- Las tropas rusas atacaron ayer con fuerza el este y el sur de Ucrania coincidiendo con el Día de la Victoria soviética sobre la Alemania nazi y, aunque Rusia aseguró que no hay duda de que se cumplirán sus objetivos militares, 75 días después del inicio de la ofensiva aún no ha logrado tomar el Donbás. “La celebración del llamado Día de la Victoria fue simulada para los medios rusos en algunas de las localidades ocupadas”, especialmente en el sur y sureste de Ucrania, señaló el Estado Mayor General de Ucrania en su parte bélico vespertino.

Los ataques de artillería y bombardeos en la región de Járkov, en el este del país, provocaron al menos tres muertos, según el gobernador, Oleg Synegubov. En Odesa, en el sur, tres misiles supersónicos Onix lanzados desde el sistema costero Bastión en la anexionada península de Crimea destruyeron un complejo hotelero y un restaurante, y dañaron la infraestructura municipal, según la Fiscalía.

Todo ello mientras el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, estaba reunido con el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, en la ciudad portuaria (mar Negro), a la que viajó por sorpresa. El bombardeo le obligó a buscar refugio, de acuerdo con fuentes europeas.

Según el portavoz del Ministerio de Defensa de Ucrania, Oleksandr Motuzyanyk, Rusia tiene desplegadas siete lanzaderas de misiles de crucero Kalibr con hasta 50 proyectiles en el mar Negro.

El Ministerio de Defensa del Reino Unido señaló ayer que “las reservas (rusas) de munición guiada de precisión probablemente han quedado fuertemente mermadas”. “Hay suficientes misiles y municiones guiados con precisión modernos para cumplir todas las misiones establecidas para las Fuerzas Armadas rusas”, respondió a la agencia Interfax el viceprimer ministro ruso Yuri Borísov.

De acuerdo con el Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Estados Unidos, pese a los ataques para llegar a las fronteras administrativas de las regiones de Donetsk y Lugansk, las tropas rusas “no lograron avances territoriales sustanciales”.

Rusia sigue intentando crear una pinza entre Izium (en la región de Járkov) y las regiones de Donetsk y Lugansk, pero el reciente contraataque ucraniano contra el mando ruso en esa ciudad ha obligado a las fuerzas rusas a reagruparse y a sondear las posiciones ucranianas antes de avanzar hacia el suroeste y sureste. Además, la contraofensiva ucraniana al noreste de la ocupada ciudad de Járkov “probablemente obligó a las tropas rusas a redesplegarse en lugar de reforzar las operaciones ofensivas rusas estancadas en otras partes del este de Ucrania“, según los expertos.

Pese a estar estancadas las tropas en el Donbás, el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró ayer que “todos los planes se están implementando. El resultado se logrará, no hay duda al respecto”.

Según el Estado Mayor ucraniano, la mayor actividad de Rusia se produjo ayer en las direcciones de Slobozhanske, en la región de Dnipró, y de Donetsk, además de en Lugansk. “Todas las localidades no ocupadas de la región de Lugansk están siendo bombardeadas”, señaló a su vez el gobernador Serhiy Haidai, quien afirmó que más de 40.000 personas permanecen aún en la zona bajo control ucraniana.

Con el apoyo de aviones y artillería, Rusia se centra en tomar el control de Rubizhne, después de haber “liberado” el sábado Popasna, aunque Haidai aseguró ayer que los ucranianos “mantienen la defensa en nuevas posiciones fortificadas”. Las fuerzas rusas también se preparan para continuar la ofensiva en Lisichansk, al igual que lo hacen en la región de Donetsk en Siversk, Sloviansk y Avdiivka.

l Exhibición de los prorrusos. El líder de la autoproclamada república popular de Donetsk, Denís Pushilin, encabezó ayer en la ciudad portuaria de Mariúpol una marcha con una bandera de 300 metros de largo con los colores negro y naranja del lazo de San Jorge, símbolo militar ampliamente reconocido en Rusia, y gritando: “¡Hurra!”. “Ahora es territorio de la República Popular de Donetsk”, señaló el líder separatista prorruso, si bien Rusia aún no controla la acería de Azovstal, último reducto de la resistencia ucraniana.