- La sangre no ha llegado al río. El Gobierno español ratificó ayer sin matices su compromiso con que sean los presidentes autonómicos los que decidan las medidas de vuelta a normalidad en las calles, e incluso la duración de esas etapas, en cuanto avancen hacia la fase 3 en la desescalada del coronavirus. Pedro Sánchez se reafirma en lo pactado con sus socios de investidura, PNV y ERC, tras el terremoto desatado por el acuerdo con Ciudadanos hecho público ayer y que, al menos en apariencia, entraba en contradicción con lo pactado con vascos y catalanes al apostar por medidas "iguales en toda España, ello sin perjuicio de la distinta progresión de las fases en los diferentes territorios". Después de que el presidente jeltzale, Andoni Ortuzar, exigiera públicamente una aclaración bajo la advertencia de que Sánchez podía ganar los votos de C's y perder los del PNV, Sánchez ofreció una solución ipso facto y llevó al Consejo de Ministros el decreto de la prórroga del estado de alarma en los términos pactados con los jeltzales, "letra por letra", según valoró el grupo liderado por Aitor Esteban. El PNV confirmó su voto a favor. El resultado de este enredo es que el pacto con PNV y ERC prevalece sobre el espíritu del acuerdo con Ciudadanos.

El PNV reclamó una aclaración en privado al Gobierno español. Esteban la recibió, pero esperó hasta verlo negro sobre blanco en el decreto del Consejo de Ministros. El Gobierno español le había trasladado un mensaje de tranquilidad porque el pacto se cumplirá a rajatabla. La maniobra de C's no consiguió desestabilizar el consenso, tras varios días pugnando por recuperar el protagonismo y por sacar fuera del foco de las alianzas tanto a ERC como a los nacionalistas vascos. Sánchez recondujo la polémica, aunque quedó la sensación de que el enredo era innecesario y que el presidente español ha vuelto a desconcertar con sus alianzas y con acuerdos que se prestan a interpretaciones variopintas. El acuerdo con C's se mantiene y el mensaje oficial es que es compatible con el pacto con vascos y catalanes, pero en la práctica queda diluido y no habrá mando único.

En la rueda de prensa posterior al Consejo, los ministros Illa y Montero confirmaron de viva voz que la gestión de la desescalada en la fase 3 será asumida "plenamente por las autoridades autonómicas". Sánchez evita un incendio que le hubiera descuadrado la mayoría para aprobar la prórroga hasta el 22 de junio en puertas de la votación de hoy en el Congreso de los Diputados, evita la ruptura con el PNV y proyecta que quiere mantener la mayoría de la moción de censura. C's, que también había contribuido al enredo con sus palabras interpretando el acuerdo, matizó a lo largo del día que se refería a que no habrá criterios políticos sino sanitarios en el cambio de fase. El lehendakari, que plantea pasar a la fase 3 el lunes, será la única autoridad que podrá decidir qué medidas se impulsan y cuándo debe salir la comunidad autónoma del estado de alarma. Puede acortar la fase 3 para que dure menos de 15 días. El Estado solo se reserva el control de fronteras entre comunidades durante la fase 3.

Formalmente, el Gobierno español insistió en que los pactos son compatibles para no desairar a C's, añadió que quiere ampliar su mayoría y que no estaría mal sumar a los naranjas a un acuerdo presupuestario, pero el resultado del enredo arroja como conclusión que el pacto con el partido centralista queda diluido y vacío de contenido. Las filas de Inés Arrimadas solo se pueden aferrar a otras medidas pactadas como el plan de turismo y digitalización, o la reforma legal en el futuro para evitar otro estado de alarma, un punto donde hay coincidencia con PNV y ERC. En cualquier caso, C's evitó descolgarse para mantener, al menos sobre el papel, que sigue influyendo en la política estatal. Sin embargo, con este episodio también quedó claro que parece cada vez más difícil mantener la cuadratura del círculo entre PNV, ERC y C's en sucesivas votaciones como la presupuestaria. Los naranjas no se quieren bajar del tren y dan codazos para que sean los nacionalistas quienes dejen de ser los socios prioritarios. El PNV pide a Sánchez coherencia y que se apoye en la mayoría de la moción de censura sin pactos incompatibles.

