- El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, rechazó ayer la necesidad de mediadores internacionales en las negociaciones con Ucrania tras reunirse con el secretario general de la ONU, António Guterres, que también se reunió con el presidente ruso, Vladímir Putin. “Hablar sobre mediadores en la fase actual, bajo mi punto de vista, es prematuro”, dijo Lavrov durante una rueda de prensa conjunta. Lavrov subrayó que la propia delegación ucraniana nunca llegó a plantear esa posibilidad desde que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ofreciera a Moscú abrir negociaciones.

En cuanto a lograr un arreglo sobre la mesa de negociaciones, aseguró: “Pues sí, nosotros estamos a favor (...), si alguien tiene alguna idea interesante, estaremos dispuestos a escucharla”. “Pero cómo se comportó la delegación ucraniana en las negociaciones, cómo se comportó el presidente Zelenski... por supuesto, es frustrante. Por lo visto, las negociaciones no les interesan especialmente”, agregó.

El jefe de la diplomacia rusa recordó que Moscú aún está esperando la respuesta de Kiev a la propuesta de arreglo que remitió “hace 10-12 días”.

Acusó a Occidente de proseguir la línea de atiborrar a Ucrania con “ingentes cantidades” de armamento. “Si esto continúa, por supuesto, las negociaciones difícilmente obtendrán algún resultado”, advirtió Lavrov.

Guterres, que vivió momentos de tensión en sus consultas con el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, constató que Rusia define el actual conflicto como “una operación militar especial”, mientras, “según la ONU (...), la invasión rusa en Ucrania es una violación de la integridad territorial de un país que contradice los estatutos de la ONU”. Una preocupación que se ahonda debido a las “persistentes informaciones de violaciones del derecho humanitario internacional y de posibles crímenes de guerra”, señaló, al recalcar que estos hechos “requieren una investigación independiente”.

“Consideramos que el territorio de Ucrania fue invadido”, reiteró durante su reunión con Putin en el Kremlin.

Esta visión fue rechazada por el presidente, quien defendió la legitimidad de la “operación especial militar” en Ucrania al apelar al derecho a la autodeterminación de los pueblos. Putin puso como ejemplo el precedente de Kosovo y destacó que había leído “personalmente todos los documentos del Tribunal Internacional de la ONU”. “Recuerdo perfectamente el veredicto del Tribunal Internacional, que afirmó que determinado territorio de un Estado no está obligado a pedir permiso para declarar su soberanía a las autoridades centrales del país”, dijo.

Por ello, aseguró Putin, “si este precedente existe, las repúblicas del Donbás también podían hacerlo. Por nuestra parte, recibimos el derecho a reconocerlos como Estados independientes” y posteriormente darles la ayuda militar “contra el Estado que llevaba a cabo una operación militar contra ellas” desde 2014.

“Teníamos derecho el derecho a hacerlo en total correspondencia del artículo 51 de los estatutos de la ONU”, concluyó el presidente ruso.

No obstante, pese a estas profundas diferencias, las partes también tendieron lazos de posibles contactos sobre Ucrania. Guterres propuso la creación de un Grupo de Contacto con Rusia y Ucrania para “la búsqueda de las posibilidades de abrir corredores humanitarios seguros con un cese al fuego para garantizar que sean realmente efectivos” en las zonas de Ucrania afectadas por los combates.

El secretario general de la ONU reconoció la existencia de “una crisis dentro de una crisis” en la sitiada ciudad portuaria de Mariúpol, “donde cientos de miles de civiles requieren ayuda humanitaria, muchos necesitan ser evacuados”.

Señaló que actualmente la falta de coordinación entre Moscú y Kiev frustra estas iniciativas. “La ONU está dispuesta a movilizar la totalidad de sus recursos humanos y logísticos para salvar a la gente en Mariúpol”, aseguró.

Una propuesta que radica en “coordinar el trabajo y los esfuerzos de la ONU, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Ucrania y Rusia para garantizar la evacuación segura de los civiles que quieran salir tanto de (la acería de) Azovstal como de la ciudad en la dirección que deseen”.

Putin calificó la situación en esta urbe de “difícil e incluso trágica”, pero insistió en que la ciudad ya “no hay acciones bélicas” y Azovstal, donde están refugiados un millar de civiles y un número indeterminado de combatientes ucranianos, “está totalmente aislada”.

Una posición que horas antes había expresado a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, a quien señaló respecto a los militares ucranianos bloqueados en las ruinas del complejo industrial que “las autoridades de Kiev deben asumir su responsabilidad política y, por motivos humanitarios, darles la orden de deponer las armas”.

Sobre los civiles que según las autoridades ucranianas permanecen en estas instalaciones, aseguró a Guterres que “los militares ucranianos están obligados a liberarlos, porque de lo contrario, estarían actuando como los terroristas del Estado Islámico”.

ONU

La Asamblea General de la ONU aprobó ayer una propuesta que busca reducir el uso del veto en el Consejo de Seguridad, obligando a las potencias a dar explicaciones al resto de los Estados miembros cada vez que utilicen ese privilegio. La iniciativa, propuesta por Liechtenstein y respaldada por decenas de países, fue aprobada por aclamación y sin necesidad de someterse a voto. La resolución obligará a que cada vez que haya un veto en el Consejo de Seguridad se convoque automáticamente una sesión plenaria de la Asamblea General.

Kiev

El Ministerio de Defensa de Rusia afirmó ayer que lanzará ataques contra Kiev si Ucrania llega a utilizar contra territorio ruso las armas proporcionadas por el Reino Unido, después de que un alto cargo británico apoyara esta posibilidad. “Como hemos advertido, las Fuerzas Armadas rusas están preparadas las 24 horas para lanzar ataques de represalia con armas de precisión de largo alcance contra los centros de toma de decisiones en Kiev”, señaló el portavoz castrense, Ígor Konashénkov.

Ucrania

Ucrania se desintegrará “en varios Estados” por culpa de la política de los países occidentales, aseguró ayer Nikolái Pátrushev, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia.