- La madrileña María Hernández, de 35 años, y otros dos trabajadores de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) fueron asesinados mientras trabajaban en la región etíope de Tigray, escenario de un conflicto en estos últimos meses, según informaba ayer la propia organización. Junto a Hernández, una de las coordinadora de emergencia de MSF en Tigray, también han fallecido los etíopes, Yohannes Halefom Reda, de 31 años y asistente de coordinación, y Tedros Gebremariam, conductor de 31 años. “Perdimos contacto con ellos y el coche en el que viajaban ayer por la tarde y esta mañana el vehículo ha sido hallado vacío y, a unos metros de distancia, sus cuerpos sin vida”, informó MSF, en un comunicado en el que condenó con dureza” el ataque. En este sentido, recordó que “María, Yohaness y Tedros estaban allí ayudando a la población y es impensable que hayan pagado con sus vidas por ello”.

El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, anunció en noviembre de 2020 el inicio de una ofensiva militar contra el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF), en respuesta a un ataque del grupo contra la principal base del Ejército en Mekelle tras un drástico repunte de las tensiones entre la formación y el Gobierno central.

Las agencias de la ONU y las ONG han visto limitado su margen de maniobra, en un contexto marcado por una grave crisis humanitaria. La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha denunciado en su último informe sobre la situación, publicado este viernes, de casos de “acoso, intimidación y detención” de cooperantes, así como de la confiscación de ayuda.

La ONU estima que más de 5 millones de personas necesitan asistencia humanitaria y calcula que hay más de 1,8 millones de personas en niveles alimentarios de emergencia, mientras que más de 350.000 estarían en el peor umbral del hambre en Tigray y zonas aledañas, al borde ya de la inanición.