- El acuerdo del PSOE con EH Bildu, rectificado luego por los socialistas, para la derogación íntegra de la reforma laboral ha provocado una nueva fisura en el Gobierno de coalición ante la exigencia de Unidas Podemos de que se cumpla lo pactado. A cambio, la coalición soberanista entregó los cinco votos para abstenerse en la prórroga del estado de alarma, aunque no eran imprescindibles para sacar adelante la votación. La secuencia fue la siguiente: pasada la medianoche del miércoles al jueves, el partido de Pedro Sánchez se echó para atrás y matizó que no se suprimiría esa normativa por completo, sino parcialmente, y mucho menos "antes de que expiren las medidas extraordinarias" adoptadas por la crisis sanitaria, como se recogía en el comunicado que las 20.34 horas enviaron conjuntamente tanto PSOE como Podemos y Bildu. Cuatro horas después saltó por los aires. Moncloa se metió en un jardín que merodeó durante toda la jornada de debate. De hecho, la portavoz de la izquierda abertzale, Mertxe Aizpurua, dio por hecho el consenso en su turno de palabra cuando el propio presidente español le agradecía no rechazar la ampliación del escenario de alerta. "Lo firmado obliga", sentenció ayer el vicepresidente segundo del Gobierno español, Pablo Iglesias, insinuando presiones del mundo empresarial y político sobre Ferraz. Fue la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que no mantiene la mejor de las sintonías con el líder morado, quien exigió la inmediata rectificación en la redacción de un documento del que Sánchez tenía constancia, obligando a una aclaración. El revuelo ha provocado además que la patronal haya suspendido el diálogo social.

"Voy a ser cristalino: pacta sunt servanda, lo firmado obliga", zanjó Iglesias en una entrevista en Catalunya Radio, en la que se mostró muy duro con la precisión realizada por los socialistas donde se señalaba que la reforma solo afectará a tres aspectos de la ley: la posibilidad de despido por absentismo causado por bajas por enfermedad, las limitaciones al ámbito temporal del convenio colectivo y la prioridad aplicativa de los convenios de empresa sobre los convenios sectoriales. "En el acuerdo para la legislatura y para el Gobierno no se habla de derogación parcial, se habla de derogación de la reforma laboral", reiteró Iglesias. Y prosiguió: "Después cada partido podrá decir lo que quiera. Pero los documentos firmados, que son la orientación de un gobierno de coalición y un acuerdo entre tres grupos parlamentarios, ese es el acuerdo", valoró, cargando contra la CEOE y Cepyme después de que expresaran su "rotundo" rechazo al citado pacto. Desde la órbita de Podemos también se pronunció la ministra de Igualdad, Irene Montero, en consonancia con el vicepresidente Iglesias. "Yo creo que lo que se firma se cumple. (...) Independientemente de los matices que pueda haber, lo firmado está firmado y además de eso hay un acuerdo de gobierno, que es al que yo me debo, en el que explicamos de forma clara que la reforma laboral del PP es lesiva para los derechos de los trabajadores", completó en TVE Montero. En este horizonte Sánchez ve cómo se le complica el pacto de investidura con su juego de la transversalidad en tanto que sus aliados discuten sus pasos o, como ha pasado con ERC y Compromís, se le van descolgando.

Desde EH Bildu, que desde luego ha ganado protagonismo con este terremoto político en plena precampaña electoral en Euskadi, Aizpurua cree que el PSOE no "ha rectificado" sino que solo ha hecho "una matización terminológica". "El acuerdo sigue vigente", mantuvo en declaraciones a RNE para reconocer que le "parece bien" que todo "se empiece a clarificar desde el minuto uno. Eso indica que el acuerdo es serio y no papel mojado". El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, fue incluso más rotundo y se felicitó de que con ese acuerdo han sido capaces de "construir, escribir y firmar una buena noticia para el conjunto de trabajadores del Estado" y advirtió de que "lo que se pacta, se cumple" y que "nadie tiene derecho a frustrar la ilusión que generó esa buena noticia". "La palabra es un valor sagrado para nosotros, y cuando un vasco da su palabra la cumple en la literalidad", remarcó. El dirigente de la coalición abertzale remarcó que EH Bildu no está en política para "mercadeos, ni para salir en la tele, ni para acceder a consejos de administración". Respecto a la posición socialista matizó que "las notas aclaratorias no alteran los acuerdos, el acuerdo es el que es".

Pero la vicepresidenta Calviño afirmó ayer que "con la realidad que tenemos sobre la mesa sería absurdo y contraproducente abrir un debate de esta naturaleza y generar la más mínima inseguridad jurídica", tras recordar que el Estado está en estado de alarma y han muerto 27.000 personas, que la caída del PIB se estima en más del 9%, que hay 3 millones de trabajadores afectados por un ERTE y que se espera "un sustancial aumento de la pobreza". "Los contribuyentes nos pagan para resolver problemas y no para crearlos", subrayó. La responsable de la política económica del Gobierno de Sánchez abrió la puerta a hacer cambios en el ámbito laboral, aunque se comprometió a que cualquier modificación "se hará de manera dialogada con los agentes sociales". A su vez, la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, que firmaba el acuerdo junto a Pablo Echenique y Aizpurua, concretó en La Sexta que "nunca" han hablado de "eliminar de un plumazo" la totalidad de la reforma porque "no se puede dejar el BOE en blanco" en materia laboral.

"Seré cristalino, lo firmado obliga. Ya en el acuerdo de legislatura no se habla de una derogación parcial"

Vicepresidente segundo del Gobierno

"Es contraproducente y absurdo abrir el debate y generar la más mínima inseguridad jurídica"

Vicepresidenta tercera del Gobierno

"Lo que se pacta, se cumple; cuando un vasco da su palabra la cumple en su literalidad"

Coordinador general de EH Bildu