- El Gobierno catalán decidió que ayer medianoche Catalunya abandonase la fase 3 de la desescalada y entre ya en la nueva normalidad, que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, denominó “etapa de recuperación” y que inició dos días antes de que acabe el estado de alarma en el Estado. Torra firmó ayer un decreto aprovechando que, al entrar Barcelona y Lleida en la fase 3, y con ellas toda Catalunya, la Generalitat recuperó todas las competencias. El decreto establece que las personas estarán obligadas a guardar la distancia de 1,5 metros y a llevar mascarilla siempre que esta no se pueda respetar, y básicamente traslada la responsabilidad de que no haya rebrotes al comportamiento de la ciudadanía.

Torra aseguró que gestionará esta nueva “etapa de recuperación”, de momento con poca regulación, con planes específicos para cada sector, pero siempre bajo las premisas de mantener la distancia, higiene de manos o uso de mascarillas. “Ahora que llega el período de vacaciones y las fiestas de Sant Joan, tenemos que ser más prudentes que nunca para que un exceso o imprudencia no nos obligue a volver atrás”, dijo Torra, que avanzó: “No me temblará la mano para tomar las decisiones que sean necesarias para velar por la salud de los ciudadanos”.

Torra volvió a reprochar que “otro estado de alarma era posible” y criticó de nuevo que el Gobierno español optara por “centralizar” sin “diálogo”.

La consellera de Salud, Alba Vergés, resumió que el pase a la nueva normalidad en Catalunya tendrá como marco general la distancia de 1,5 metros entre personas, higiene de manos y mascarillas, con mensajes más sencillos, y también la autorresponsabilidad de los ciudadanos.

En concreto, la Generalitat ha regulado que la distancia mínima de seguridad será de 1,5 metros entre personas -igual que la establecida por el Gobierno- tanto en espacios cerrados como al aire libre, con el equivalente a un espacio de seguridad de 2,5 metros cuadrados de superficie por persona en los locales de concurrencia pública. Las mascarillas serán obligatorias para todas las personas a partir de los 6 años cuando no se pueda mantener esta distancia.

Desde hoy y hasta el día 25 de junio se establece un aforo del 50% en los locales cerrados y del 75% en los que están abiertos, según la consellera, para que la adaptación sea más fácil.

Tras el 25 de junio, “cambia el concepto”, los porcentajes de aforo, que “quedan bien sobre el papel” pero son difíciles de concretar para los ciudadanos, desaparecen -con el máximo de una persona por cada 2,5 metros cuadrados- y se confía en la responsabilidad de todos para evitar nuevos rebrotes, ha indicado Vergés. “No es necesario hacer todo de golpe”, consideró la consellera, que apeló a que los catalanes “sean conscientes de que no todo será igual” que antes y que se ha de velar por las personas más vulnerables.