a crisis causada por la pandemia de coronavirus ha obligado a repensar estrategias electorales porque la mayor emergencia sanitaria del último siglo ha volcado las miradas en el Servicio Vasco de Salud. Más de 1.600 fallecidos después y tras rebasarse los 21.000 infectados, el refuerzo de la sanidad y del personal sanitario se repite como un mantra. El virus desembarcó en Euskadi a finales de febrero. El día 28 se confirmaron los dos primeros casos positivos, el de una persona en Gipuzkoa y el de una sanitaria en Araba. A partir de esta última, médico de Txagorritxu, se contagió otra compañera. Tras desatarse el caos, las hojas de ruta electorales se han dado la vuelta como un calcetín y la contención prematura de cualquier contagio es una máxima incuestionable . No obstante, después de casi 100 días de estado de alarma, la batalla del relato se recrudece y cada partido reinterpreta la gestión en claves bien distintas.

Con los sanitarios convertidos por aclamación popular en los héroes sin capa de esta crisis, el PNV plantea una batería de medidas encaminadas a que este sector sea una punta de lanza. Plantea, por ejemplo, formar a 400 nuevos médicos de familia para garantizar el relevo generacional en el escalafón más esencial de la sanidad. Al mismo tiempo quiere impulsar la labor de la enfermería como uno de los pilares de la Atención Primaria, a través del aumento de plazas de Enfermería Interna Residente (EIR).

Y es que el coronavirus ha alterado las prioridades de la legislatura y la sanidad pública se ha convertido en eje central del discurso. En este sentido, el programa electoral de los jeltzales recoge la necesidad de potenciar la Atención Primaria para el seguimiento del covid-19, al reconocer que "tras haberse doblegado la curva epidémica se entra en una fase de contención en la que es necesario aislar los nuevos casos e identificar a sus contactos".

No hay que olvidar que cuando todo apuntaba a que la epidemia estaba controlada, el primer día de la fase 3, el 8 de junio, se frustraron todas las expectativas con los dos rebrotes en los hospitales de Basurto y Txagorritxu. En total, desde el inicio de la desescalada en Euskadi, el pasado 4 de mayo, se han registrado más de 800 casos positivos. Eso, pese a que cada día, se realizan más de 3.000 pruebas PCR a ciudadanos vascos, una de la tasas más altas de todo el Estado. Ha sido en este frente de batalla, la realización de test para detectar el virus, donde Euskadi ha revelado una de sus mayores fortalezas. Con una tasa de 122 PCR por cada millar de habitantes, solo La Rioja presenta un mayor índice de cribado del coronavirus.

El PNV también incide en contar con más profesionales de enfermería en las Unidades de Atención Primaria con el fin de incrementar la vigilancia epidemiológica. En esta línea, plantea implantar la aplicación Go.Data para el control y gestión de casos y contactos.

Sin embargo, la batalla del relato también ha llegado a la pandemia. De hecho, para EH Bildu, el coronavirus ha sido solo "una prueba más de que estamos ante el fin de un sistema que hace tiempo había entrado en quiebra". Y pide reorganizar Osakidetza y el sistema público de salud para reaccionar con rapidez ante futuras epidemias. Así, considera que hay que hacer frente a la falta del personal médico y profesionales "sacando 7.000 plazas de la eventualidad y convirtiéndolas en estructurales". "Nuestro objetivo será dar una salida a las personas integradas en la bolsa de profesionales sanitarios residentes en la CAV que no hayan obtenido plaza después de finalizar su periodo de residencia", aseguran.

Decidida a blindar la sanidad pública, en el argumentario de la candidata a lehendakari de Elkarrekin Podemos, Miren Gorrotxategi, se propone la inversión de 4.205 millones de euros y la creación de 4.000 empleos para reforzar las plantillas de Atención Primaria y enfermería y dignificar las condiciones laborales de estos trabajadores.

Con Osakidetza convertida en el epicentro de la reconstrucción, también desde el PSE-EE se apuesta por "impulsar y reforzar la Atención Primaria" como pieza clave del sistema. "Una vez superados los momentos más exigentes de la crisis del covid-19, se deben abordar reformas para ser más eficaz en la resolución de ésta, pero también para afrontar futuras pandemias", declara la aspirante a lehendakari, Idoia Mendia, que reclama más inversión y apela al legado de su formación.

Postulándose como dique de contención para frenar la, a su juicio, "caótica gestión sanitaria", la coalición de PP+Cs propone un gran pacto por la sanidad. Además promueve una auditoría externa sobre el control del gasto de Osakidetza, así como redimensionar la plantilla y los recursos materiales. PP+Cs piden que los farmacéuticos tengan acceso a la información clínica para aliviar la presión asistencial de los centros de salud y proponen crear un pasaporte epidemiológico con un código QR para diferenciar entre quienes hayan pasado la enfermedad y quienes no, y calibrar así su libertad de movimientos.

La realización de PCR para el covid-19 es una demanda recurrente, aunque la CAV es la segunda comunidad que más pruebas efectúa

El refuerzo del personal sanitario y la contratación de 'rastreadores' del virus se repite como un mantra entre todos los partidos políticos