- El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, defendió ayer el “derecho y obligación” de EH Bildu de ejercer como “autoridades públicas” para visitar a los presos de ETA, una decisión que comparó con un mitin que organizó Vox en la cárcel de Huelva. Además, señaló que la política de dispersión es un instrumento que fue válido cuando la organización armada estaba activa y que se seguirá aplicando la ley de forma individual para aprobar acercamientos y progresiones de grado.

Grande-Marlaska respondió de esta forma a preguntas del diputado de Vox Ignacio Gil Lázaro, que denunció la existencia de un “proceso de negociación directa con el PNV” e “indirecta con los presos de ETA a través de Bildu” para poner fin a la política de dispersión. El objetivo final, según él, es un acercamiento de todos los presos y la aplicación de beneficios que terminen en una “excarcelación encubierta generalizada”.

El ministro del Interior relacionó la pregunta de Vox con la inminente campaña electoral en Euskadi y subrayó que con el conjunto de los presos se aplica “siempre la ley de forma individualizada”, apelando a la neutralidad de los funcionarios de prisiones, las juntas de tratamiento de las cárceles y también de jueces y fiscales que validan las decisiones. Según Grande-Marlaska, la autorización para que EH Bildu visite las cárceles se enmarca en lo estipulado por la ley ante la necesidad de transparencia.

El titular del Interior defendió en la sesión de control al Gobierno que la dispersión de los presos en cárceles alejadas de Euskadi fue un “instrumento importante” con ETA activa, aunque ahora la sociedad está en “otro momento histórico por suerte para todos”.

Previamente, Gil Lázaro le había reprochado el “mercadeo miserable” que ha supuesto acercar a nueve presos de ETA -41 en los dos años de Gobierno de Pedro Sánchez- a centros más próximas a Euskadi y dejar en libertad a otros tres durante el confinamiento del coronavirus, lo que Vox relacionó con el apoyo del PNV al decreto del estado de alarma.