- Tras el desconcierto que provocó al PNV el aparente coqueteo del Gobierno español con EH Bildu, los acontecimientos de la última semana han reforzado la centralidad de los jeltzales en el Congreso de los Diputados en detrimento de la izquierda abertzale. El reparto de papeles ha vuelto a la casilla de salida, con el PNV como socio preferente del presidente Sánchez, con tres acuerdos firmados en una semana, y con un pacto negociado a tres bandas con el Gobierno español y ERC para prorrogar el estado de alarma que deja tocado el mensaje de EH Bildu, que siempre ha exprimido la idea de la unidad estratégica del soberanismo de izquierdas en Madrid y ha sumado como parte de un todo sus escaños, y los obtenidos por los republicanos catalanes y BNG. El PNV ha visto consolidada su reputación como negociador al obtener contrapartidas como la gestión del Ingreso Mínimo Vital que ningún otro partido ha logrado hasta la fecha y que contrasta con el confuso acuerdo de la izquierda abertzale con el Gobierno español para derogar la reforma laboral, muy matizado.

Los jeltzales pusieron el sábado el colofón a una semana de pactos, con un acuerdo para devolver las competencias a los presidentes autonómicos en la fase 3 de la desescalada por el coronavirus. Según las fuentes consultadas, se negoció a tres bandas entre el Gobierno español, PNV y ERC, sin la intervención de EH Bildu. En concreto, el texto base era del PNV, que alcanzó primero un pacto con la vicepresidenta Calvo, y después llegó el acuerdo con ERC. Este acuerdo puede erosionar el mensaje de la coalición abertzale, porque ha proyectado que ha habido una mayor unidad entre PNV y ERC que entre ERC y EH Bildu. Arnaldo Otegi acostumbra a poner en valor el "acuerdo de unidad estratégica" firmado con Marta Rovira en Suiza. En la noche electoral de abril, no contabilizó solo los escaños de EH Bildu, sino el total con ERC. En noviembre, sumó también a todos los firmantes de la Llotja de Mar.

Los jeltzales escenifican su papel central para recomponer la mayoría de la moción de censura y alejan a C's de una posición de relevancia. El pacto fue clave para que ERC transitara desde el voto en contra hasta la abstención en la prórroga de la alarma.

La semana había arrancado con un primer pacto el lunes. El consejero Erkoreka y la ministra Darias reactivaron el calendario de transferencias paralizado por el coronavirus. Acordaron celebrar en junio, en la fase 3, la Comisión Mixta de Transferencias que fue aplazada en marzo y que iba a formalizar tres traspasos (seguro escolar, productos farmacéuticos y ayudas previas a la jubilación en empresas en ERE). Puede parecer una obviedad que se retome algo pendiente, pero Sánchez ha aplazado cuestiones como la mesa de diálogo sobre el conflicto catalán hasta julio porque su prioridad es el virus.

El miércoles llegaba el acuerdo para que Euskadi gestione el Ingreso Mínimo Vital estatal, desde una sola ventanilla y con esa ayuda como base, de manera que la RGI vasca podrá complementarla. El PNV lo firmó para la CAV y Nafarroa, lo que supone reforzar su papel en la comunidad foral. Se ha interpretado como la antesala del traspaso del régimen económico de la Seguridad Social, es decir, la gestión del pago de las pensiones.

El acercamiento del Gobierno español a EH Bildu y la firma de un acuerdo para derogar en su integridad la reforma laboral ha quedado reducido a una suerte de espejismo o simulacro, si se tiene en cuenta que la parte socialista trata de desandar el camino y matizar el pacto. No se descarta que puedan coincidir en el futuro, y el propio Sánchez aclaró ayer que hablará con todos los partidos que no se han negado a la prórroga, pero no existe el ánimo de convertir a EH Bildu en un aliado estable y la coalición no es tan decisiva. Sánchez ha salido escaldado de una alianza que le ha valido críticas de la patronal, una campaña de desgaste de la derecha española resucitando a ETA, y dudas de su propio partido, con barones críticos como Susana Díaz avisando de que no los une "absolutamente nada". El aragonés Lambán dijo que el pacto es "agua de borrajas". El PNV tiene garantías en su relación con Sánchez: el pacto de investidura, según el cual debe informarlo de las medidas que vaya a aprobar (de ahí su enfado por el acuerdo sorpresa con EH Bildu y que Sánchez haya movido ficha).

EH Bildu pactó también que los ayuntamientos de la CAV y Nafarroa tengan mayor capacidad de gasto para las políticas públicas, sin que se compute en la regla de gasto. No se concretó en cifras y no quedó claro cuál es la novedad con respecto a las inversiones financieramente sostenibles que se permiten ahora. Está prevista una reunión de la Comisión Mixta del Concierto donde el Gobierno Vasco va a pactar que se amplíen los límites de deuda y déficit. Ortuzar fue enigmático la semana pasada: "Permitan que el tiempo desvele la verdad de todo esto". El PNV se refuerza en puertas de las elecciones vascas del 12 de julio.

El portavoz jeltzale en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, por su parte, opinó que el pacto de la prórroga culmina "muy satisfactoriamente" una semana en la que también se ha logrado el traspaso del IMV. Aplaudió que se recupere "el control absoluto" de la desescalada.