madrid - El Gobierno y ERC constatan la necesidad de entendimiento mutuo en el momento político actual, en el que no les conviene evidenciar grandes facturas o discusiones agrias, por lo menos hasta el momento en el que la mesa de diálogo entre La Moncloa y la Generalitat eche a andar.

Ayer en la sesión de control al Ejecutivo español en el Congreso de los Diputados se evidenció esa estrategia de distensión en el turno de palabra del portavoz republicano Gabriel Rufián, que evitó mostrarse crítico en exceso con Pedro Sánchez y optó por alinearse con él contra la derecha y la ultraderecha, en lugar de sacar a relucir cuestiones espinosas relacionadas con el conflicto en Catalunya. Así, advirtió al presidente socialista de que tenga cuidado con el “peor” de los fascismos, “el de corbata, toga y uniforme”, en referencia a los diputados de la derecha y a un sector de la magistratura española. Asimismo, Rufián instó al Gobierno bicolor a que “haga de izquierda de una vez por todas”, y actúe como “antídoto para frenar al fascismo”, que a su juicio supone una amenaza tangible tras el auge de Vox en las pasadas generales de noviembre.

En la línea de este cese temporal de hostilidades, Pedro Sánchez evitó demorar en exceso el debate con Gabriel Rufián y renunció a su segundo turno de réplica, mientras que en el primero se limitó a responder a la pregunta que había registrado ERC, relativa a conocer qué actuaciones tiene previstas el Gobierno para frenar el auge del fascismo en el Estado español. A este respecto, Sánchez citó la actualización de la actual ley de Memoria Histórica, que a su juicio presenta algunas “lagunas”, e invitó a los republicanos a presentar enmiendas para su revitalización y para fortalecer “la democracia española”.

Más concretamente, el presidente aseguró que propondrá modificaciones en la norma para acabar con los “reconocimientos que injustamente la democracia ha dado a personas vinculadas con el franquismo y que torturaron a seres humanos”, en referencia al expolicía Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño. Asimismo, y como gesto hacia ERC, Sánchez recordó cómo su primer Gobierno aprobó una declaración para “denostar” el juicio al president de la Generalitat Lluís Companys, fusilado en 1940 por el régimen franquista después de ser capturado por la Gestapo en Francia y trasladado a España.

Precisamente estas dos cuestiones forman parte de las reivindicaciones de Esquerra que, según detalló Rufián en su intervención parlamentaria, aboga por “anular sentencias de tribunales asesinos franquistas”, como el que condenó a Companys, y terminar con el mausoleo del Valle de los Caídos, además de garantizar las exhumaciones pendientes.

De esta forma, fue la memoria histórica la que estuvo sobre la mesa en el diálogo entre Pedro Sánchez y Gabriel Rufián, quedando a un lado cualquier referencia de ambos a la crisis política en Catalunya. Así, por parte del portavoz de ERC no hubo ni una sola palabra a este respecto, ni a la situación de los independentistas presos, ni tampoco a la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat que debería arrancar este mismo mes.

un sánchez conciliador En la tónica de lo acontecido desde la investidura y la formación del Ejecutivo de coalición, y sabedor del apoyo indispensable de ERC para que la legislatura prospere, Pedro Sánchez también eludió las cuestiones más espinosas y mostró un tono conciliador con los republicanos, a quienes prometió seguir con los compromisos en materia de memoria histórica, tal y como le reclamó Gabriel Rufián.

Rechazan derogarlo. La vicepresidenta de Economía y Transformación Digital, Nadia Calviño, rechazó ayer la petición de JxCat de que se derogue el decreto en materia de administración digital, contratación del sector público y telecomunicaciones, que los independentistas interpretan como una norma contra la ‘república digital catalana’, y que es conocido como el ‘155 digital’. El Gobierno aprobó durante la última campaña electoral este decreto, que fue duramente criticado por los soberanistas. De cualquier manera, Calviño se abre a dialogar para “mejorar” algunos aspectos de esta norma.