El centrista y líder de la oposición en Israel, Yair Lapid, y el conservador religioso Naftali Benet tienen cada vez más cerca la formación de un "Ejecutivo de unidad nacional", y que desbancaría al actual primer ministro, Benjamín Netanyahu, tras doce años en el poder. Tras el anuncio por sorpresa de esre domingo, Beny Gantz, ministro de Defensa israelí y parte necesaria de ese Gobierno del cambio que intenta conformar la oposición, mostró este lunes su apoyo a Naftali Benet, la llave del ese nuevo Ejecutivo y que ocuparía el cargo de primer ministro los dos primeros años.

"Benet está calificado para ser el próximo primer ministro de Israel", dijo Gantz durante un encuentro con periodistas extranjeros en Jerusalén, en el que destacó la experiencia política del líder conservador, quien en los últimos ocho años ocupó múltiples carteras ministeriales, incluyendo Defensa y Economía.

"Haré todo lo que pueda para ayudarlo y para tratar de construir una sociedad con él respecto a las múltiples cuestiones en las que estamos de acuerdo, principalmente en lo referente a los desafíos internos de la sociedad israelí", agregó Gantz, cuyo partido de centro-derecha, Azul y Blanco, contribuiría con ocho parlamentarios al nuevo Ejecutivo.

Sin embargo, también reconoció que tiene algunas diferencias con Benet -que lidera la formación Yamina con 7 escaños-, sobre todo, respecto a cómo lidiar con el conflicto con los palestinos, sobre lo que el líder conservador tiene una línea más dura, mientras que Gantz es partidario de la solución de los dos Estados.

Consultado por la solidez de un Gobierno opositor compuesto por partidos de un espectro político tan amplio -algunos de difícil encaje ideológico-, el titular de Defensa señaló que la "supervivencia" de tal Ejecutivo parte de "intereses combinados" de sus miembros, principalmente la voluntad de acabar con los 12 años consecutivos de mandato del actual primer ministro, Benjamín Netanyahu.

"Creo que deberíamos poder cooperar con todos en el Parlamento para excluir a los extremistas radicales de ambos lados", agregó, e instó a buscar puntos en común entre los ciudadanos israelíes en lugar de tirar cada uno para su lado. De confirmarse el establecimiento de este "Gobierno del cambio", tras dos años en el cargo Benet sería reemplazado por el centrista laico Yair Lapid, actual líder de la oposición y cuyo partido Yesh Atid fue el segundo más votado en las últimas elecciones del pasado marzo -las cuartas en dos años- con un total de 17 escaños frente a los 30 del Likud de Netanyahu.

También integrarían el nuevo gobierno que desbancaría a Netanyahu el ultraderechista Israel Nuestro Hogar, el derechista Nueva Esperanza, el centroizquierdista Partido Laborista y el izquierdista Meretz. Esta coalición requeriría sin embargo el apoyo de la formación islamista Raam, que ofrecería su respaldo externo y que no tendría puestos ministeriales a su cargo pero si posiciones importantes en comités vinculados al bienestar de los ciudadanos árabes de origen palestino de Israel.

Este bloque opositor tiene tiempo hasta la medianoche de este miércoles para conformar una coalición, antes de que expire el plazo con del que cuenta Lapid para formar Gobierno, tras lo cual cualquier miembro del Parlamento podría intentar obtener la mayoría mínima de 61 apoyos para gobernar.

Una nueva era

Por su parte, el centrista laico Yair Lapid (Yesh Atid), encargado de formar Gobierno en Israel y que lidera el "bloque del cambio", instó a crear un nuevo Ejecutivo unitario cuanto antes que desbanque del poder al primer ministro, Benjamín Netanyahu. "Podemos terminar esto la semana que viene. En una semana, el Estado de Israel puede estar en una nueva era con un primer ministro diferente", dijo Lapid. De confirmar oficialmente que puede formar coalición -un plazo que expira para Lapid este miércoles-, el margen para instituir el nuevo Ejecutivo sería de siete días. El líder centrista apeló de nuevo a formar "un Ejecutivo de unidad" entre "derecha, izquierda y centro" que "se haga cargo de todos los ciudadanos de Israel" y acabe con la era de "división" e "incitación" que, según él, Netanyahu generó en el país tras doce años seguidos en el cargo de primer ministro.

A su vez, Yesh Atid sigue negociando con otros partidos del bloque anti-Netanyahu con los que aún no ha cerrado un pacto final de coalición. En su comparecencia, Lapid reconoció que "todavía hay muchos obstáculos en el camino" para acordar Gobierno, pero expresó su esperanza de que se puedan resolver y "superarlos juntos".

Salvado el escollo de Benet, quien hasta el domingo no había sido tan tajante en su intención de integrar la coalición anti-Netanyahu, el líder de la oposición -que logró 17 escaños con Yesh Atid- se acerca a la mayoría mínima de 61 escaños en un Parlamento de 120, pero aún no ha alcanzado esta cifra. Esto dependerá de si los siete diputados de Yamina apoyan un Gobierno anti-Netanyahu -al menos uno de ellos se opone- y de si el bloque opositor recaba también el respaldo externo de la Lista Unida (6 diputados) o del islamista Raam (4), dos formaciones que representan a la población árabe de origen palestino de Israel.