- El máximo directivo y heredero de Samsung, Lee Jae-yong, salió ayer de prisión, donde estaba recluido por corrupción, tras recibir un indulto que divide a los surcoreanos y que ayudará a aclarar el futuro de una empresa que genera una quinta parte de la riqueza nacional.

Lee, de 53 años, salió a pie del Centro de Detención de Seúl, situado en la localidad de Uiwang, unos 25 kilómetros al sur de la capital surcoreana, en cuya entrada lo esperaba una maraña de periodistas y de gente a favor y en contra de su liberación.

“Lamento mucho haber causado inquietud a los ciudadanos coreanos”, dijo ante los micrófonos Lee, que añadió “he escuchado y prestado atención a las preocupaciones, críticas y expectativas en torno a mi persona. Intentaré dar lo mejor de mí”.

Poco después, y pese a la actual prohibición de manifestarse en grupos debido a las restricciones por la pandemia, algunos protestaron la decisión ante la Casa Azul, la residencia presidencial surcoreana, al considerar que va en contra de la lucha contra la corrupción prometida por el presidente Moon Jae-in.

El 9 de agosto el Gobierno surcoreano decidió conceder el indulto al magnate con motivo del día de la Liberación Nacional que se celebra mañana, fecha en la que las autoridades suelen otorgar el perdón a determinados presos que han cumplido el 60% de sus condenas.

Lee estuvo en la lista de 810 carcelarios que este año fueron indultados con motivo de esta festividad que conmemora el fin de la colonización japonesa, que transcurrió entre 1910 y 1935.

En su comunicado al anunciar la decisión de indultarlo, el Ministerio de Justicia admitió que tuvo en cuenta “la situación económica del país y la situación económica global en un momento en que la pandemia persiste”. Por su parte, el portavoz de la oficina presidencial, Park Soo-hyun, dijo ayer que se trata de un tema de “interés nacional”, y recordó que muchas agrupaciones, desde la patronal a cámaras de comercio pasando por órdenes religiosas, han pedido su liberación para apoyar la economía nacional.

La puesta en libertad del responsable de facto de Samsung, conglomerado que genera el 20% del producto interior bruto (PIB) surcoreano, llega en un momento importante para Samsung Electronics, la joya del grupo. Los analistas esperan que la liberación de Lee acelere las inversiones de la compañía en un momento marcado por la escasez global de circuitos integrados, producto del que Samsung Electronic es el segundo fabricante mundial.

Entre los planes de futuro inmediato está la construcción de una fundidora que fabrique estos semiconductores en EEUU y aumente la presión competitiva sobre la taiwanesa TSMC, la primera del mundo. Sin embargo, aún está por decidir el lugar en el que levantar la planta, y la liberación de Lee se considera clave a la hora de negociar incentivos con los gobernadores de los estados candidatos.

Lee fue sentenciado en enero a dos años y medio de cárcel por los sobornos que pagó a la red creada en torno a la expresidenta surcoreana Park Geun-hye y a su confidente Choi Soon-sil, conocida como la Rasputina, en una repetición del juicio en torno a este caso que conmocionó al país.