Estados Unidos pidió este domingo a las autoridades de Etiopía que investiguen los informes "no confirmados" sobre presuntos abusos de los derechos humanos, atrocidades y destrucción de la infraestructura civil por parte de rebeldes de Tigré en las regiones de Afar y Amhara.

En un comunicado, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, expresó su preocupación por esas informaciones e hizo un llamamiento a los actores armados en ese país a que "renuncien a la violencia contra la población civil".

"También instamos a las autoridades -continuó Price- a investigar estos informes para determinar su veracidad y comprometerse con procesos inclusivos y transparentes para que las partes responsables rindan cuentas".

Ratificó, además, que para Estados Unidos la diplomacia es "la primera, última y única opción para cesar las hostilidades".

El conflicto entre los rebeldes del Frente Popular de Liberación de Tigré (FPLT) y las del Gobierno de Etiopía estalló el 4 de noviembre de 2020.

Este viernes, Human Rights Watch (HRW) denunció que los rebeldes tigrinos ejecutaron sumariamente a por lo menos 49 civiles en agosto y septiembre, después de tomar el control de las ciudades de Chenna y Kobo, situadas en la región norteña de Amhara.

A principios de noviembre pasado, una investigación de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU y la Comisión Etíope de Derechos Humanos concluyó que todos los bandos de la guerra de Etiopía pudieron haber cometido crímenes de guerra y contra la humanidad.

EL TPLF ARREBATA AL EJÉRCITO LA CIUDAD HISTÓRICA DE LALIBELA

Las milicias del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) han recuperado la ciudad histórica de Lalibela, recientemente tomada por las fuerzas gubernamentales, según testigos citados por la cadena británica BBC.

La entrada de las fuerzas del TPLF en esta zona declarada patrimonio de la humanidad por la ONU al parecer se ha producido sin que se hayan realizado disparos.

En Lalibela se encuentran las iglesias excavadas en la roca, un conjunto de templos cristianos excavados en roca rojiza en las colinas de la localidad. Fue capturada por las fuerzas del TPLF en agosto y recuperada por el Gobierno hace once días.

El primer ministro ordenó en noviembre de 2020 una ofensiva militar contra el TPLF en respuesta a un ataque del grupo contra la base del Ejército en Mekelle. Si bien el Ejército logró avances rápidamente y Adís Abeba instauró unas autoridades interinas en Tigray, el TPLF ganó terreno en junio y recuperó la capital regional, lo que llevó a Abiy a anunciar un alto el fuego unilateral citando motivos humanitarios.

Por contra, el TPLF rechazó este alto el fuego y reclamó la retirada total de las tropas etíopes y eritreas de Tigray, antes de expandir su ofensiva a las adyacentes regiones de Amhara y Afar, haciendo temer una propagación de la guerra al resto del país, y avanzar hacia Adís Abeba.

El TPLF ha rechazado hasta la fecha un diálogo con Abiy si no se cumplen sus condiciones y ha abogado abiertamente por la dimisión del primer ministro, al que acusa de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo.

Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.