n primer grupo de afganos que trabajaron para las tropas estadounidenses durante las dos décadas de guerra en Afganistán llegó ayer a Estados Unidos junto a sus familiares como refugiados, en el contexto de la retirada internacional del país centroasiático.

Más de 200 ciudadanos afganos, entre ellos trabajadores que ayudaron al Ejército estadounidense y sus familiares, aterrizaron en Estados Unidos para alojarse temporalmente en la base militar de Fort Lee, en el estado de Virginia, informó el Gobierno estadounidense.

Se trata del primer grupo que llega a Estados Unidos de los alrededor de 20.000 afganos que han solicitado un visado especial para trasladarse al país y que durante la guerra trabajaron como traductores, ingenieros, conductores, guardias de seguridad, guías y empleados de la embajada estadounidense.

Esos 20.000 solicitantes del visado especial conocido como SIV, que se suele conceder a los extranjeros que enfrentan amenazas por haber trabajado para el Gobierno de EEUU, cuentan además con unos 53.000 familiares, según varias informaciones de prensa.

El presidente estadounidense, Joe Biden, ha prometido que Washington evacuará a esos solicitantes de visado fuera de Afganistán antes de que concluya el proceso de retirada de las tropas estadounidenses, que ya está completo en más del 95% y que terminará oficialmente antes de que acabe agosto.

Sin embargo, el proceso para tramitar sus solicitudes de visado puede durar años, por lo que el Gobierno estadounidense se ha comprometido a trasladar a los solicitantes a terceros países mientras se examinan sus peticiones.

Los más de 200 que forma este primer grupo y que llegaron ayer a suelo estadounidense forman parte de un total de 2.500 refugiados afganos que “han completado la mayor parte del proceso” para obtener un visado SIV, explicó Russ Travers, asesor adjunto de seguridad interna del presidente estadounidense, Joe Biden.

El Gobierno estadounidense acogerá temporalmente a esos 2.500 afganos en Fort Lee, donde superarán un examen médico y después serán “reubicados en ciudades de todo el país”, añadió Travers en una rueda de prensa telefónica.

En el caso de los dos centenares que aterrizaron ayer -en una ruta y un horario que Travers no quiso revelar por motivos de privacidad-, se espera que pasen alrededor de una semana en la base militar de Virginia antes de desplazarse a sus nuevas ciudades.

La llegada del avión dio comienzo a la Operación Refugio para los Aliados, como ha bautizado Washington al proceso de evacuación, que continuará en las próximas semanas con vuelos de otros refugiados a terceros países, aún no identificados.

Desde que comenzó el proceso de retirada de Afganistán de las tropas estadounidenses y de la OTAN, el pasado 1 de mayo, los talibanes han aumentado su ofensiva y han capturado al menos 125 de los 407 distritos del país, algo inédito en dos décadas de conflicto.

Una fecha clave fue el pasado 2 de julio cuando las tropas estadounidenses y sus aliados de la OTAN abandonaron la base militar aérea de Bagram, la más importante —y la última activa— utilizada por el Ejército de Estados Unidos, lo que de manera efectiva se ponía fin a las grandes operaciones militares en ese país tras casi 20 años de presencia.

La toma del mando de la base por las fuerzas afganas formó parte del proceso de transferencia acordado con Estados Unidos para la retirada total de las tropas.