- El ultraderechista Anders Behring Breivik atribuyó ayer al “lavado de cerebro” que sufrió a manos de una red extremista la responsabilidad del doble atentado que cometió y en el que murieron 77 personas en 2011 en Noruega, pero, asimismo, mantiene su fe en el nacionalsocialismo.

“Condeno la violencia y el terrorismo y los objetivos del manifiesto (que publicó en 2011 al cometer los atentados). Pero eso no significa que no siga luchando por el triunfo del nacionalsocialismo en Noruega y en Occidente”, dijo Breivik en su declaración ante el tribunal en la vista sobre su libertad vigilada.

El ultra noruego, de 42 años, repitió al inicio de la vista el saludo nazi hecho en comparecencias anteriores ante los tribunales noruegos y mostró una pancarta con el mensaje “Detengan el genocidio contra las naciones blancas” (escrita en inglés).