- Cuando toda la cornisa cantábrica se mantiene pendiente de los últimos datos epidemiológicos para restablecer sus comunicaciones terrestres, el líder de Vox viajó el jueves hasta Pontevedra para participar en un mitin. Y todo, a pesar de que esta formación no presentará candidato a la presidencia de la Xunta. El viaje de precampaña de Santiago Abascal no ha pasado desapercibido para las autoridades, que están a la espera de que tanto él como sus colaboradores presenten la justificación de este viaje de precampaña.

Y es que cuando ese desplazamiento se efectuó, Madrid seguía en la fase 2 y Galicia atravesaba la tercera etapa de la desescalada. Es decir, Madrid no permitía salir de la comunidad y las fronteras de Galicia no estaban abiertas a vehículos foráneos. Cierto es que la Orden Ministerial que regula las fases hacia esa nueva normalidad recogen cuáles serían los motivos por los que estarían autorizados los desplazamientos entre comunidades: sanitarios, laborales, profesionales o empresariales.

También se apuntan otra serie de excepcionalidades que, a priori, quedarían fuera del escrito de defensa de Vox: retorno al lugar de residencia familiar; asistencia y cuidado de mayores, dependientes o personas con discapacidad; causa de fuerza mayor o situación de necesidad o cualquier otra de análoga naturaleza. De momento se desconocen a cuál de esas bulas se acogerán Abascal y sus colaboradores. Todos ellos viajaron hasta Pontevedra en coche, lo que les obligó a cruzar tres provincias de Castilla y León que estaba en el mismo escenario que Madrid: prohibición de los desplazamientos entre territorios.

Pero no ha sido esta la única polémica que ha acompañado a Vox en el arranque de la precampaña gallega. Ayer mismo, una plataforma ecologista anunciaba que denunciarán a Vox por "contaminación ambiental y animal" tras colocar miles de globos verdes por Galicia. La Fundación Franz Weber lamentó el "analfabetismo ambiental" del partido, al que acusó de una "falsa" defensa del sector primario. La denuncia será ante la Xunta y ante la Delegación del Gobierno en Galicia por carecer de "permiso alguno". El director de este colectivo, Leonardo Anselmi, hizo saber a la gente de Vox que municipios como A Coruña disponen de ordenanzas que prohiben la colocación de elementos publicitarios sin permiso y que el propio Ayuntamiento calificó el acto como "vandalismo", a lo que suma el "terrible impacto que su principal componente, el plástico, tiene sobre los animales, en especial la fauna marina".

No fue la única voz que censuró esta campaña de marketing de Vox. El propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tuvo unas palabras para ellos: "Hombre, si no se hubiesen puesto esos plásticos, Galicia sería más verde", ironizó.