- El Ejército ucraniano expulsó ayer a las tropas rusas más allá del río Séverski Donets, que cruza el Donbás y que es clave para el control de las regiones de todo el este del país, incluido Járkov. “Entramos en una nueva y larga fase de la guerra. Para vencer debemos planificar detenidamente los recursos, no cometer errores y calcular nuestras fuerzas para que finalmente el enemigo se rinda”, dijo el ministro de Defensa ucraniano, Alexéi Réznikov, en un comunicado en Facebook.

La esperada contraofensiva ucraniana parece dar sus primeros frutos, aunque se desconoce si el repliegue ruso es parte de una estrategia para ahorrar fuerzas y lanzar el ataque final contra los bastiones militares ucranianos en la región de Donetsk.

Réznikov incluso habló de una “derrota estratégica” de Rusia al no lograr para el Día de la Victoria sobre la Alemania nazi, el 9 de mayo, los objetivos que se marcó en esta campaña militar. Según informó el Ministerio de Defensa, la artillería ucraniana logró detener el avance del enemigo en su intento de cruzar dicho río, que tiene más de mil kilómetros de largo.

El Ejército ruso sufrió numerosas pérdidas, ya que sus fuerzas se vieron separadas a ambos márgenes de la vía fluvial, tras lo que tuvieron que retirarse.

En su retirada, los rusos tuvieron que abandonar parte de su equipo y vehículos e incluso algunos de los soldados se vieron obligados a cruzar a nado el río para ponerse a salvo.

En las imágenes publicadas se pueden ver tanques y otros vehículos destruidos junto a los pontones móviles inutilizados en medio del Serverski Donets. Los rusos llevan cuatro días intentando cruzar ese río y en sus intentos, según Kiev, han perdido más de 70 vehículos y dos batallones de infantería con ingenieros.

El repliegue ruso en Járkov fue confirmado por la fuentes ucranianas y occidentales consultadas por el diario The New York Times.

De consumarse, la retirada sería uno de “los mayores reveses sufridos por Rusia desde su retirada de Kiev el mes pasado”, destacó el diario.

Precisamente, en la orilla norte del río se encuentra Izium, ciudad controlada por los rusos desde el mes pasado y que se ha convertido desde entonces en un crucial centro de operaciones del Ejército ruso.

Esa ciudad a dos horas al sureste de Járkov es clave para lanzar la ofensiva final en el Donbás, cuya conquista por Rusia se resiste tras 80 días de combates.

Además, el Ejército ruso continúa intentando cercar la principal plaza ucraniana en Lugansk, Severodonetsk, también la orilla norte del río, para lo que voló el puente que le unía a la localidad de Rubizhne.

El general ruso Ígor Konashénkov, portavoz castrense, informó en su parte vespertino de la liquidación de más de 300 soldados ucranianos en ataques en Járkov y Lugansk.

El río Séverski Donets, que nace en territorio ruso, sigue su curso al norte de Lugansk y cruza la ciudad de Donetsk para desembocar en el mar de Azov.

Mientras, Los expresidentes de Ucrania Leonid Kuchma, Víctor Yúschenko y Petró Poroshenko hicieron ayer un llamamiento a la comunidad internacional para salvar a los civiles y soldados de Azovstal, en la sitiada ciudad de Mariúpol, y calificaron de “intento de venganza sangrienta” los ataques rusos contra la acería.

“Hacemos un llamamiento a los líderes del mundo, a los Estados miembros de la Unión Europea, a Estados Unidos y Canadá, China, Turquía y otros, así como a las Naciones Unidas”, comienza la misiva. En ella, piden “ayudar con todos los recursos diplomáticos disponibles a las autoridades ucranianas a salvar las vidas de los civiles y militares ucranianos a los que Rusia intenta eliminar por orden de Putin, con métodos bárbaros en el recinto de la planta de Azovstal”. Los expresidentes subrayan que la “impactante brutalidad” de las tropas rusas carece de cualquier sentido militar. Agregan que Mariúpol, donde se encuentra la acería, ha sido destruida casi por completo por bombardeos y ataques del ejército ruso, “que ahora trata de ocultar las huellas de sus crímenes”.

En este contexto, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, conversó ayer por teléfono con su homólogo ruso, Serguéi Shoigú, para pedirle un alto el fuego en Ucrania, en su primera llamada desde el inicio de la guerra en este país. El portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo que se trata de la primera vez que hablan desde el pasado 18 de febrero.

“El secretario Austin instó a un alto el fuego inmediato en Ucrania e hizo hincapié en la importancia de mantener las líneas de comunicación”, apuntó Kirby. Estados Unidos y sus aliados están ayudando a Kiev con ayuda militar y humanitaria, y han reforzado sus posiciones en los países de la OTAN vecinos a Ucrania.

Una semana después del comienzo de la invasión, Washington estableció una línea directa de comunicación con el Ministerio de Defensa ruso para evitar encontronazos no deseados entre las fuerzas rusas y los soldados estadounidenses desplegados en países aliados en el este de Europa.

300 bajas

Las fuerzas rusas aniquilaron ayer con misiles de alta precisión puestos de mando de la defensa territorial y un batallón de la 24 brigada motorizada del Ejército ucraniano, en ataques que ocasionaron más de 300 bajas mortales, informó el Ministerio de Defensa ruso.

Siemens

Rusia expresó este viernes su “gran sorpresa” por la decisión del grupo tecnológico e industrial alemán Siemens de salir del mercado ruso como resultado del conflicto en Ucrania. “En cuanto a la cooperación con Siemens, es una gran sorpresa para nosotros, porque la empresa ha estado presente en el mercado ruso durante más de 150 años, desde tiempos de la Rusia zarista”, dijo el ministro de Comercio.