- Nicaragua exigió ayer la “no injerencia de cualquier Gobierno extranjero” en sus asuntos internos, afirmó no ser “una amenaza para ningún país del mundo” y demandó el cese de las sanciones internacionales que, según afirmó, en tiempos de pandemia “eleva su ilegalidad al nivel de crimen de lesa humanidad”. El Ejecutivo se quejó de que “se está desarrollando un ataque implacable y sin precedentes en contra del pueblo y Gobierno de Nicaragua, impulsado por falsas narrativas propugnadas por medios de comunicación de la derecha y “figuras de la oposición financiadas por EEUU”.

Ese mensaje se da en medio de los llamamientos de la comunidad internacional para frenar los arrestos de opositores en Nicaragua, incluido cuatro aspirantes a la Presidencia, a falta de cinco meses de los comicios en los que el presidente Daniel Ortega busca una nueva reelección. También a un día de que el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebre una sesión virtual extraordinaria para “abordar la situación en Nicaragua”.

“Nicaragua está comprometida con la celebración de unas elecciones generales libres, justas y transparentes el próximo 7 de noviembre. En ese sentido, Nicaragua debe exigir la no injerencia de cualquier Gobierno extranjero, dado que una opinión o declaración expresada por un Gobierno extranjero puede afectar la correcta implementación del proceso electoral”, señaló. En el documento, las autoridades sandinistas resaltaron que “Nicaragua es un aliado clave en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado” y que “no contribuye significativamente a la migración irregular”.

Asimismo, el Gobierno nicaragüense expuso su punto de vista sobre los arrestos de los opositores, entre los que destacó el de la aspirante presidencial Cristiana Chamorro. “Lo único que este grupo de usurpadores de la oposición tiene en común es su lealtad al Gobierno de los Estados Unidos de América.