- Un espaldarazo al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y a los habitantes de una asediada Kiev. Así se puede interpretar la visita a la capital de Ucrania -una ciudad en el punto de mira de las tropas rusas- de los primeros ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki; República Checa, Pietr Fiala; y de Eslovenia, Janez Jansa A su llegada a Kiev, Morawiecki llamó a “poner fin a la tragedia” que está viviendo Ucrania “Debemos detener esta tragedia lo antes posible”, afirmó el líder polaco. “Esta guerra es el resultado de las acciones de un tirano cruel que ataca a civiles, bombardea ciudades y hospitales en Ucrania”, escribió el líder polaco, a través de su cuenta en Facebook, en alusión al presidente ruso, Vladímir Putin.

Morawiecki, Fiala y Jansa partieron habían partido en tren desde Polonia hacia Ucrania, en un viaje, que según el portavoz del Gobierno polaco, Piort Müller, había sido previamente acordado con los líderes de la Unión Europea (UE) en la cumbre informal celebrada en Versalles. Asimismo había sido informado del viaje el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y también representantes del Gobierno de Estados Unidos, según la fuente gubernamental polaca.

El objetivo del viaje era “confirmar el apoyo inequívoco de toda la UE a la soberanía e independencia de Ucrania y presentar un amplio paquete de ayudas”, según Müller.

La delegación “representa de facto a la UE”, sostuvo el portavoz polaco, según el cual la visita contó con el consenso del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen”. Fuentes de las instituciones comunitarias, desde Bruselas, afirmaron estar “al corriente” del viaje, mientras que por parte del presidente del Consejo se subrayaron “los peligros de seguridad” que entrañaba la visita a la capital ucraniana, bajo el asedio de los ataques rusos.

El ministro de Asuntos Exteriores polaco, Zbigniew Rau, aseguró por su parte que el viaje había sido “cuidadosamente preparado” y con el acuerdo de Bruselas.

Esta visita se produjo el mismo día que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aceptaba que su país no entrará en la OTAN, pero insistió en su petición de ayuda y reclamó a los aliados armas para defenderse de la invasión de Rusia, cuyas tropas siguen bombardeando ciudades ucranianas y avanzando lentamente hacia Kiev.

En un mensaje por videoconferencia a líderes de los países nórdicos y bálticos convocados en Londres por el primer ministro británico, Boris Johnson, Zelenski expresó su frustración porque, pese a su presunta política de “puertas abiertas”, la OTAN no haya admitido como miembro a su país, algo que Ucrania no tiene más remedio que “aceptar”, e instó en buscar otras vías de colaboración militar.

Aunque la OTAN es la alianza de defensa “más fuerte del mundo”, algunos de sus miembros “están hipnotizados por la agresión rusa”, manifestó el presidente ucraniano, quien lamentó que la Alianza Atlántica no aplique una zona de exclusión aérea sobre Ucrania para prevenir los ataques rusos y señaló que las sanciones internacionales aplicadas hasta ahora “no son suficientes”, al tiempo que pidió un “embargo comercial” total a Rusia.

“Escuchamos muchas conversaciones sobre la tercera guerra mundial, que supuestamente podría empezar si la OTAN cerrara el cielo de Ucrania a los misiles y aviones rusos y, por eso, la zona de exclusión aérea humanitaria no se ha establecido todavía”, argumentó. “Eso permite que el Ejército ruso bombardee ciudades pacíficas y haga saltar por los aires bloques de viviendas, hospitales y colegios”, lamentó el líder ucraniano.

Zelenski realizó estas declaraciones en la cumbre de la Fuerza Expedicionaria Conjunta, que engloba a Dinamarca, Finlandia, Estonia, Islandia, Letonia, Lituania, los Países Bajos, Suecia y Noruega.

En la cita celebrada en Londres, los líderes de los países bálticos y nórdicos acordaron reforzar sus ejercicios militares conjuntos en el norte de Europa y recalcaron su voluntad de cooperar para hacer frente al “expansionismo violento” de Rusia. Entre sus planes inmediatos, intensificarán su actual programa de ejercicios coordinados en tierra, mar y aire, en las regiones del Atlántico Norte y el mar Báltico.

Mientras, y a ras de suelo ucraniano, dos convoyes de 80 autobuses escoltados por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) iniciaron ayer la evacuación de civiles en la ciudad de Sumy, en el noreste de Ucrania. Los convoyes comenzaron a salir de Sumy con destino ala localidad ucraniana de Lubny, 200 kilómetros al suroeste.

Sumy ha sido bombardeada en varias ocasiones por las fuerzas rusas y es vecina a Járkov, segunda ciudad más importante de Ucrania y también objetivo de numerosos ataques desde el inicio de la guerra.

El portavoz de la Cruz Roja Internacional, Ewan Watson, subrayó que la situación es desesperada en Mariúpol, cercada por las fuerzas militares rusas y donde varios intentos de evacuación de civiles han fracasado por la violación de acuerdos temporales de cese de las hostilidades.

Cámara de Fox

El camarógrafo Pierre Zakrzewski, que cubría la guerra en Ucrania para la cadena de televisión estadounidense Fox News y fue alcanzado el lunes en un ataque cerca de Kiev, fallecido ayer como consecuencia de las heridas sufridas, según la propia cadena. Zakrzewski sufrió daños en un incidente en el que también resultó herido el también periodista Benjamin Hall.

Joe Biden

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó ayer una ley que incluye 13.600 millones de dólares en ayuda para Ucrania y prometió que hoy, miércoles, dará más detalles sobre cómo esa asistencia puede “aliviar el sufrimiento” en el país.