madrid - El Gobierno español enfrió ayer las expectativas ante la reunión de mañana entre el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y el president de la Generalitat catalana, Quim Torra, y asume que el diálogo con el Govern catalán sobre el "conflicto político" pueda producir frutos en el corto plazo. El encuentro se produce pocos días después de que el president catalán anunciara que no agotará la legislatura y adelantará las elecciones para convocarlas después de que se aprueben los presupuestos catalanes.

La portavoz del Ejecutivo español, María Jesús Montero, reconoció en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que este encuentro supone un hito ya que permitirá colocar "raíles" que permiten seguir transitando el diálogo. "Acudimos a la reunión con espíritu constructivo para escuchar qué tiene que decir (Torra) sobre todos los temas", también los relacionados con el "día a día de los ciudadanos", explicó Montero, que anunció que Sánchez irá acompañado de la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, si bien inicialmente la reunión entre los dos presidentes será a solas.

Darias se incorporará si en algún momento se considera oportuna su presencia, precisaron fuentes del Ejecutivo, que ni siquiera han podido prever si del encuentro entre Sánchez y Torra saldrá algún comunicado conjunto como ocurrió en el encuentro en Pedralbes en diciembre de 2018; ni si alguien del Gobierno español comparecerá ante los medios de comunicación para dar cuenta del desarrollo de la reunión.

De la reunión con Torra el Gobierno ni siquiera prevé que en ella se concrete la fecha para la constitución e inicio de los trabajos de la mesa de diálogo pactada con ERC en el acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez. Si bien esta mesa sí está previsto que se convoque a partir de la entrevista entre los dos presidentes, precisó Montero.

Tampoco acude el Ejecutivo con ninguna propuesta concreta al encuentro con Torra como podría ser una reforma del Estatut, sino que se trata de una primera toma de contacto en la que el Gobierno sí testará la voluntad del president de mejorar la colaboración institucional en temas tales como inversiones en Catalunya, la mejora de la red de Cercanías o la asistencia a los afectados por el temporal Gloria, explicaron desde el Gobierno.

Desde la Generalitat también preven que la reunión servirá solo como toma de temperatura para el deshielo entre los dos ejecutivos. No esperan arrancar logros concretos, tan solo que se establezca un calendario para la mesa de negociación posterior. "En esta reunión debería salir un calendario aproximado sobre cuándo deben empezar las negociaciones entre gobiernos", explicó la portavoz del Govern, Meritxell Budó, al tiempo que destacó que la reunión debe servir para poner las reglas de juego que deberán guiar la mesa de negociación.

No obstante, Budó quiso aclarar que la voluntad de Torra es que en la reunión con Sánchez pueda hablar "de todo, sin vetos ni limitación de contenidos", y que ello equivale a poder abordar el derecho a la autodeterminación y de poner fin a la represión. Sobre si hay que incorporar la figura del mediador, recordó que es una propuesta de JxCat, pero que no está consensuada en el seno del Govern. - DNA