- Kabul, la capital de Afganistán, volvió a ser ayer escenario de una nueva protesta de mujeres afganas que exigían sus derechos y la participación en el futuro Gobierno del país, una concentración que fue disuadida por los talibanes con gases lacrimógenos y disparos al aire.

Las afganas realizaban una marcha desde el Ministerio de Relaciones Exteriores hacia las puertas del Palacio Presidencial cuando fueron detenidas por los talibanes, que argumentaron que no podían dirigirse hacia la zona. “Usaron disparos y gases lacrimógenos para dispersarnos, incluso si cinco mujeres se reúnen en un lugar para protestar las dispersan”, dijo una de las organizadoras de la protesta que pidió el anonimato.

Se trata de la segunda protesta de mujeres que se lleva a cabo en la capital afgana en los últimos dos días y la tercera desde que los talibanes tomasen el control de casi todo el país, después de que el pasado jueves se congregasen una veintena de afganas para reclamar sus derechos en el nuevo régimen talibán.

En las protestas las mujeres gritan: “Educación, trabajo, libertad” en el nuevo régimen talibán, en medio de las promesas de los talibanes para la creación de un Gobierno “inclusivo” que, por el momento, nos las ha tenido en cuenta.

Mientras, los talibanes recrudecieron ayer la ofensiva en Panjshir, la única provincia de las 34 de Afganistán que no ha caído en su totalidad en su poder, y lograron tomar el control de cuatro de los ocho distritos de la región, ante la debilidad de las tropas opositoras.

La formación islamista afirmó ayer que ya han capturado la mitad de los distritos de la provincia norteña de Panjshir, y que el 90% de un quinto se encuentra bajo su control tras intensificar en estos últimos días los ataques contra las tropas opositoras.

En las últimas 24 horas, “varios comandantes (y) decenas de milicianos y soldados”, murieron y “un gran número de sus puestos de control y bases han sido capturados por nuestros muyahidines”, aseguró el portavoz de los talibanes, Bilal Karimi.

“Nuestros muyahidines avanzan hacia el centro de Panjshir y el enemigo está en pánico. Algunos de ellos ya han empezado a rendirse ante nuestros muyahidines”, por lo que “esperamos que las partes restantes de Panjshir sean capturadas pronto”, concluyó.

En medio de la fuerte ofensiva de los talibanes frente al único territorio que no ha caído en sus manos, la situación en el valle es “difícil”, según explicó un miembro de la resistencia afgana que pidió el anonimato.

“Miles de talibanes se precipitaron sobre la provincia desde todas direcciones, desde todas las provincias vecinas, y las fuerzas de la resistencia están bajo una presión sin precedentes”, sostuvo.

La región se enfrenta a grandes dificultades desde que los talibanes decidieron atacar Panjshir tras el fracaso de las negociaciones de paz, por lo que no disponen de información exacta sobre los avances de los talibanes o la captura de distritos, ya que el sistema de telecomunicaciones está completamente caído y es casi imposible coordinar la información, agregó.

Los combatientes suspendieron los servicios de telefonía móvil e Internet y cortaron todas las rutas de suministro a la provincia con el objetivo de agilizar su rendición, una cuestión que ha empezado a generar preocupación por la situación humanitaria que podría desencadenarse en la región. “Esperamos que los civiles en el área (Panjshir) sean tratados en base a las leyes humanitarias y que los civiles no resulten heridos en los combates”, apuntó en su cuenta oficial de Twitter el exministro de Relaciones Exteriores afgano, Haneef Atmar.

En este sentido, el exministro llamó a que ambas partes del conflicto tengan paciencia y “permitan que los equipos de negociación aborden el problema por la vía pacífica”.

Otro de los escenarios importantes estos días es el aeropuerto de Kabul, que reanudó ayer los vuelos nacionales, paralizados desde la victoria talibán el pasado 15 de agosto, y que solo operó entonces vuelos de evacuación hasta el pasado lunes, fecha en la que salieron del país las útimas tropas estadounidenses.

El embajador de Qatar en Afganistán, Said Mubarak al Jayarin, anunció ayer que el equipo de trabajo técnico qatarí que ha estado trabajando en la reapertura del aeropuerto de Kabul ha logrado reabrir parcialmente el aeródromo para la llegada de vuelos de ayuda humanitaria, que ya han comenzado a llegar.

Asimismo, explicó a la cadena de televisión qatarí Al Yazira que se espera que en los próximos días continúen estos vuelos humanitarios, mientras que siguen trabajado para solucionar algunos problemas técnicos que permitirán que “pronto puedan estar operando vuelos internacionales comerciales”.

El equipo de trabajo ha logrado reparar el radar, la torre de comunicaciones y la pista del aeropuerto de Kabul y también ha conseguido garantizar la seguridad tanto dentro como fuera de las instalaciones, precisó Al Jayarin. Ayer por la mañana llegó el quinto avión qatarí con ayuda humanitaria a Kabul, con 15 toneladas de ayuda.

Por otra parte, los insurgentes también reabrieron ayer Shahzada, la bolsa de valores más grande del país después de permanecer cerrada tras la toma de poder de los talibanes.

Al menos 17 muertos. Al menos 17 personas murieron y otras 40 resultaron heridas ayer solo en la capital de Afganistán, Kabul, como consecuencia de la celebración por parte de los talibanes de la presunta caída de la provincia de Panjshir con tiroteos por la ciudad. Tras una jornada de información confusa sobre las luchas entre los talibanes y la resistencia, con los primeros proclamando su victoria en Panjshir, los seguidores del movimiento se echaron a las calles de la capital para celebrar el presunto triunfo a tiros, algo que uno de los portavoces de los talibanes ya les pidió que se abstengan de hacer, según la cadena de televisión TOLO News. Informaciones aún por confirmar apuntaban al menos a otras 17 personas heridas por las balas en la ciudad de Jalalabad.