- La creciente tensión entre israelíes y palestinos, más allá de la escalada bélica en Gaza, ha abierto el debate en la comunidad internacional sobre la necesidad de revivir el aletargado proceso de paz, que ni el debilitado liderazgo en Palestina -con Mahmud Abás en sus horas más bajas- ni el eterno Gobierno en funciones en Israel parecen capaces de resucitar.

La Administración estadounidense de Joe Biden -que jugó un papel importante en la negociación de la tregua en Gaza- ha apostado firmemente por avanzar en la solución de dos Estados, uno palestino y otro israelí, aunque su secretario de Estado, Antony Blinken, quien viajó ayer a Jerusalén, admitió la víspera que “ahora hay otras prioridades”, como la reconstrucción en la Franja.

En su visita, su interlocutor israelí será el primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, que no tiene garantizada su reedición en el cargo después de cuatro elecciones en un año; y en el lado palestino, el presidente Mahmud Abás, que carece de respaldo popular, no tiene control en Gaza -gobernada de facto por el movimiento islamista Hamás-, ni poder real de maniobra frente a Israel.

“Abás fue el tipo más irrelevante de la actual situación. Pero no tiene opción ni habilidad para decirles que no. Los estadounidenses y los europeos lo que intentan es salvarlo”, explicó Hamada Yaber, director de proyecto del Centro Palestino de Investigación Política (PSR).

Aunque no se ha detallado la agenda, el Departamento de Estado avanzó que Blinken tendrá sus primeros encuentros en Jerusalén con el presidente israelí, Reuvén Rivlin, y con Netanyahu, quien actualmente está a la espera de que su rival, el opositor centrista Yair Lapid, consiga formar Gobierno antes del 2 de junio, después de que a él se le pasara su turno sin éxito.

Uno de sus posibles socios de Gobierno es el actual ministro de Defensa, Beny Gantz, principal responsable de la operación militar Guardián de los Muros contra el disparo de cohetes de la milicia islamista Hamás desde la Franja. “En mi opinión, el cambio más deseable es fortalecer la Autoridad Nacional Palestina (ANP) tanto como sea posible, y no permitir que Hamás sea el que establezca la agenda”, declaró ayer Gantz. Ni Israel, ni EEUU, ni la UE dialogan directamente con Hamás, considerado por ellos grupo terrorista, por lo que la ANP es para ellos el único interlocutor palestino válido, a pesar de su débil respaldo social, y tratan de edificarlo.

Jordania y Egipto, que lideraron los esfuerzos para pactar una tregua entre Israel y Hamás, serán también paradas en la ruta de Blinken por Oriente Medio tras visitar Jerusalén y Ramala. Ayer, el ministro egipcio de Exteriores, Sameh Shukri, también mantuvo un encuentro en la ciudad cisjordana de Ramala con Abás, quien resaltó la necesidad de obtener “una actitud internacional efectiva para mantener la tregua” y su apoyo para el gobierno palestino de la ANP. “La cuestión de Jerusalén es una cuestión fundamental para una solución definitiva” al conflicto entre palestinos e israelíes, destacó el político el egipcio, agregando que su país está comprometido con el establecimiento de un Estado palestino con su capital en Jerusalén Este.

Sin embargo, el hecho de que Washington no haya desecho hasta ahora los acuerdos previos de Trump sobre el reconocimiento de Jerusalén como capital israelí y el traslado allí de su embajada, no hace creíble a Biden entre la opinión palestina.