- Rusia mantuvo ayer los ataques en el este y el sur de Ucrania tras reconocer por primera vez uno de sus altos mandos militares planes para construir un corredor terrestre entre el Donbás y la anexionada península de Crimea.

“El enemigo ruso está llevando a cabo operaciones ofensivas en la Zona Operativa Este con el fin de derrotar a las Fuerzas Conjuntas (ucranianas), establecer el control total sobre las regiones de Donetsk y Lugansk y asegurar una ruta terrestre entre estos territorios y la ocupada Crimea”, según el último parte del alto mando militar ucraniano. De acuerdo con el Mando General de las Fuerzas Armadas del país, en dirección a Donetsk las tropas rusas estuvieron realizando operaciones ofensivas a lo largo de toda la línea de contacto.

Los militares ucranianos sostienen que los rusos están concentrando sus principales esfuerzos en ataques en dirección a Severodonetsk a fin de crear las condiciones necesarias para el desarrollo de una ofensiva en Sloviansk.

Autoridades ucranianas y rusas dieron por iniciada la gran ofensiva en el Donbás, aunque los movimientos y la actividad de las tropas de ambas partes indican que la batalla final por el territorio aún próxima a llegar. Así lo confirmó ayer también un informe de la inteligencia ucraniana, que asegura que Rusia prepara una nueva ofensiva “a gran escala” en Donetsk.

“Todos los grupos de batalla que se han acumulado hasta ahora en Bielorrusia, cerca de nuestras fronteras del norte, ahora se han trasladado al este de Ucrania”, dijo Vadym Skibitsky, representante de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania.

El general de división Rustam Minnekaev, comandante adjunto del Distrito Militar Central de Rusia, admitió la víspera que Moscú quiere tomar el control total del Donbás y el sur de Ucrania como parte de la segunda fase de su “operación militar especial” en el vecino país, sin que otros altos mandos o el Kremlin confirmaran o desmintieran estos planes.

Medios ucranianos informaron ayer de ataques con misiles en la ciudad portuaria de Odesa, que de confirmarse los planes de hacerse con el control del sur de Ucrania con acceso a la frontera con Moldavia sería uno de los nuevos objetivos de las fuerzas rusas.

A pesar de que Rusia reclama la conquista de la portuaria Mariúpol, los intensos combates continúan frustrando los intentos de Moscú de capturar la ciudad, aseguró ayer el Ministerio de Defensa del Reino Unido. A su vez, los militares ucranianos informaron de ataques aéreos en la ciudad y de la continuación del bloqueo de la planta de Azovstal, el último reducto de los defensores de la ciudad.

Rusia canceló esta semana el asalto a la acería, donde, según Kiev, se encuentran cerca de un millar de civiles además de las tropas ucranianas, y aseguró que estaba dispuesta a conceder corredores para la salida de militares y habitantes de Mariúpol de la planta.

La última propuesta para la rendición de los últimos defensores de Azovstal fue hecha por Moscú, sin que hasta el momento se conociera si algún militar la ha aceptado.

De acuerdo con Rusia, desde el inicio de los combates en Mariúpol hace más de un mes y medio, se han entregado más de 1.800 militares ucranianos, cifra que Kiev no ha confirmado.

A la vez, Kiev informó ayer de la reanudación de las evacuaciones desde Mariúpol que estaban suspendidas por motivos de seguridad. Sin embargo, las milicias prorrusas acusaron a las tropas ucranianas atrincheradas en la ciudad de frustrar las evacuaciones al disparar contra lugares donde se iban a reunir los ciudadanos.

Las autoridades ucranianas afirmaron a su vez que los rusos impiden las evacuaciones a zonas controladas por el Ejército ucraniano para obligar a los habitantes de Mariúpol de desplazarse a territorios bajo control ruso. Moscú negó obstruir la salida de los ucranianos de Mariúpol y aseguró que los ciudadanos que abandonan la ciudad pueden elegir libremente si se evacúan a zonas bajo control de separatistas o de Kiev.

De acuerdo con los cálculos de las autoridades de Mariúpol, en la ciudad portuaria se encuentran unas 100.000 personas, mientras las milicias prorrusas elevan el número de los habitantes de la urbe a 250.000.

Mientras, la recogida y exhumación de los muertos descubiertos en Bucha tras la retirada de las tropas rusas de esa ciudad ucraniana concluyó ayer con el hallazgo de un total de 412 cuerpos, informó el alcalde, Anatoly Fedoruk.

“En Bucha acaba un proceso importante y difícil: la recogida y exhumación de los cuerpos de los asesinados y muertos en el territorio de la comunidad de Bucha. La cifra que tenemos a día de hoy es de 412”, precisó en un mensaje. No obstante, el alcalde agregó que esta cifra será precisada por los investigadores y expertos “que trabajan sin descanso”.

Guterres

El secretario general de la ONU, António Guterres, viajará a Kiev el miércoles y será recibido por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, un día después de su viaje a Moscú. Guterres no solo verá al presidente Zelenski y a su ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba; también se reunirá con el personal de las agencias de la ONU para analizar “cómo optimizar la asistencia humanitaria al pueblo de Ucrania”.

Alemania

El líder de los liberales alemanes y ministro de Finanzas, Christian Lindner, subrayó ayer la necesidad de suministrar armas pesadas a Ucrania, al tiempo que defendió la gestión del canciller socialdemócrata, Olaf Scholz, criticado por sus reservas al respecto. “Ucrania necesita ayuda militar y, para poder ganar, también armas pesadas”, declaró Lindner durante el primer congreso de los liberales desde que son socios del gobierno de aquel Estado centroeuropeo.

Papa

El papa Francisco criticó ayer las guerras, la de Ucrania y las que ocurren en otras partes del mundo, porque “destruyen a todos” y dijo que es urgente que las sociedades recuperen la “civilización del amor”. “Las lágrimas de María son un signo del llanto de Dios por las víctimas de la guerra que está destruyendo no sólo a Ucrania, sino a todos los pueblos implicados en la guerra.