- Zarzuela no suele trabajar los domingos y menos para emitir comunicados oficiales. Lo hizo este último para informar de cómo Felipe VI rompía su vínculo con Juan Carlos I por su presunto enriquecimiento ilegal reconociendo implícitamente que su padre había manejado cuentas opacas. Lo hizo, previsiblemente para salvar la imagen de la Corona española, y el día en que el Estado estaba sumido en situación de alerta y su ciudadanía, confinada, casi en ataque de histeria. Una elección de tiempos que resulta difícil pensar que fue casual y más cuando hasta anoche, y después de muchos días de crisis sanitaria, el monarca permaneció escondido. Un comportamiento diametralmente opuesto al de su respuesta tras el 1-O, cuando compareció solamente 48 horas después para advertir de los delitos que se estaban a su juicio cometiendo en Catalunya por los independentistas y sin acordarse de los votantes heridos por los agentes policiales. Felipe VI se dedicó exclusivamente ayer a mandar calma y buenos propósitos a la población en relación al coronavirus, omitiendo toda mención a los escándalos del rey emérito.

En un mensaje que no fue emitido por ETB, el monarca español se dedicó a repartir afectos a los contagiados por el virus, los fallecidos y sus familias, y a los profesionales del sector sanitario, y coló nuevamente el mensaje de "unidad" para derrotar a la enfermedad. "Este virus no nos vencerá. Al contrario. Nos hará más fuertes como sociedad; una sociedad más comprometida, más solidaria, más unida. Una sociedad en pie frente a cualquier adversidad", resumió en una breve alocución en la que hizo hincapié en que la crisis es "temporal". "Un paréntesis en nuestras vidas. Volveremos a la normalidad. Sin duda. Y lo haremos más temprano que tarde: si no bajamos la guardia, si todos unimos nuestras fuerzas y colaboramos desde nuestras respectivas responsabilidades", aseveró Felipe VI, que previamente se reunió con Pedro Sánchez y los miembros del Comité de Gestión Técnica del Coronavirus para analizar el escenario.

"Ahora debemos dejar de lado nuestras diferencias. Debemos unirnos en torno a un mismo objetivo: superar esta grave situación. Y tenemos que hacerlo juntos; entre todos; con serenidad y confianza, pero también con decisión y energía", recalcó. El rey evocó que "hay momentos en la Historia de los pueblos" en los que la realidad pone a prueba "de una manera difícil, dolorosa y a veces extrema" y momentos "en los que se ponen a prueba los valores de una sociedad y la capacidad misma de un Estado". Por eso, dijo estar convencido de que todos los ciudadanos van a "dar ejemplo, una vez más, de responsabilidad, sentido del deber, de civismo y humanidad, de entrega y esfuerzo y, sobre todo, de solidaridad, especialmente con los más vulnerables, para que nadie pueda sentirse solo o desamparado".

"Tenemos que resistir, aguantar y adaptar nuestros modos de vida y comportamientos a las indicaciones de nuestras autoridades y a las recomendaciones de nuestros expertos para ganarle al virus. Todos debemos contribuir a ese esfuerzo colectivo con nuestras actitudes y nuestras acciones, por pequeñas que sean", señaló el monarca. "Todo el Estado, todas las instituciones públicas, están volcadas en resolver esta crisis que constituye nuestra prioridad esencial y todos los españoles pueden sentirse protegidos", afirmó, días después de que explotara este problema, y destacando, como ya lo han hecho infinidad de ciudadanos, "la profesionalidad, la entrega a los demás, coraje y sacrificio personal" del personal sanitario, que "son un ejemplo inolvidable".

De los supuestos negocios opacos de su padre, ni mención. Desde numerosos balcones de Euskadi y del Estado se respondió a su discurso, justo cuando lo pronunciaba, con una sonora cacerolada, iniciativa surgida desde las redes sociales, reclamando que Juan Carlos I done a la sanidad pública los 100 millones de euros que supuestamente recibió de Arabia Saudí en paraísos fiscales. Ayer mismo Corinna zu Sayn-Wittgenstein afirmó que el rey emérito fue a visitarla hace un año a Londres 11 días después de que los abogados de ella se pusieran en contacto con la Casa Real para comunicar que Felipe VI figuraba como segundo beneficiario de la fundación Lucum.

Los partidos firmantes de la Declaración de la Llotja, entre ellos las fuerzas soberanistas catalanas, así como EH Bildu y el BNG, emitieron un comunicado para denunciar que Felipe VI ha querido aprovechar la emergencia sanitaria para "blanquear su imagen". Para el diputado de Unidas Podemos, Pablo Echenique, "la patria no es un himno, no es una bandera y no es, hoy menos que nunca, un rey. Lo que están diciendo los balcones es que la patria es la gente que vive y trabaja en nuestro país". Pablo Casado (PP) valoró que el rey "lidera una nación golpeada", tras un discurso que aplaudieron Santiago Abascal (Vox) e Inés Arrimadas (Ciudadanos).

"Ahora debemos dejar de lado nuestras diferencias y unirnos para superar esta grave situación con serenidad y confianza"

"Esta crisis es temporal, un paréntesis en nuestras vidas; esto nos hará más fuertes como sociedad"

Rey