- Rusia recurre a la táctica de la “tierra quemada” en casi todos los lugares, pero especialmente en Severodonetsk y Bajmut, al igual que hicieron en Popasna y Mariúpol, manifestó ayer el portavoz del Ministerio de Defensa de Ucrania, Oleksandr Motuzyanyk. “Simplemente destruyen el territorio con aviación y artillería para que sus tropas puedan entrar más adelante”, dijo. “Tenemos una situación difícil, ya que el Ejército ruso hace todo lo posible para tomar la región de Lugansk”, señaló a su vez el gobernador de la provincia, Serhiy Gaidai.

En particular, los rusos avanzan en dirección de Severodonetsk, centro administrativo de la provincia, donde antes de la guerra había más de 106.500 ciudadanos y ahora solo 10.000, según dijo. “Hago hincapié en que cada vez es más difícil entregar productos en la región de Lugansk (...)”, escribió. “Actualmente, solo unos pocos están siendo evacuados”, añadió.

Solo quedan tres médicos y cinco enfermeras en el hospital de la ciudad, según Román Vodyanyk, director de la empresa municipal responsable del centro, que fue prácticamente destruido.

Rusia centra ahora todos sus esfuerzos en envolver al menos desde el sur Severodonetsk y la vecina Lysychansk, para cortar la única carretera que conecta a estas dos urbes con el resto de Ucrania, según Kiev.

Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, en inglés), de EEUU, las tropas rusas han logrado “avances limitados al norte y oeste de Popasna”, tomada por Rusia recientemente. Las principales batallas tienen actualmente lugar alrededor de esta localidad, donde Rusia asegura haber roto las defensas ucranianas.

Los esfuerzos de Rusia por cortar la carretera que conecta Severodonetsk con el resto de Ucrania, fallidos hace dos semanas cuando las tropas ucranianas detuvieron el avance ruso en el río Séverski Donets, han tenido más éxito en los últimos días. Solo en las direcciones Avdíivka, Kurakhiv, Novopavliv y Zaporizhia hay una disminución en la intensidad de las hostilidades, de acuerdo con Kiev.

En el sur, a su vez, Rusia construye segundas líneas de defensa, refuerza los sistemas antiaéreos y el grupo de artillería, según el Estado Mayor, lo que puede indicar que el enemigo fija las condiciones para acciones ofensivas, afirma el ISWes.

En este contexto, la Fiscalía General registró hasta ayer 13.341 supuestos crímenes de agresión y de guerra por parte de Rusia en Ucrania, según indicó en su cuenta de Telegram. Según la ONU, hasta el momento han fallecido casi 4.000 civiles en la guerra rusa en Ucrania, que hoy martes cumplirá tres meses.

Solo en la región de Járkov, en el este de Ucrania y donde las tropas ucranianas aseguran haber liberado 24 localidades, los servicios de emergencia han recuperado 63 cuerpos, según la agencia Ukrinform, que añade que unos 500 edificios ya no podrán ser reconstruidos.

Por otro lado, todos los defensores de la acería de Azovstal que se rindieron la semana pasada son prisioneros en la autoproclamada república popular de Donetsk, controlada por Rusia, indicó ayer a la agencia Interfax el líder separatista Denís Pushilin. “Los prisioneros de Azovstal están en el territorio de la república popular de Donetsk”, señaló.

El miércoles pasado fuentes del portal independiente Meduza afirmaron que 89 de los combatientes ucranianos se encontrarían en la ciudad de Taganrog, en la región rusa de Rostov. Según dijo el viernes el Ministerio de Defensa de Rusia, en total se entregaron 2.439 combatientes de Azovstal, en Mariúpol, en el sureste de Ucrania, incluidos los comandantes.

Según Pushilin, “se planea que un tribunal internacional se instale en el territorio de la república” de Donetsk para juzgar a los militares ucranianos de Azovstal, algo que no ha sido confirmado por Moscú aún. El líder separatista prorruso no aclaró qué entiende bajo tribunal internacional.

El vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma rusa (Cámara Baja), Yuri Shvitkin, consideró ayer en declaraciones a la agencia oficial TASS “absolutamente correcto” juzgar a los defensores del regimiento Azov, considerados “criminales de guerra” y “nazis” por Moscú, pero en Rusia. “Estas son cuestiones en términos de jurisprudencia ( la organización de un tribunal). Entiendo que en las repúblicas de Donetsk y Lugansk hasta la pena de muerte está vigente, no ha sido abolida, y por supuesto, pueden ser sujetos a esta” los defensores ucranianos, sostuvo.

“Si hablamos de algún tipo de tribunal internacional, francamente, en el marco de los acontecimientos de hoy, las acciones de los países occidentales, por supuesto, no confiamos en la investigación objetiva y, más aún, la condena de estos nazis”, añadió.

A su vez, el viceministro de Exteriores de Rusia Andréi Rudenko, no descartó ayer la posibilidad de un intercambio de prisioneros. “Probablemente todo esto esté siendo discutido. Admito cualquier posibilidad que no contradiga el sentido común”, dijo, según la agencia Interfax.

Asimismo, zapadores rusos llevan a cabo labores de desminado del extenso territorio de la acería de Azovstal, informó ayer el Ministerio de Defensa de Rusia. Según la fuente, ya han sido neutralizados “más de 100 artefactos explosivos” .

Desna

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aseguró ayer que el ataque ruso lanzado el pasado 17 de mayo contra una base de entrenamiento en la localidad de Desna, en la provincia de Cherníguiv, en el norte del país, causó 87 muertos.

“Hoy hemos terminado los trabajos de desescombro en Desna. Desafortunadamente, 87 víctimas ha sido encontradas bajo los escombros”, dijo Zelenski.

Dimisión

El diplomático ruso Boris Bondarev, consejero ante la ONU en Ginebra, presentó su dimisión y manifestó en un comunicado su rechazo a la invasión de su país a Ucrania.

En el comunicado afirma que la invasión “no sólo es un crimen contra el pueblo ucraniano, sino también contra el ruso”.

Navalni

El encarcelado líder opositor ruso, Alexéi Navalni, llamó ayer en un artículo en Time a Vladímir Putin “loco malvado” con armas nucleares y derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.