El pacto con C's insinuaba un retorno al mano único del Gobierno español. Apostaba por medidas iguales en todo el Estado, y por "analizar el marco jurídico necesario para garantizar una salida ordenada del estado de alarma y la gestión de la pandemia una vez que ya no esté en vigor". Planteaba que se redactara en la primera quincena de junio un decreto ley con medidas para los territorios que alcancen la nueva normalidad y dejen el estado de alarma. Edmundo Bal aclaró en Telecinco, TVE y La Sexta que se trataba de que PNV y ERC no pidan un cambio de fase por razones políticas a cambio de su voto. Pidió que no logren una "ventaja injusta" y que se tomen medidas sin discriminaciones. El portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, leyó entre líneas que se podía estar refiriendo a que el único criterio para avanzar de fase sea el sanitario y no el político, un matiz en el que no ve novedad porque "así ha sido hasta ahora". "Es posible hacer una lectura en que se puedan compatibilizar los dos pactos: gestión diferenciada por cada comunidad autónoma y que la autoridad única sea su presidente, siempre y cuando las comunidades hayan accedido a la fase 3 por criterios sanitarios", dijo.

El propio Sánchez compareció el domingo para anunciar que las comunidades van a recuperar el control absoluto en la fase 3 y podrán acortarla para salir antes del estado de alarma. Ortuzar avisó en Telecinco de que tenía que producirse una "aclaración" por el pacto "confuso" con C's, y confió en que no sea "contradictorio" con el firmado por él mismo. Avisó de que Sánchez podría perder sus votos a cambio de lograr los de C's. "Quien mucho abarca poco aprieta", avisó.

Finalmente hubo aclaración en el sentido exigido por el PNV, y los jeltzales evitaron que se produjera un desaire similar al que vivió Bildu cuando se desmintió su pacto sobre la reforma laboral. La ministra portavoz, María Jesús Montero, aclaró en su intervención inicial, sin esperar a las preguntas, que la desescalada la gestionarán las autonomías, y el ministro Illa remachó que "pasamos de cogobernanza a gobernanza plena" porque las comunidades van a "poder tomar decisiones sobre las medidas y la duración de la fase". El PNV había confirmado en una nota que el decreto "cumple íntegramente" el acuerdo porque serán los presidentes autonómicos quienes tomen decisiones de manera "unilateral". ERC opinó que el pacto de C's no tiene "ningún efecto" y es puro tacticismo.

Lo que dice el decreto. El Consejo de Ministros abordó ayer el decreto de prórroga del estado de alarma que se votará hoy. Respeta lo pactado con el PNV. Además de decirlo de viva voz, el Gobierno español incluyó en la web del Consejo de Ministros una referencia oficial al decreto con extractos de sus contenidos en los que se resume que "las comunidades autónomas no solo disponen de capacidad para modular la aplicación de las medidas en su territorio, sino que además pueden pasar a ser durante la vigencia de esta prórroga autoridades competentes delegadas para la adopción, supresión, modulación y ejecución de las medidas correspondientes a la fase 3".

Pacto con Ciudadanos. El partido naranja había pedido medidas iguales para todo el Estado, aunque en varias entrevistas pareció colocar después el peso en que el cambio de fase se haga con criterios sanitarios y no políticos, algo en lo que el portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, no ve ninguna novedad.

"No vaya a ser que por ganar a C's haya perdido otros votos; quien mucho abarca, poco aprieta"

Presidente del EBB del PNV

"No va a haber elementos políticos de decisión, sino puramente técnicos y sanitarios"

Diputado de Ciudadanos