- La huelga de hambre del preso de ETA Patxi Ruiz ha provocado un rebrote de kale borroka que se ha ido intensificando a lo largo de la semana con ataques a sedes de partidos e instituciones y la quema de una sucursal bancaria. Estos actos vandálicos se recrudecieron en la madrugada del viernes con la aparición de pintadas en los batzokis de Igorre y San Ignacio, en las Casas del Pueblo de Algorta y Lazkao, y en un edificio público de Gasteiz (Casa de la Dehesa); todas ellas acusando al PNV y al PSE de “asesinos”, “carceleros” y “culpables”.

Estos ataques se suman a los ya ocurridos a lo largo de la semana en territorio vizcaino, desde que el recluso iniciara la huelga el pasado lunes. El martes una sede del PSE amaneció con pintadas, a la que se sumaron otras dos Casas del Pueblo y tres batzokis en la madrugada del jueves. El colofón a este rebrote de la kale borroka se produjo ese mismo día con la quema de un cajero autonómico en la localidad de Ea.

El preso Patxi Ruiz -que cumple condena en Murcia II por el asesinato del concejal de UPN en Iruñea, Tomás Caballero, en 1998- se encuentra encuadrado en el sector crítico de la izquierda abertzale, denominado Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión y mayormente conocido como ATA, que cuestiona abiertamente la línea de EH Bildu y critica la disolución de ETA. Por ello, Ruiz fue expulsado junto a otros cinco reclusos de la línea dura del colectivo de presos de la organización (EPPK).

Sin embargo, la izquierda abertzale oficial guarda silencio por el momento ante estos actos vandálicos del sector crítico. Aunque la alcaldesa de Ea Iratxe Arriola, de EH Bildu, sí condenó con rotundidad la quema del cajero en la localidad costera el jueves, desde la coalición soberanista no ha habido hasta ahora ninguna reacción o comunicado oficial expresando su rechazo por este nuevo rebrote de kale borroka. Por ello, tanto el PNV como el PSE no dudaron en cargar ayer contra el silencio de los de Arnaldo Otegi.

La presidenta del BBB, Itxaso Atutxa, volvió a condenar los incidentes y afirmó echar en falta “una postura más firme” de algunos partidos, en clara alusión a EH Bildu. En una entrevista en Bizkaia Irratia, la dirigente jeltzale enmarcó en “una inaceptable campaña de acoso y coacción” los dos nuevos ataques contra los batzokis de Igorre y Sabindarrak (San Ignacio). Asimismo, hizo referencia a lo ocurrido en Ea, donde “la quema de un cajero automático supuso poner en riesgo la vida de siete personas que tuvieron que ser desalojadas”.

En la misma línea se pronunció en un comunicado el PNV de Bizkaia, que denunció que se vincule al partido con la situación en huelga de hambre de Patxi Ruiz, “como si la formación jeltzale tuviera algo que ver”. El texto añade que “estos sabotajes tienen el agravante de que se han realizado de madrugada, lo que constituye un flagrante incumplimiento de las medidas de confinamiento decretadas en la situación actual de estado de alarma y que el resto de la ciudadanía está cumpliendo”.

También hizo referencia a la kale borroka el alcalde de Gasteiz, el jeltzale Gorka Urtaran, que denunció las pintadas aparecidas en la Casa de la Dehesa, edificio del Ayuntamiento que sirve de centro de visitantes del jardín botánico de la capital alavesa. “Es inaceptable. Mi condena más rotunda”, publicó el regidor en las redes sociales.

eh bildu se desmarca en gasteiz En la corporación gasteiztarra, EH Bildu eludió también rechazar lo ocurrido, mientras que el resto de grupos municipales -PNV, PSE, PP y Elkarrekin Vitoria- mostraron su condena “rotunda y enérgica” ante unos ataques “que no tienen cabida en una ciudad plural, democrática y moderna”. “Son actitudes graves, inaceptables y carentes de sentido, más propias de otras épocas”, añaden los partidos en la declaración institucional.

En el seno del PSE también se sucedieron las críticas a este nuevo e inesperado rebrote de kale borroka que ha llegado en pleno estado de alarma y confinamiento de la población. El secretario general de los socialistas guipuzcoanos, Eneko Andueza, condenó el ataque contra la sede de su partido en Lazkao y dijo que este sabotaje, al igual que los otros perpetrados a lo largo de la semana, responde a “prácticas del pasado de quienes no quieren avanzar hacia el futuro” y que demuestran además una “falta de respeto al diferente”, que es “la base de la democracia”.

“Nos retrotrae a tiempos pasados que deberían estar superados”, afirmó Andueza, tras recordar que esta misma sede “estuvo en el punto de mira de ETA” y resultó destrozada durante la campaña de las elecciones autonómicas del año 2009 por una bomba.

En Bizkaia, los socialistas también se refirieron a la “campaña” de ataques contra las Casas del Pueblo, que a su juicio está siendo llevada a cabo por “unos fanáticos”. En palabras de su secretario general en el herrialde, Mikel Torres, los autores de las pintadas “añoran otras lamentables épocas” que la ciudadanía vasca ya ha superado. “Sus responsables están anclados en la intolerancia y el odio y no respetan lo más mínimo la convivencia y la democracia. Nada van a conseguir con los ataques a las sedes de partidos, solo nuestro desprecio y el de la inmensa mayoría de la sociedad”, añadió el también alcalde de Portugalete.

“reductos de intolerancia” No faltó tampoco la condena del delegado del Gobierno español en Euskadi, Denis Itxaso, que lamentó que siga habiendo “reductos de intolerancia” y señaló que las discrepancias en política penitenciaria se pueden expresar sin “estigmatizar y sin agredir” al contrario. “Agreden a partidos políticos muy determinados y muestran su frustración en sus sedes, lo que es reprochable. La sociedad vasca está haciendo un camino de convivencia y tolerancia y las discrepancias en política penitenciaria se pueden expresar sin estigmatizar”, insistió.