- Es una de las historias no resueltas que ha dejado el fin de ETA, la de tres gallegos de cuya desaparición se cumple hoy el 47 aniversario después de ser confundidos por policías españoles por miembros de la banda. En abril de 2018 ETA "despedía su historial criminal con un último boletín en el que asumía un atentado múltiple que en su día no reivindicó, la bomba en la madrileña cafetería Rolando en 1974", recordó ayer el director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez. Agregó que, en cambio, la banda "no informó del paradero de Humberto, Fernando y Jorge", en referencia a los tres amigos cuyos cuerpos no se han recuperado jamás.

Domínguez aseguró por ello que sigue habiendo "una deuda pendiente con sus familias", con motivo de la publicación por parte del centro que dirige de una investigación realizada por el novelista Adolfo García Ortega sobre la desaparición de José Humberto Fouz Escobero, Jorge Juan García Carneiro y Fernando Quiroga Veiga. Dicha investigación tuvo como fin documentar la obra literaria Una tumba en el aire, inspirada en este caso, y a su juicio es la "más amplia y concienzuda" que se ha realizado "en torno al secuestro, asesinato y desaparición de Humberto, Fernando y Jorge".

Nacidos en Galicia y residentes en Irun, la tarde del 24 de marzo de 1973 cruzaron la frontera para ir a Biarritz a ver la película El último tango en París, entonces prohibida en el Estado español. Esa misma noche acudieron a una discoteca, donde fueron confundidos con policías españoles por un grupo de etarras que los secuestraron, torturaron y asesinaron, haciendo desaparecer sus cuerpos, informó ayer el Memorial en una nota de prensa. Cuando se cumplen 47 años de esos hechos, el director del centro afirmó que son responsables no solo "quienes cometieron los crímenes", sino también "otros de su entorno que tienen información" o "que saben quién la tiene y no hacen nada para desvelar lo que ocurrió".

La novela rescata la historia real de los tres jóvenes asesinados, y su autor decidió escribirla "entendiendo que ni las víctimas ni los asesinos merecían el olvido", añade la nota. De este modo, el objetivo primordial del informe del Memorial, el octavo que publica, es la recuperación de la memoria de las tres víctimas, "cuyo paradero esconde la banda terrorista desde 1973". La familia de José Humberto Fouz ha solicitado a la Audiencia Nacional la reapertura del caso, lo que ha sido rechazado en primera instancia.

Antes de realizar la obra, Adolfo García Ortega se desplazó a Iparralde para comprobar in situ recorridos, trabajar hipótesis y recabar información. Previamente, viajó varias veces a A Coruña para entrevistarse con Coral Rodríguez Fouz, sobrina y ahijada de uno de los jóvenes asesinados, así como con otros familiares. De esa investigación sobre el terreno, el novelista fue escribiendo una serie de notas para su narración definitiva, 41 de las cuales han sido aportadas para el informe en "una especie de guion o making off de cómo se empezó a escribir en agosto de 2017 Una tumba en el aire". Se reproducen asimismo cartas y correos a personas que podían aportar información y se aportan fotografías de los escenarios descritos en la obra.

El director del Memorial insistió en que ETA no ha informado nunca del paradero de estos tres jóvenes y que su familias siguen esperando a que un día aparezcan los restos de sus allegados "para despedirse de ellos de forma digna y para cerrar un duelo que se ha prolongado durante mucho tiempo". Reprochó por último que esta investigación "la tenían que haber realizado las instituciones".