- Las aguas vuelven a su cauce. Cuando la comunidad autónoma alcance la fase 3 en la vuelta a la normalidad dentro de la crisis del coronavirus, el Gobierno vasco, y en concreto el lehendakari, tendrán el control absoluto para implantar sus propias medidas de regreso a las calles y a la actividad socioeconómica para que obedezcan a la situación específica sanitaria vasca, en lo que supone una restauración competencial en toda regla y devolver la situación prácticamente al momento previo al estado de alarma. Se prevé que Euskadi alcance la fase 3 en una semana. El PNV alcanzó ayer este acuerdo en una negociación a tres con el Gobierno español y ERC, a cambio de su voto a favor en una nueva prórroga de quince días del Estado de alarma y de la abstención de los republicanos catalanes. La base del acuerdo es el texto del PNV, con quien alcanzó en primer lugar un acuerdo la vicepresidenta Calvo. Después llegó ERC.

El pacto con ERC supone que Sánchez recomponga la sintonía con los republicanos y logra que muden sus últimos votos en contra por la abstención. La prórroga se votará el miércoles en el Congreso de los Diputados. En ambos casos, Sánchez accedió a ceder el mando único y a que las comunidades autónomas tengan la sartén por el mango en la fase 3, pero el PNV incluyó un séptimo punto aún más concreto que dice que la autoridad competente delegada para "la adopción, supresión, modulación y ejecución de medidas" será "exclusivamente quien ostente la presidencia de la comunidad autónoma, salvo para las medidas vinculadas a la libertad de circulación" que excedan el ámbito de la comunidad autónoma. El Estado solo se reservaría las medidas referidas a la libertad de circulación. Lo que se pretende es evitar que los ciudadanos de zonas más afectadas como la propia Catalunya o Madrid puedan expandir el virus si salen de sus fronteras. Teniendo en cuenta que la unidad territorial acordada en el caso vasco es la comunidad autónoma y no cada uno de sus tres territorios, el Estado solo controlará cuándo se puede cruzar a Cantabria, por ejemplo, pero la movilidad entre Bizkaia, Gipuzkoa y Araba será cosa del lehendakari. Es el estado de alarma light, de baja intensidad, que pedía el PNV. Según fuentes jeltzales, en el caso de que alguna orden contradiga lo dictado por el Estado, prevalecerá la desescalada vasca.

Esta prórroga hasta el 22 de junio será la última. ERC difundió ayer el pacto, con seis puntos, a los que el PNV le añadió el citado artículo. Catalunya es una de las comunidades rezagadas, y la zona metropolitana de Barcelona sigue en la fase 1, con mayores restricciones que el resto. ERC ha pactado con Sánchez que "una vez que la unidad territorial de referencia alcance la fase 3 del plan de desescalada, corresponderá a las comunidades autónomas la condición de autoridad competente delegada para la adopción y la ejecución de las medidas de dicha fase, con la única excepción de las referidas a la libertad de circulación". También serán las comunidades las que puedan proponer el avance hacia la fase 3. El Gobierno español "se compromete, siempre que sea posible", a promover medidas menos excepcionales que el estado de alarma en el futuro, y a desvincularlas de las medidas sociales y económicas. Promete abordar reformas legales en la Ley de Salud Pública para buscar una percha alternativa, siempre desde la cogobernanza. Las reformas se registrarán en una comisión en el Congreso para que se tramiten en tres meses desde su creación.

El acuerdo apuesta por el autoabastecimiento para estar protegidos, y establece que, una vez que se llegue a un acuerdo en el ámbito europeo sobre el plan de recuperación, "el Gobierno impulsará mecanismos para la participación de las comunidades autónomas en la gestión de fondos que provengan del mismo". El último punto hace referencia a unas ayudas para los trabajadores de empresas de la Conca d'Òdena que no pudieron ir a trabajar cuando el territorio estaba confinado. ERC matizó que, aunque no aparece la mesa de diálogo, Sánchez la va a recuperar cuando llegue la normalidad.

Sánchez lanza la señal de que la mayoría de la moción de censura, progresista y proclive a las soluciones políticas para Euskadi y Catalunya, se recompone, como pedía el PNV. ERC se deja en la gatera demandas relevantes como la gestión del Ingreso Mínimo Vital desde Catalunya (que sí ha conseguido el PNV para la CAV y Nafarroa) y tampoco logra una fecha concreta para reactivar de inmediato la mesa de diálogo sobre el conflicto político, pero a cambio consigue recuperar la centralidad en el Congreso y cortocircuita el acercamiento del socialista a Ciudadanos, cuyo voto es ahora irrelevante. Sánchez pierde cualquier tipo de dependencia con la izquierda abertzale, con quien firmó y después rectificó un acuerdo para derogar la reforma laboral que provocó un terremoto político. La izquierda abertzale no ha estado en este acuerdo, y sí el PNV, a pesar de que EH Bildu tenga sinergias de colaboración con ERC.

Los republicanos catalanes toman distancias con la estrategia de confrontación de JxCat, con quien comparten Govern. El acuerdo de ayer lo negociaron Sánchez y el vicepresident Pere Aragonès, mientras el president Torra, de JxCat, seguía insinuando horas antes un voto en contra y exigía las competencias. ERC opinó en un comunicado que el acuerdo supone avanzar en ese camino de recuperación plena de las competencias.