- Los talibanes están a punto de recuperar el poder en Afganistán tras 20 años de conflicto, después de una ofensiva fulgurante que les ha llevado a reconquistar la práctica totalidad de las capitales de provincia del país solo diez días después del comienzo de la retirada definitiva de las fuerzas internacionales, hasta culminar, ayer, en el comienzo de las negociaciones para una rendición pacífica de la capital del país, Kabul.

Los acontecimientos se precipitaron ayer, después que los talibanes asumieran por completo el control del norte del país con la toma de la ciudad de Jalalabad y cerraran su cerco a la capital, coincidiendo con el inicio de la evacuación de la Embajada de Estados Unidos en Kabul, una operación en la que participan 5.000 militares norteamericanos.

Tras anunciar en un comunicado que todo el país se encontraba ya bajo su control, la cúpula talibán apostó a sus combatientes en el extremo oeste de la ciudad y procedió a emprender negociaciones con el Gobierno afgano para garantizar la rendición incruenta de la ciudad.

La situación se aceleró a media tarde al conocerse la salida del país del presidente afgano, Ashraf Ghani, y su sustitución por el llamado “Consejo de Coordinación”; un triunvirato encargado de gestionar las negociaciones con los talibán. El presidente afgano se habría dirigido a Tayikistán acompañado de un círculo estrecho de asesores, según confirmó un asesor cercano del mandatario.

Sobre el consejo, el organismo está formado por el expresidente afgano Hamid Karzai, el negociador jefe del Gobierno afgano en las conversaciones de paz con los talibán, Abdulá Abdulá y el antiguo señor de la guerra y líder de Hezb-e-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, una de las figuras muyahidines de más relevancia durante la guerra contra la Unión Soviética en los ochenta.

Los insurgentes, tras permanecer apostados toda la mañana en la periferia de la ciudad, decidieron entrar para “evitar saqueos” tras percibir un vacío de seguridad ante el abandono de las fuerzas de seguridad en algunos puestos de control. La tensión en la capital está por las nubes: a los atascos de tráfico provocados por el éxodo de buena parte de la población, se suma la posibilidad de enfrentamientos esporádicos.

En este sentido, el Ministerio del Interior afgano anunció el comienzo de un toque de queda nocturno en Kabul, la capital del país, para proteger a la población ante la llegada de los talibán a la ciudad. El toque de queda comenzó a las 21.00, hora local (las 18.30 hora peninsular española) y afecta a todas las zonas de la capital.

Múltiples fuentes de medios regionales han apuntado que el exministro del Interior Alí Ahmad Jalali, de 81 años de edad, tiene todas las papeletas para dirigir este nuevo Ejecutivo. El académico emerge como un candidato de consenso como antiguo comandante durante la invasión soviética de los años 80 en Afganistán, y tendría el beneplácito de Estados Unidos merced a su educación en este país frente al vilipendiado Ghani, a quien los talibanes acusan de ser un títere de Estados Unidos.

Las partes, sea como fuere, no esperan una solución inmediata. El portavoz internacional de los talibanes, Suhail Shahein, cree que la transición será “cuestión de días”, según declaró a la BBC, antes de asegurar a la población de Kabul que “sus propiedades y sus vidas están a salvo”.

Los insurgentes talibanesanunciaron ayer que todo el país se encuentra ya bajo su control y se encuentran apostados en los distritos de Kampany y Barchi, aproximadamente en el extremo oeste de la ciudad, en medio de la aparición de banderas talibán en uno de los distritos metropolitanos ubicados cerca de la universidad de Kabul, de acuerdo con las fuentes de la agencia oficial de noticias rusa Sputnik.

“Todas las partes del país han quedado bajo el control del Emirato Islámico”, de acuerdo con un comunicado publicado por su portavoz habitual, Zabihulá Muyahid, en su cuenta de Twitter, usando la denominación empleada por el grupo.

No obstante, y frente a una posible entrada por la fuerza en la capital, los responsables de la organización “ordenan a todas sus fuerzas que se coloquen a las puertas de Kabul y que no intenten entrar en la ciudad” para evitar un derramamiento de sangre a la espera del inicio de un proceso de negociación para tomar la ciudad de manera incruenta.

“Dado que la capital, Kabul, es una ciudad grande y densamente poblada, los muyahidines del Emirato Islámico no tienen la intención de entrar en la ciudad por la fuerza, sino de entrar pacíficamente en Kabul. Se están celebrando negociaciones para garantizar que el proceso de transición se complete de forma segura”, explica la nota.

Horas antes, fuentes oficiales estadounidenses bajo condición de anonimato informaron al New York Times de que el enviado especial de Estados Unidos para Afganistán, Zalmay Khalilzad, había pedido a los talibán que no entren en la capital hasta que Estados Unidos concluya las evacuaciones. Khalilzad, según las fuentes del medio.

Naciones Unidas. Rusia pidió ayer la convocatoria de una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU tras los últimos acontecimientos en Kabul.

Embajadas. EEUU y varios países occidentales trasladan al aeropuerto de Kabul al personal de sus embajadas en la capital. EEUU denunció ayer disparos en el aeropuerto durante las evacuaciones.

5.000

Los talibanes conquistaron ayer la base aérea de Bagram y liberaron a unos 5.000 presos de la cárcel local, entre ellos talibanes y elementos yihadistas de Estado islámico.