donostia - Iñigo Urkullu ha esperado a que terminaran los homenajes a Gregorio Ordóñez para responder a las acusaciones y críticas lanzadas desde el PP por su presencia en los actos que se le han tributado en Donostia al dirigente de la formación conservadora asesinado por ETA hace justo 25 años, así como a sus posiciones sobre la política penitenciaria. El lehendakari arremete especialmente contra Pablo Casado y José María Aznar, a los que acusa de no haber dicho la verdad, y revalida su apuesta por el acercamiento de los presos de la banda ya disuelta porque lo establece la ley y por cuestiones humanitarias para las familias de los reclusos y por ellos mismos.

No es muy dado el lehendakari, Iñigo Urkullu, a entrar en el cuerpo a cuerpo con otros líderes políticos incluso si le citan desde el tendido. Su cargo está por encima de ese tipo de veleidades y su carácter templado y cauto le llevan a la contención. Pero cuando arranca, pocas veces pero sonoras, no se anda con miramientos y ayer tuvo uno de sus momentos. Lo hizo por carta, que siempre rebaja la temperatura y sus destinatarios son las dos cabezas del PP: la orgánica, Casado, y la fáctica, Aznar. Ambos cargaron con dureza contra el jefe del Ejecutivo vasco el pasado jueves, durante la inauguración en Donostia de la exposición La vida posible, sobre la trayectoria vital y política de Gregorio Ordóñez.

Los populares también han criticado e incluso han llegado a calificar de “hipócrita” la presencia de PSE y PNV en los actos de recuerdo de Ordóñez y les reprochan que “blanqueen” a EH Bildu al aceptarlos en el juego político e institucional y acordar con ellos, como ha ocurrido recientemente en el Ayuntamiento de Irun, donde los socialistas han pactado los presupuestos locales con la coalición abertzale y Podemos, o en Nafarroa, por idéntica razón.

Tras agradecer “la receptividad y el talante” de la viuda de Ordóñez, Ana Iribar, por su presencia en el acto del jueves, el lehendakari afea en su carta a Aznar y Casado que forzaran el retraso en el inicio del acto programado para realizar ante la prensa “unas declaraciones que no puedo dejar pasar por alto porque no responden a la verdad”.

Urkullu recuerda al expresidente Aznar que fue él quien tuvo mano izquierda con ETA, sus presos y la propia izquierda abertzale política. “Es preciso recordar que siendo el señor Aznar presidente del Gobierno español, aceptó mantener conversaciones directas con ETA, autorizó el acercamiento de presos a cárceles más próximas al País Vasco y calificó a ETA como Movimiento de Liberación Nacional Vasco, ante el estupor general”. Añade Urkullu que estas acciones y afirmaciones las hizo el ahora presidente de la Fundación FAES con la banda armada todavía cometiendo atentados y perpetrando asesinatos, allá por finales de los 90 y principios de este siglo.

Con esos precedentes, el lehendakari considera que “no es de recibo tener que escuchar ahora” una crítica al Gobierno vasco por solicitar ese mismo acercamiento una vez que ETA ya ha desaparecido completa y definitivamente. En su carta subraya además que suscribe plenamente la petición de acercamiento a Euskadi de los alrededor de 217 presos de la banda diseminados en cárceles de todo el Estado español realizada la semana pasada por el secretario general de Derechos Humanos y Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández. Sus manifestaciones fueron criticadas por el PP pero también por sus socios del PSE en Lakua.

Frente a estas críticas, Urkullu expone que el acercamiento responde “al cumplimiento de la ley, al tiempo que atiende a razones humanitarias” para las familias de las personas presas y ellas mismas. En este punto, sostiene que no va a “desistir” en su planteamiento favorable al acercamiento ahora que ETA ya ha desaparecido.

Además, reitera la “exigencia de deslegitimación del terrorismo con una mirada crítica al pasado y reconocimiento del daño injusto causado” y apela “al espíritu” de la Constitución española que contempla como objetivo la reinserción de las personas presas “y una política penitenciaria acorde a ello”.

transferencia de prisiones Urkullu también reclama el cumplimiento de la transferencia a Euskadi de la competencia sobre las prisiones vascas, tal como prevé el Estatuto de Gernika y pone énfasis en diferenciar “entre dispersión y alejamiento/acercamiento”, dos conceptos que a menudo se mezclan de manera intencionada para confundir. Además reclama “atención al cumplimiento de la legislación penitenciaria española y los mandatos adoptados por organismos e instituciones europeas”, así como una “adecuación de la política penitenciaria al nuevo tiempo sin ETA”.

Por último, el lehendakari destaca que todo estas consideraciones no son nuevas ya que vienen recogidas en el programa de gobierno del actual Ejecutivo vasco, así como en los diferentes planes de Paz y Convivencia aprobados por las instituciones vascas en los últimos años. Además, recuerda que ya lo expuso “directamente a los presidentes de los Gobiernos españoles, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, y es el planteamiento integral que aborda su Gobierno para “avanzar en una convivencia basada en valores compartidos y una vida normalizada en Euskadi”.