madrid - Contra viento y marea, ERC confirmó ayer que dará vía libre a la investidura del socialista Pedro Sánchez con su abstención. La decisión la adoptó ayer su Consell Nacional por una mayoría abrumadora del 96,5%, lo que supone resistir las presiones de sus socios de JxCat, y abrir una oportunidad para resolver el conflicto político sin prejuzgar que el diálogo vaya a fracasar. El acuerdo, que se dio a conocer ayer, recoge una mesa entre ambos gobiernos donde cada uno propondrá sus ideas con "libertad" y, por lo tanto, sin vetos expresos al derecho a decidir, el gran enganche por excelencia de ERC para vender este acuerdo en Catalunya, y el gesto con mayúsculas de Sánchez en el documento filtrado ayer. El resultado de esa mesa se validará con una consulta entre los catalanes, con otra importante novedad que puede tener resonancias en Euskadi: la consulta se hará con las vías que existen, o con las que "puedan preverse".

Sánchez logra poner en la pista de despegue su investidura y, si nada falla a última hora, superará la votación del martes tras haber protagonizado un viraje importante en su discurso y haber asumido las demandas del PNV y ERC sobre el diálogo en el modelo territorial. El pacto con ERC supone un punto de inflexión en la estrategia de confrontación soberanista y de represión por parte de Madrid a la hora de abordar el conflicto político de encaje de Catalunya en el Estado.

Tan solo unas horas después de que el president Torra, de JxCat, desdeñara esta mesa en una reunión con el vicepresident Pere Aragonès, el propio republicano tomó la palabra tras el cónclave de ERC para defender que la mesa de diálogo es un punto de partida, y una "oportunidad" que merece la pena aprovechar. Hizo público el acuerdo con Sánchez, que apuesta por un diálogo "sobre todas las propuestas presentadas", que "todas las partes aportarán con libertad de contenidos". Se reconoce la "legitimidad" de todas las ideas. La mesa "actuará sin más límites que el respeto a los instrumentos y a los principios que rigen el ordenamiento jurídico democrático". Por lo tanto, en principio, no hay un veto expreso y de salida al referéndum de autodeterminación, aunque es de sobra conocido que el PSOE no acepta votar sobre la independencia, e interpreta la consulta que se recoge en el pacto como un referéndum para aprobar una reforma del Estatut, centrada quizás en reconocer la identidad nacional catalana. Pero la virtud del acuerdo para ambas partes es que queda muy abierto y evita realizar alusiones incómodas para cualquiera de ellos. No aparece expresamente el derecho a decidir, que hubiera supuesto un problema para el PSOE; pero tampoco se veta ni aparece la mención a la Constitución española como límite, que hubiera dejado a los pies de los caballos a ERC en un escenario preelectoral en Catalunya y con rumores de ruptura en el Govern. Eso sí, ERC acepta esa mención al ordenamiento jurídico, lo que, en el fondo, sí supone dar carpetazo a la vía unilateral de manera oficial. Sánchez también ha cambiado de tono al abordar el asunto catalán, y a comienzos de semana pactó con el PNV dar cauce a los sentimientos nacionales.

Ambos gobiernos van a crear una "mesa bilateral de diálogo, negociación y acuerdo para la resolución del conflicto político", "que partirá del reconocimiento y legitimidad de todas las partes y propuestas". Los gobiernos español y catalán decidirán los integrantes de sus equipos de manera paritaria, y cada uno aportará "con libertad de contenidos sus propuestas". En cuanto al calendario, la mesa iniciará sus trabajos de manera prácticamente inmediata, en el plazo de quince días desde la formación del Gobierno español. La investidura comenzará mañana con el discurso de Sánchez, el domingo tendrá lugar la primera votación, donde no logrará la mayoría absoluta; y el martes será la votación definitiva, donde espera lograr más votos a favor que en contra. Ya tiene la abstención de los 13 escaños de ERC, y los votos a favor del PNV, los de Unidas Podemos y las filas de Errejón y Compromís, y también el de Nueva Canarias y Teruel Existe. Salvo que reciba un susto de última hora, el viraje del regionalismo de Cantabria, que votará en contra, no dará al traste con la proclamación.

CAUCES PARA LA CONSULTA ERC tiene la oportunidad de presentarse como el partido que ha sido capaz de encauzar una vía de solución al conflicto con el Estado, dejando atrás una etapa marcada por la vía judicial y policial en Madrid. Sánchez renuncia a seguir la estela de Rajoy con su 155 para suspender el autogobierno catalán y explora la vía política. JxCat, por su parte, sigue aferrándose a la dialéctica unilateral y la confrontación. Barcelona y Madrid buscarán "acuerdos que cuenten con un apoyo amplio de la sociedad catalana". Las medidas serán sometidas a "validación democrática a través de consulta a la ciudadanía de Catalunya, de acuerdo con los mecanismos previstos o que puedan preverse en el marco del sistema jurídico-político". El pacto pide superar la "judicialización".

La mesa se coordinará con la comisión Generalitat-Estado del Estatut y con la mesa de partidos catalana. El pacto tuvo 196 síes, tres noes y cuatro votos en blanco. ERC no dará marcha atrás diga lo que diga hoy la Junta Electoral sobre Torra y Junqueras.