-El PNV quiere reconducir el debate sobre los Pactos de La Moncloa que propone el presidente español hacia un ámbito más realista y práctico: que presente unos Presupuestos "de reconstrucción" para superar las secuelas que va a dejar la crisis sanitaria del coronavirus y tratar de acordar en base a cifras concretas. Pedro Sánchez quiso dar rango oficial el jueves a una propuesta que hasta el momento solo había lanzado como globo sonda, y dio el paso de convocar a los partidos a una reunión, sin concretar, para la próxima semana, con la idea de lograr un gran pacto de Estado tras esta pandemia. Sin embargo, la reedición de los Pactos de La Moncloa de 1977 es una entelequia porque el PP no tiene ninguna intención de darle esa fotografía al presidente socialista. El PNV también ve con claridad que el PP no está por la labor, y no se muestra muy optimista sobre la posibilidad de renovar esos pactos. Además, le genera muchas dudas que se esté apelando a esa fórmula de 1977 cuando en aquella época no había instituciones y, por el contrario, ahora están consolidadas y el autogobierno lleva cuarenta años desplegado en las instituciones vascas. En cualquier caso, el PNV, a diferencia de EH Bildu, tiende su mano y acudirá a la reunión cuando sea convocado.

Fuentes de Sabin Etxea consultadas explican que la aportación del PNV será plantear que es "más efectivo" presentar unos Presupuestos de reconstrucción en lugar de recurrir a fórmulas con pompa y boato como los Pactos de La Moncloa. El PNV hace énfasis en la idea de que las Cuentas sean de "reconstrucción", no unas ordinarias. El propio Sánchez se ha referido en varias ocasiones con este término al proyecto que piensa presentar en los próximos meses. Los jeltzales creen que poner sobre la mesa "cifras concretas" puede ayudar a superar la crisis de mayor manera que la invocación a unos Pactos de La Moncloa con mucho glamour, pero poco consenso por el desmarque de Pablo Casado, con el que se muestran críticos por presentar al PP como un partido de Estado y después ejercer oposición destructiva.

El partido de Andoni Ortuzar y que tiene a Aitor Esteban como portavoz en el Congreso cree que su aportación es "más efectiva". El PNV estuvo en los Pactos de La Moncloa que se firmaron tras la dictadura, y lo hizo representado por Juan Ajuriaguerra, pero los tiempos han cambiado. El PNV se ofrece a negociar unos Presupuestos especiales, de reconstrucción, donde cree que habrá que dejar al margen las "florituras", tal y como explicó Ortuzar en una reciente entrevista con este periódico. El presidente jeltzale consideró que los Presupuestos van a ser casi "de guerra", y que va a haber una caída importante de los ingresos, y será también complicado aumentar la deuda pública por las dificultades habituales que tiene el Estado con su prima de riesgo y su maltrecha tesorería.

El PNV se ofrece, pero habrá que ver cómo concreta su proyecto el propio Gobierno español, donde además puede haber tensiones entre el PSOE y la visión de Unidas Podemos. Los jeltzales han tenido fricciones con Sánchez por la gestión unilateral de la crisis del virus desde su mando único, pero apuestan por actuar con "responsabilidad" y no quieren que caiga la legislatura. Los próximos meses serán claves para completar las transferencias pendientes que recoge el Estatuto de Gernika, aunque el coronavirus ha paralizado todas las gestiones y las prioridades, además, están completamente fagocitadas por la gestión de la enfermedad. La ministra encargada de esta negociación, Carolina Darias, eso sí, acaba de recuperarse del virus.

La idea de los Pactos de La Moncloa se diluye como un azucarillo. La ministra Montero ha matizado estos días que no habrá una gran cumbre multilateral, sino reuniones por separado, con cada uno de los partidos. Además, no habrá una propuesta previa del Gobierno español, con el argumento de que no quiere condicionar el debate. La intención de Sánchez es hablar también con los presidentes autonómicos y los agentes sociales y económicos. Pero todo este asunto se está convirtiendo únicamente en un arma arrojadiza entre el PSOE y el PP: la ministra Montero presionó a Pablo Casado asegurando que "algunos siguen con viejas inercias y no son capaces de arrimar el hombro". "Hay grupos que no han entendido el alcance, la profundidad ni la gravedad de la situación", dijo para colocar al PP como responsable de la ruptura. Los populares, por su parte, utilizan como coartada de su negativa el duro rifirrafe con la socialista Adriana Lastra en el pleno del jueves. En un comunicado, el vicesecretario de comunicación, Pablo Montesinos, criticó que hayan pasado 48 horas desde los "insultos", y que "ni Sánchez, ni ningún alto cargo del Gobierno ha desautorizado ni llamado al orden a la señora Lastra". "Todo esto demuestra que Sánchez no quiere pactar absolutamente nada con el PP", dijo.

Estos días, Pablo Casado sigue censurando hasta el color de la corbata de Sánchez, al que le pide que decrete el "luto nacional". El Gobierno español, por su parte, dio muestras ayer de no tener una idea clara sobre los Pactos de la Moncloa. A preguntas de la prensa, el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, evitó concretar si han empezado los contactos y dijo que "nadie duda de la necesidad de un acuerdo". "Vamos a necesitar acuerdo unánime del conjunto de fuerzas políticas y sociales para que la reconstrucción sea importante y a la mayor brevedad", dijo.

El president Torra, por su parte, tiene la intención de llevar a ese debate la autodeterminación de Catalunya. En principio, Sánchez no plantea un cambio de régimen ni de la Constitución o la monarquía en estos pactos, centrados en los servicios públicos, la tecnología, el planeta y los derechos, como pinceladas genéricas.